Un disparo
para Taiwán y otro para Estados Unidos. El Ejército Popular de Liberación (EPL) chino
anunció ayer que tiene capacidad para fabricar la bomba de neutrones desde hace más de
dos décadas. La semana pasada, el presidente taiwanés Lee Teng Hui había declarado a
una radio alemana que China y Taiwán debían relacionarse de estado a estado,
algo considerado como una provocación por el gobierno de Pekín, quien
considera a Taiwán parte de su país. Con Estados Unidos, la tensión se inició hace dos
meses, con el bombardeo por error de la embajada china en Belgrado durante los
ataques de la OTAN a Yugoslavia, y sobre todo con las acusaciones de espionaje nuclear
lanzada por Washington en esas mismas semanas. El portavoz del Departamento de Estado
norteamericano, James Rubin, dijo que su país no tolerará ni aceptará el uso de
la fuerza. Por su parte, Taiwán intensificó sus preparativos militares en la isla
de Kinmen, a sólo dos kilómetros de la costa de China, y convocó a soldados
reservistas.
El problema se remonta a 1949, cuando los nacionalistas chinos liderados por Chiang Kai
Shek perdieron la guerra civil contra los comunistas de Mao Tse Tung. Los nacionalistas se
refugiaron en la isla de Taiwán, a muy pocos kilómetros de la costa sur de China. Desde
entonces, bajo la fórmula un país, dos gobiernos, el gobierno de Pekín ha
considerado que Taiwán es una provincia secesionista que debe reunificarse a la China
continental. En los últimos años, Taiwán y China iniciaron negociaciones para resolver
esta cuestión. Hasta que, la semana pasada, el presidente taiwanés Lee definió las
relaciones entre ambas entidades como entre estados y dejó de lado el
principio de una China única. La portavoz de la cancillería china, Zhang Qiyue, acusó a
Lee de querer separar la isla de China. El diálogo entre ambos países se congeló.
El diario del ELP, donde apareció originalmente la amenaza sobre la bomba de neutrones,
fue explícito. El Ejército de Liberación Popular (ELP) está extremadamente
indignado por las recientes observaciones de Lee Teng-Hui, indicó en un editorial.
Según otra publicación castrense, Yiefang Yunbao, Lee Teng-hui está jugando con
fuego, ya que los militares nunca tolerarán conspiraciones separatistas ni
asistirán al desmembramiento de siquiera una pulgada de territorio sin reaccionar.
El ministro de Defensa chino, Chi Haotian, declaró ayer que el ELP está listo en
todo momento para proteger la integridad territorial de China y aplastar todo intento de
división del país.
La reacción de Taiwán fue calma. Hay que hacer frente a la realidad política y
legal respecto de la posición de ambas partes, y comprender nuestra voluntad de promover
las relaciones, dijo el premier Vincent Siew en referencia al status de hecho de
China y Taiwán. Siew reconoció que las declaraciones de Lee introducen un cambio en las
relaciones entre China y Taiwán pero no significan un cambio en la política de la isla
hacia el continente. Y para mostrar un signo de paz, reiteró la invitación al negociador
chino Wang Daohan para visitar Taiwan en los próximos meses.
La Casa Blanca le dio otra interpretación al anuncio de Pekín. Desde hace tiempo
se sabe que China tiene la capacidad de fabricar una bomba de neutronas, declaró
James Rubin, quien también descartó que exista una relación entre ese anuncio y el
problema de Taiwán. Para el portavoz del Departamento de Estado, la difusión del informe
chino responde a la publicidad dada por Washington al denominado Informe Cox
del Congreso estadounidense, donde se acusa a Pekín de haber robado secretos nucleares
norteamericanos.
China negó reiteradamente esos cargos y precisó que sus programas nucleares se han
desarrollado en base a una tecnología adquirida con sus propios esfuerzos,
como aseguró ayer el ministro de Información chino Zhao Quizheng, desde los años
70 y 80. Expertos en defensa creen que Pekín ya probó en 1988 una bomba de
neutrones. Sin embargo, este anuncio constituye la primera confirmación de que China
tiene la capacidad de fabricar la bomba de neutrones, considerada un arma táctica ya que
nolibera ningún producto radiactivo de larga duración, aunque posee un efecto devastador
sobre las vidas humanas.
