OPINION
Una dosis de realismo
Por Carlos Escudé * |
Antes
de este acuerdo, para visitar las islas Malvinas un argentino tenía que blandir un
pasaporte extranjero y disfrazarse de italiano o de español. Ahora puede entrar como
argentino, llevando una banderita y una escarapela. El que crea que eso es un retroceso,
no tiene sentido de realidad. Quien crea que se puede negociar sobre la cuestión de
fondo, es decir la soberanía, sin antes haber normalizado las relaciones entre las islas
y la Argentina continental, es víctima del mismo tipo de ensueño que en 1982 nos llevó
a rechazar la solución de tres banderas. Lo que hemos alcanzado no garantiza que vayamos
a discutir la soberanía, pero la situación anterior lo imposibilitaba por completo.
* Experto en relaciones internacionales. |
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