El ex
canciller Dante Caputo fue el dirigente de la Alianza que cuestionó con más dureza el
acuerdo por el restablecimiento de los vuelos a las islas Malvinas. A diferencia de
Fernando de la Rúa y Carlos Chacho Alvarez, que consideraron el tratado como
un avance, Caputo advirtió ayer sobre los altísimos costos que
tuvo que pagar la Argentina. A continuación, sus principales definiciones.
La
primera visión del acuerdo es positiva. Se alcanzaron cosas que, después de una guerra,
no son menores. Pero apenas se bucea un poco en la manera en que se conquistaron estos
objetivos, la preocupación es mayor que la alegría. La Argentina tuvo que pagar costos
altísimos.
Hay dos
problemas muy serios. El primero es el tema de los pasaportes. Para ingresar a las islas
Malvinas los argentinos tienen que presentar el pasaporte. Desde el punto de vista del
derecho internacional, esto es un acto por el cual la Argentina admite la soberanía del
Estado ocupante. No hay ningún tratadista internacional que niegue esto: cuando un Estado
reconoce actos administrativos de otro Estado ocupante de un territorio que reclama,
reconoce la ocupación de ese territorio. En la conferencia de prensa, el ministro
británico, Robin Cook, dijo exactamente esto: Los poseedores de pasaporte argentino
tendrán los mismos derechos de acceso a las islas que cualquier otro extranjero.
Pero el
mayor problema es el reconocimiento de los isleños como parte en la negociación. Estamos
a un paso del principio de autodeterminación de los isleños, que trabaría cualquier
recuperación.
La
Argentina, Gran Bretaña y las Naciones Unidas aceptaban que (las Malvinas) eran
territorios coloniales. El tema era cómo se descolonizaban. Había dos grandes ideas, dos
grandes tesis que se confrontaron fuertemente en Naciones Unidas. Una tesis es la que
sostiene que estos territorios se tienen que descolonizar en función del principio de
autodeterminación. El segundo concepto es el que se basa en el principio de integridad
del territorio. No es la autodeterminación sino la integridad del territorio lo que
determina el proceso. La ONU aceptó el principio de la descolonización por integridad
del territorio. Y con lo que se hizo (con la firma del tratado) estamos a un paso del
proceso de independencia.
Hay otro
interrogante: ¿quién se ve más beneficiado con la reanudación de las comunicaciones?
¿Nosotros o las islas, que estaban aisladas y carentes de contacto con el continente, y a
las cuales Gran Bretaña había reducido el numero de vuelos? A la Argentina le convenía
presionar para concederle a ellos comunicaciones y obtener en cambio un avance en la
cuestión de soberanía. Aquí se ha invertido esta lógica y se quiere mostrar como un
beneficio argentino lo que en realidad es beneficio para ellos: romper el aislamiento y
reanudar los vuelos no es una ventaja para Argentina, es una ventaja para ellos.
RESPUESTAS DESDE LA ALIANZA AL EX CANCILLER |
Marcelo Stubrin.
(Diputado, UCR, vicepresidente de la Comisión de RR.EE.)
Primer paso positivoDante Caputo dijo que el acuerdo por los vuelos a Malvinas tuvo un
costo altísimo para la Argentina. ¿Usted comparte esta opinión?
Yo creo que el acuerdo es un primer paso muy positivo. Nadie puede decir que
después de la firma del acuerdo estamos peor que antes. En nuestro país hay una poderosa
tendencia, de la que Leopoldo Galtieri es el principal exponente, en el sentido de pensar
que hay que ir al todo o nada. Esta estrategia, por lo general, suele terminar en nada.
¿Cuál es la importancia de que un argentino tenga que mostrar el pasaporte para
ingresar a las Malvinas?
Ninguna. Hay algunos que dijeron que por el tema del pasaporte se puso en juego la
soberanía. Se equivocan. Mostrar el pasaporte no implica un reconocimiento de la
soberanía inglesa sobre las Malvinas. Significa que el Reino Unido las está ocupando. El
acuerdo está firmado con el paraguas de la soberanía. Tomamos todos los resguardos,
según el derecho internacional, para asegurarnos que la firma del acuerdo no implica
poner en juego el reclamo de soberanía argentina.
Caputo también dijo que la opinión de los isleños fue tenida en cuenta a la hora
de negociar el restablecimiento de los vuelos.
Los únicos que consultaron a los isleños fueron los negociadores ingleses. Fue un
tratado bilateral. En todo momento se menciona a los dos lados, los dos
cancilleres y las dos delegaciones, la del Reino Unido y la de la
Argentina. No se hace referencia a una tercera pata.
¿El tratado es consecuencia de la política de seducción?
No. Tiene que ver con muchas cuestiones, como el hecho de que Chile haya
interrumpido los vuelos por al procesamiento de Augusto Pinochet. Pero creo que hay que
agregar que era el momento justo. Escuché a algunos que dijeron que el tratado fue
apresurado, que (Carlos) Menem quería firmarlo ahora, antes de que tuviera que abandonar
el gobierno. Los que dicen eso no tienen en cuenta que en el Parlamento chileno existen
muchos proyectos para restablecer los vuelos, y que (el candidato chileno) Ricardo Lagos
había dicho que le parecía inconveniente el aislamiento de las Malvinas.
Carlos Raimundi.
(Diputado, Frepaso)
Posición equidistante
¿Quedó conforme con las condiciones del acuerdo?
Lo más sensato en este caso es mantener una posición equidistante de los extremos.
No estamos tocando el cielo con las manos porque falta muchísimo por recorrer, pero no se
puede ignorar un avance. La ruptura de las relaciones entre dos áreas tan próximas iba
contra el sentido común. Esto es un proceso que se va realizando con pequeños avances.
¿No es fastidioso el pedido de pasaportes para circular dentro del territorio
argentino?
Desde mi sentimiento, a mí me gustaría viajar a Malvinas como si fuera a Neuquén,
sin presentar nada. Lo que pasa es que este tipo de disputas no se rigen por el
sentimiento sino por los hechos. Y en los hechos no hay ningún miembro de la ONU que
hable de un conflicto en Neuquén, mientras que la ONU le dio la administración
provisoria de Malvinas al Reino Unido.
¿No es peligroso para las negociaciones futuras que los kelpers hayan participado
del acuerdo?
No fueron parte del acuerdo, la declaración la firmaron sólo los dos cancilleres.
Si hubiera visto que consideraban parte independiente a los kelpers me levantaba y me iba.
Sólo fueron presentados como testigos. También hay que tener en cuenta que este acuerdo
se hizo bajo la fórmula del paraguas de la soberanía, que impide que se cree
un antecedente.
¿Su viaje y el de Marcelo Stubrin a Londres significa un apoyo de la Alianza a la
política de seducción de Menem?
Todo lo contrario. Nosotros consideramos que vamos a estar mejor posicionados para
un reclamo de soberanía futuro si estamos integrados a los isleños. Por eso estamos
contribuyendo a crear una política de Estado en relación a las Malvinas. Ahora, recién
nos involucramos en esta política de Estado cuando se desvinculó el tema de la
reelección.
¿No se apuró el acuerdo para que se firmara antes que se vaya Menem?
Creo que sí. Ahora creo que si Menem trata de sacar provecho del acuerdo puede
llegar a dilapidar el rédito obtenido. |
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