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EL CANCILLER RECOMIENDA CONDUCTA PARA VIAJAR A MALVINAS
Que los baños sean sagrados

Guido Di Tella, que ayer tuvo su día de gloria en el Gabinete, advirtió que el acuerdo de vuelos y visitas de argentinos a las islas podría caerse si los viajeros se portan mal y escriben leyendas en paredes y baños.

Guido Di Tella, canciller de Menem desde 1991. Ayer fue su gran día frente al Jefe.

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t.gif (862 bytes)  “Fue la fiesta de Guido”, dijo un ministro después de la reunión de Gabinete de ayer. Y eso que no había escuchado la conferencia de prensa del canciller Guido Di Tella no bien llegó a Ezeiza desde Londres. Dijo que el acuerdo puede ser revisado si los argentinos se portan “desastrosamente” en las Malvinas. Y dio un ejemplo: “Imagínense si escriben en los baños”.
Di Tella estaba eufórico tras el acuerdo de reanudación de vuelos entre el territorio continental y las islas y el levantamiento del veto para que ciudadanos con pasaporte puedan viajar a las Malvinas. El canciller lo había acordado con su colega británico Robin Cook el miércoles, y sólo un vuelo Londres-Buenos Aires separó el anuncio oficial de la conferencia de prensa en el aeropuerto, ayer a la mañana. Entre la ironía y las respuestas serias, Di Tella construyó esta explicación:
ron2.gif (93 bytes)  Kelpers. “Son argentinos, que yo sepa. Cuando viene gente de Tucumán, para nosotros son tucumanos. Eso sí, van a tener que mostrar un papel que acredite de dónde vienen –si vienen de las islas–, aunque no será necesario el pasaporte para que desembarquen en Río Gallegos.”
ron2.gif (93 bytes)  Objetivo. “La Argentina no es un país agresivo ni los argentinos somos agresivos. Por eso había que generar un mínimo de confianza.”
ron2.gif (93 bytes)  Peligro I. “Imaginen que haya quejas porque van (argentinos) y escriben con la pluma y en los baños, en las casas ... Eso va a quedar muy mal. Contribuirían ellos, sin darse cuenta, a que nos separemos más.”
ron2.gif (93 bytes)  Peligro II. “El acuerdo puede ser revisado si nos portamos desastrosamente. Si reciben a un grupo de personas que va los fines de semana y les pinta las paredes, me parece que dura poco.”
ron2.gif (93 bytes)  Esperanza. “Pero no lo van a hacer.”
ron2.gif (93 bytes)  Visita de Di Tella a las islas. “Diga que mis habilidades como paracaidista son bajas, porque mis ganas de tirarme hoy son enormes.”
ron2.gif (93 bytes)  Historia. “¿Que cómo me gustaría ser recordado? Por el humor, por algunas frases. ¿O ustedes se creen que la historia recuerda las cosas importantes? Yo siempre veo en los libros de historia que quedan las estupideces.”
ron2.gif (93 bytes)  Dante Caputo. “El sabe que lo que dice no es cierto. Hace muchos años que no tiene que ver con la diplomacia y dice cosas inexactas.”
El canciller dejó Ezeiza rumbo a Olivos, donde recogió el mérito de haber cumplido con el único objetivo que lo desvela más que las Malvinas: complacer los deseos de Carlos Menem. Y Menem, esta vez, estaba complacido.
–Bienvenido, exitoso y seductor canciller –lo recibió Menem, aludiendo a la política de seducción de Di Tella hacia los kelpers desplegada durante ocho años.
Después de informar en detalle sobre el acuerdo, que había sido calificado por el Presidente como “un broche de oro para mi mandato”, Di Tella estaba tan alegre que pidió a los ministros:
–Bueno, ahora me merezco un aplauso, ¿no?
Y el Gabinete en pleno aplaudió.
Fue el prólogo para otra miniconferencia de prensa, cuando Di Tella actuó como vocero de la reunión de Gabinete y volvió a mofarse, aunque no tanto, de sí mismo.
–Me doy cuenta de la fama de estúpido que me debo haber ganado cuando mandé los ositos a las islas, y de las risas que desperté en ustedes –dijo–, pero el que ríe último ríe mejor.
Al defender el acuerdo, lo definió como “el comienzo de un camino”. Para el canciller, “a partir de ahora no hay un capítulo cerrado sino varias avenidas abiertas que nos quitan del inmovilismo”.
Sobre el futuro, dijo que el gobierno que asuma el 10 de diciembre “tendrá que tomar lo más pronto posible una línea política sobre cómo conducirse en el tema Malvinas”. Para no cargar contra la oposición, dijo que había sido “muy fructífera y muy útil” la presencia de los diputados aliancistas Marcelo Stubrin y Carlos Raimundi acompañando a la delegaciónargentina en el Reino Unido. “Contribuyó a crear un clima de confianza”, interpretó.
El Gobierno también estaba satisfecho con la repercusión internacional del acuerdo con los británicos.
El vocero de la Casa Blanca informó que Bill Clinton “recibe con satisfacción la exitosa finalización de las conversaciones entre la Argentina y el Reino Unido para resolver temas relacionados con las Falklands/Malvinas y otras islas del Atlántico sur”. Clinton felicitó por eso a Menem y al primer ministro británico Tony Blair.
El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, dijo que el acuerdo “constituye un signo de una creciente buena voluntad y cooperación entre ambos países”.
El presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso escribió a Menem: “Lo felicito por el éxito de la iniciativa, que asume gran importancia a la luz del objetivo, que es nuestro, del fortalecimiento de la paz y la cooperación en el Atlántico sur”.
Chile cumplió con su promesa y anunció formalmente que reanudará los vuelos entre Punta Arenas y las Malvinas, ahora con escala en Río Gallegos, pero el canciller Juan Gabriel Valdés advirtió que eso “no modifica en absoluto nuestra crítica a la forma en que Gran Bretaña ha procedido con respecto a la situación del general Augusto Pinochet”.

