La
destrucción de puestos de trabajo continuó en junio y todo indica que el desempleo
seguirá creciendo durante este año bastante más allá que el 14,5 por ciento que dio la
última medición del INdEC. El propio ministro de Trabajo, José Uriburu, admitió ayer
que el desempleo puede subir un poco más este año. Sólo en junio se
destruyeron 13 mil puestos de trabajo, y ya suman casi 91 mil entre junio último y junio
del año pasado. Según una encuesta privada, el 90 por ciento de los empresarios cree que
no hay signos de reactivación y que la actividad caerá aún más; dos de cada tres
consultados estima mantener su dotación de personal; y uno de cada cuatro prevé más
ajustes de empleo, entre suspensiones y despidos.
De acuerdo a la encuesta de coyuntura de la Sociedad de Estudios Laborales (SEL), en
junio, justo un mes después de la última medición de desempleo efectuada por el INdEC,
el empleo siguió contrayéndose. Sólo en ese mes, los puestos de trabajo se redujeron
0,8 por ciento en relación a mayo, lo que representa un total de 12.974 empleos menos.
Entre junio último y junio del 98, en tanto, el empleo cayó en 5,6 por ciento:
esto es, 90.817 puestos menos. La SEL, que dirige Ernesto Kritz, destaca en su informe que
la tasa de destrucción de puestos de trabajo se aceleró entre abril y junio.
En el último año, el sector que más empleo expulsó fue la construcción (-35 %),
golpeada por la crisis, que encareció el financiamiento imprescindible para poner en
marcha las obras. Pero también cayó fuerte la ocupación en la industria (8 %); en
electricidad, gas y agua (4,3 %); y en comercio, restaurantes y hoteles (2,8%). El ajuste
en el empleo fue más intenso entre las pymes (alrededor del 7 %) que en las empresas
grandes (-3,5 %). Sin embargo, en junio, estas últimas lideraron el ranking de despidos.
Futuro negro
El INdEC difundió el miércoles que existen en el país casi 1,9 millones de desocupados
y 1,8 millones de subempleados, es decir, personas que trabajan menos de 35 horas
semanales. Así, hay 3,7 millones de personas en todo el país con severos problemas para
insertarse en el mercado laboral.
El ministro de Trabajo, José Uriburu, reconoció ayer que puede ser que el
desempleo suba un poco más en los próximos meses. Además, aprovechó para abogar
por una nueva reforma laboral. Una vez que pase un tiempo prudencial el Presidente
está dispuesto a sacar las (leyes laborales) propuestas por decreto de necesidad y
urgencia, afirmó.
Increíblemente para un funcionario, Uriburu ensayó también una autocrítica. Consultado
por la posibilidad de que el Gobierno lanzara un plan de empleo anticrisis, como reclama
la UIA, admitió que a esta altura del proceso político no es que no se pueda hacer
nada, pero esto debió haberse hecho cuando nuestra problemática era otra.
Este tema de la crisis se viene hablando desde hace dos años. Y todos creíamos que
la crisis nunca nos iba a pegar a nosotros. Entonces, cuando uno no hace los deberes
cuando los tiene que hacer, tenemos el desempleo que tenemos, confesó, aunque de
inmediato aclaró que esto es un problema de toda la sociedad.
Mucho más cauta fue la secretaria de Equidad Fiscal, Carola Pessino. Por suerte,
tenemos una baja adicional de aportes patronales en agosto. Así que el desempleo puede
aumentar o bajar (en los próximos meses). Todo depende de cómo evolucione el nivel de
actividad contra la rebaja del costo laboral, explicó. Pessino también aportó un
toque optimista al analisis: El desempleo en la Argentina es, a diferencia de lo que
sucede en los países europeos, de mucha menor duración, o sea que las personas que
están desempleadas no consiguen empleo de un día para el otro, pero sí mucho más
rápido.
Quien vislumbra un panorama más oscuro, como Uriburu, es el ex director del INdEC Juan
Cayetano Olivero. No hay ningún indicador que esté mostrando que la tendencia de
aumento del desempleo vaya a ir en sentido contrario, dijo en declaraciones
radiales. Luego, reveló que un 40 por ciento de los desempleados es jefe de
familia. Y que de ese jefe dependen alrededor de otras cuatro personas.
