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DEBATE EN EL BUENOS AIRES TRAS LA VUELTA OLIMPICA
Los padres piden clemencia

Un grupo de padres le pidió al rector del Buenos Aires que no impida a sus hijos seguir estudiando. Pero Sanguinetti responde que si quedan libres estudiarán más. Se expedirá tras el receso.

Las clases se suspendieron tras la vuelta olímpica, pero se reanudan hoy.
Los chicos deberán presentar su descargo, que será estudiado durante las vacaciones.

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Por Eduardo Videla

t.gif (862 bytes) “Queremos que reflexione, que no les impida a nuestros hijos seguir estudiando”, le pidió ayer un grupo de padres al rector del Colegio Nacional Buenos Aires, Horacio Sanguinetti. Sus hijos habían sido protagonistas, el martes último, de la vuelta olímpica más polémica de los últimos quince años: como había sido prohibida por el rector, ahora los chicos se exponen a una sanción de 24 amonestaciones, que los dejaría libres. En diálogo con Página/12, Sanguinetti respondió: “No afectaremos su derecho a estudiar. Por el contrario, si quedan libres, estarán obligados a estudiar un poco más. Incrementar sus obligaciones no les vendrá mal”.
Sin embargo, el rector no quiere pronunciarse aún sobre el tema de las sanciones: “Vamos a obrar con prudencia y serenidad. Cualquier decisión la quiero adoptar con la cabeza fría, no con la indignación que tengo en este momento”, afirmó. Después del festejo, que dejó un saldo de muros y pupitres pintados a la témpera y algunos vidrios rotos, las clases se reanudarán esta tarde. Pero los involucrados –unos 90 chicos de quinto año matutino– recién volverán mañana al colegio. Entonces, deberán plasmar su descargo en un formulario. La sentencia se conocerá recién en agosto, después de las vacaciones de invierno.
Algunos padres fueron ayer al Nacional para hablar con el rector. Admitieron allí que la vuelta era reprochable, pero pidieron que se contemple la situación de sus hijos. “Casi todos son chicos que durante cinco años han tenido buena conducta. Muchos de ellos han representado al colegio en olimpíadas internacionales y en intercambios estudiantiles con Estados Unidos y Brasil. Sabemos que se han equivocado, pero le pedimos que no les aplique esa sanción, que los dejaría libres”, relató uno de los padres a Página/12. Sanguinetti les respondió que iba a reflexionar y que consultaría la sanción con las autoridades de la Universidad de Buenos Aires, de la que depende el colegio.
“Fue un hecho gravísimo, una atrocidad”, dijo Sanguinetti a este diario, todavía indignado. Y cuestionó la actitud que, según su criterio, tuvieron algunos padres en la reunión que mantuvo con ellos hace dos meses. “Un grupo numéricamente importante se manifestó a favor de la vuelta, porque es una tradición, decían, sin intención de dañar. Pero la intención no cuenta si los resultados sistemáticamente son éstos. Esa reunión me desconsoló bastante”, dijo.
Algunos padres que participaron de aquel encuentro recordaron, por el contrario, que nadie se manifestó a favor de la vuelta sino en contra de la prohibición. “Se dijo que no se iba a impedir con una prohibición sino charlando con los chicos para buscar otra forma de despedida. Le dijimos que íbamos a colaborar en todo lo que fuera posible. Pero los hechos nos dieron la razón: la medida actuó como un catalizador y no bien se enteraron de que estaba prohibida, los chicos dieron la vuelta”, relató uno de los padres.
Sanguinetti insiste en que viene hablando del tema con los alumnos desde hace quince años, sin éxito. “No es una tradición –refutó– sino un acto vandálico insoportable, que tiene sus orígenes en grupos fascistas del colegio que agredieron al hijo del entonces rector de la Universidad, Risieri Frondizi, allá por el año 60”.
Para los padres –muchos de ellos egresados del Nacional– tampoco es una tradición sino “una mala costumbre”, pero la comparación con los grupos fascistas les resulta “poco feliz”, así como el calificativo de “carapintadas”, que utilizó Sanguinetti al describir a los estudiantes enchastrados con témpera.
–¿No se va a contemplar la situación de los alumnos que tuvieron siempre buena conducta o buenas calificaciones como una atenuante? –le preguntó Página/12 al rector.
–Esa circunstancia hace aún más inexplicable su comportamiento. Por eso mismo, tienen una responsabilidad mayor. Los que tienen malos antecedentes no participaron de la vuelta olímpica y hasta fueron al rectorado para dejar constancia de que no habían estado. Lo que hicieron con la vuelta olímpica es imperdonable, aunque sean medalla de oro.

 


 

UN VETERINARIO MUERTO DELANTE DE SU FAMILIA
Las llaves del auto o la vida

t.gif (862 bytes) El hombre sacó su auto del garaje, mientras su mujer y sus dos hijos esperaban para subirse. Pero nada fue como esperaban: dos hombres salieron de la oscuridad y, ante la aparente resistencia del dueño del auto, lo mataron de un tiro, frente a la mirada espantada de su esposa y los chicos. Fue ayer a la madrugada, en un barrio de clase media de Lomas de Zamora. La familia estaba por volver a Mendoza, su lugar de residencia, después de asistir al entierro del padre de la víctima. Para la policía, es un hecho “atípico en la zona” por la violencia desatada.
A las cinco y media de la mañana, el veterinario Gustavo Antonio Insusa, de 41 años, sacaba su Fiat Palio Weekend de Posadas 34, un barrio periférico de tipo residencial de Lomas de Zamora.
En ese momento, “dos hombres lo interceptaron y uno le efectuó un disparo”, señaló a Página/12 el subcomisario Gabriel Lescano, jefe de la coordinadora de la DDI de la Comisaría 1ª de Lomas. “Aparentemente el hombre se resistió al robo”, indicó el subcomisario. Aunque algunas fuentes señalaban que la bala se había instalado en el pecho de Insusa, Lescano informó que “todavía le están haciendo la autopsia”. Lo cierto es que el veterinario quedó tirado en la vereda y murió minutos después. Y los dos hombres se escaparon en el Palio color rojo, de patente CNC 899, de los Insusa.
Hacía 15 días, el hombre había viajado de urgencia, desde Mendoza: su padre, Valentín Insusa, había muerto. Y, con su familia –su mujer, Gilda Basadre, y sus dos hijos, una nena y un varón de 5 y 9 años, respectivamente–, se quedó unos días para acompañar a su madre. Los tres fueron testigos del asesinato. La mujer metió a los chicos adentro de la casa de sus suegros y llamó inmediatamente a la policía, pero cuando llegaron los oficiales su marido ya había muerto. Totalmente shockeada, Gilda sólo pudo aportar datos mínimos sobre el asesinato.
“Lamentablemente, lo único que tenemos es que actuaron dos sujetos, lo demás está todo muy borroso. La mujer no puede aportar información, quiere que le demos tiempo”, comentó Lescano. La causa, caratulada como “homicidio en ocasión de robo y robo automotor”, está a cargo del fiscal Oscar Acevedo. Y está siendo investigada por la Delegación Departamental de Investigaciones de la comisaría 1ª de Lomas de Zamora.

 

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