 

Claves

ron2.gif (93 bytes)  Guido Di Tella dijo que el acuerdo de reanudación de vuelos puede caerse si los argentinos “se portan desastrosamente” en las Malvinas.
ron2.gif (93 bytes)  Dante Caputo opinó que el costo del arreglo es alto porque a la Argentina le convenía presionar: vuelos a cambio de negociar soberanía.
ron2.gif (93 bytes)  Marcelo Stubrin y Carlos Raimundi, los diputados de la Alianza que viajaron a Londres, apoyaron el arreglo como De la Rúa y Chacho Alvarez.
ron2.gif (93 bytes)  El jurista Rafael Vinueza afirmó a Página/12 que, debido al paraguas jurídico, la obligación de los argentinos de usar pasaporte para viajar a las islas no agrega ni quita nada a la discusión de la soberanía.
ron2.gif (93 bytes)  Por el acuerdo de 1971 también se necesitaba un papel especial.


 

EL PASAPORTE SEGUN UN JURISTA
“Ni suma ni quita nada”

Por Romina Calderaro

t.gif (862 bytes) Para Raúl Vinueza, profesor titular de Derecho Internacional Público en Derecho de la Universidad de Buenos Aires, que los argentinos tengan que viajar con su pasaporte a las Malvinas no acerca ni aleja la posibilidad de recuperar la soberanía.
–La principal crítica al pasaporte es que supondría un reconocimiento de los derechos británicos sobre las islas. ¿El punto influye en futuras negociaciones sobre soberanía?
–No. El tema del pasaporte no va a influir en absoluto en las futuras negociaciones sobre soberanía. Para analizar el acuerdo, hay que tener en cuenta que reitera la “fórmula del paraguas”. Esto implica que la posición de las partes en el conflicto no se modifica, queda intacta. El tema del pasaporte, entonces, ni suma ni quita nada.
–¿Qué evaluación hace del acuerdo?
–El consenso alcanzado el miércoles tiene un aspecto positivo, ya que con él se comenzó a generar una relación más normal con Gran Bretaña y con los malvinenses. Pero hay que evitar adoptar una visión triunfalista en materia de soberanía. Si uno lee los editoriales de los diarios británicos, se da una idea de cuál es la visión que tienen ellos del acuerdo.
–¿Cuál es esa visión?
–Queda claro cuánta conciencia tienen los británicos de la existencia de la mentada “fórmula del paraguas”. Dan por descontado que no están negociando soberanía.

 

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