A juzgar por la encuesta de expectativas, realizada por la SEL entre 200 empresas del
área metropolitana, todo indica que la situación tenderá a agravarse en los próximos
meses. Los resultados son los siguientes:
Siete de cada
diez empresarios estima que la recesión continuará durante todo el segundo semestre de
este año.
El 63 por
ciento dice que mantendrá el nivel actual de empleo durante el próximo trimestre. El 25
por ciento declaró que lo disminuirá. Y sólo el 6 por ciento afirmó que expandirá su
dotación de personal. Así, la proporción de empresas que prevén que disminuirá
la demanda de trabajo es cuatro veces mayor que las que esperan aumentar su
dotación, sostiene el informe.
El 61,6 por
ciento de los consultados cree que lo peor de la recesión todavía no llegó
y que la actividad caerá aún más. El 30 por ciento, en tanto, asegura que
lo peor ya pasó, pero que todavía no hay signos de
reactivación. Sólo el 6 por ciento dice que la reactivación ya
empezó.
El 85 %
considera que esta recesión es más grave o igual que la que produjo el
efecto tequila.
Roque dio su explicación Lamentablemente, la creación de nuevos puestos de trabajo fue
insuficiente, hubo más cantidad de gente buscando trabajo, y por ese motivo la tasa de
desempleo aumentó en más de dos puntos, explicó Roque Fernández en la reunión
de gabinete de ayer.
Roque dedicó buena parte de su exposición en Olivos a detallar la encuesta oficial sobre
el nivel de desocupación de mayo. Y se mostró preocupado por el aumento que viene
registrando el denominado riesgo país tras las turbulencias en el mercado
bursátil. Es necesario que haya señales claras tanto de los candidatos como de
parte de los legisladores. Los mensajes cruzados nos están perjudicando, alertó el
ministro aunque repitió que el sistema financiero está sólido.
En tanto, el titular de Trabajo, José Uriburu, informó que ya envió al Parlamento los
proyectos de ley para implementar los contratos laborales a plazo fijo y elevar el monto
de las jubilaciones mínimas a 200 pesos. Al respecto, no he recibido ninguna
respuesta de los legisladores, reconoció el ministro.Por su parte, en declaraciones
radiales, el economista de la Alianza José Luis Machinea estimó que bajar la
desocupación a niveles razonables va a demorar un tiempo. Y adelantó que en un
eventual gobierno de la coalición se van a otorgar subsidios al empleo de unos 200 pesos
por cada jefe de familia durante un máximo de seis meses.
Pagar la cuota es difícil
Los indicadores de riesgo crediticio siguen mostrando el
impacto de la recesión. En junio, las demandas judiciales por falta de pago de créditos
para el consumo fueron un 25 por ciento superiores a las de igual mes del 98, al
totalizar 12.607 presentaciones. En comparación con mayo, el aumento fue del 24 por
ciento. Esto refleja las dificultades que están teniendo los bancos y los comercios para
cobrar los préstamos otorgados.
El mes pasado también se dio un leve incremento en las quiebras, ya que se decretaron
119, contra las 103 de mayo.
Los datos compilados por Fidelitas muestran que en la primera mitad del año, casi ningún
indicador mejoró con respecto al 98. Por ejemplo, los cierres de cuentas
corrientes, en su mayoría por libramientos reiterados de cheques sin fondos, crecieron un
28 por ciento. El Banco Central inhabilitó 45.324 cuentas, contra las 35.365 del primer
semestre del año anterior. En junio se registró una mejora de 9 puntos con respecto a
mayo, pero aún así la cantidad de cierres fue de 550 cuentas mayor que en el sexto mes
del 98.
Los pedidos de quiebra también se incrementaron: 3 por ciento respecto a mayo (con 889
solicitudes) y 12 puntos en el semestre (4470). En cambio, los concursos preventivos
fueron el mes pasado 10 por ciento inferiores a los de mayo, aunque subieron 16 por ciento
en la primera mitad del año. Finalmente, las quiebras en el semestre totalizaron 573, un
9 por ciento menos que en el 98. |
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