Más allá de este tema, China mantiene varios frentes de disputa con Estados Unidos:
cuestiones de derechos humanos, de comercio, de proliferación de armas y el ataque de la
OTAN contra la embajada de China en Belgrado ocurrido el 7 de mayo. En este sentido,
justamente ayer ambos países iniciaron las conversaciones sobre indemnizaciones por los
daños causados a la representación diplomática.
Anatomía de un arma limpia
La bomba de neutrones o bomba de radiación neutrónica reforzada, de la cual China
afirma disponer la tecnología, es un arma antipersonal con efectos colaterales reducidos.
Elaborada en 1958 por el físico estadounidense Samuel Cohen,
está concebida como un arma de terreno, que afecta a las concentraciones de fuerzas sin
provocar grandes daños en las instalaciones.
Contrariamente al arma nuclear clásica, sus efectos de calor y
de onda expansiva son reducidos, contrariamente a los efectos radioactivos. La bomba de
neutrones, una bomba de fusión termonuclear, puede producir 80 por ciento de su energía
bajo forma de neutrones, mientras que la bomba clásica de hidrógeno sólo desprende 15
por ciento de emisiones radioactivas, de las cuales el 5 por ciento son rayos gama y
neutrónicos.
Los rayos gama y neutrónicos son particularmente mortíferos
para toda forma de vida. Así, con una potencia máxima de dos kilotones, esta bomba
podría producir 10 veces más radiaciones que un arma clásica de la misma potencia.
En caso de caer en medio de una unidad de tanques, esta bomba
mataría a todos los ocupantes de los vehículos, pero dejaría intacto el material, pues
los neutrones pasan a través del blindaje. Por el contrario, los neutrones pueden ser
detenidos por la tierra y la arena.
Por otra parte, las radiaciones no son peligrosas más allá de
un radio de 1,7 km y desaparecen rápidamente. La bomba de neutrones es calificada así de
arma limpia, eliminando toda forma de vida en un perímetro dado sin destruir
el medio ambiente. |
EL ANUNCIO DE AYER FUE UN DESAFIO AL MUNDO
UNIPOLAR
Qué cambia en el equilibrio estratégico
Por Claudio Uriarte
La bomba
de neutrones es un arma táctica, pero el anuncio del dominio de su tecnología por una
potencia como China le otorga dimensión estratégica, y significa inestabilidad agregada
a varios frentes de conflicto. El destinatario más inmediato de su amenaza es Taiwán,
cuyo presidente saliente Lee Teng-hui habló esta semana de negociar de Estado a
Estado con China, lo que cuestionó la sacrosanta doctrina continental de una sola
China, cuya capital es Pekín; sin embargo, por la esfera de influencia que domina China,
y por el alcance de sus alianzas geoestratégicas, el anuncio de ayer debería hacer sonar
alarmas en varias capitales.
Antes que nada, está el peligro de proliferación: que el anuncio chino impulse a Estados
Unidos, Rusia y Francia las otras potencias con capacidad de fabricar la bomba de
neutrones a pasar de la mesa de diseño a la acumulación masiva de este tipo de
arsenales, capaces de destruir toda vida humana en su radio de operaciones dejando la
infraestructura largamente intacta. Una consecuencia así sería el tiro de remate al
fracaso de la política de no proliferación nuclear general que quedó patentizada con
las explosiones nucleares del año pasado por parte de India y Pakistán, abriendo al
mismo tiempo un juego muy peligroso a actores bélicos no estatales, como el terrorismo.
Después, están las ramificaciones en la esfera de influencia natural de China, y los
países que más razones tienen para sentirse amenazados: Japón, Corea del Sur e India.
Japón, bajo la Constitución de posguerra, carece de un ejército propio más allá
de las limitadas Fuerzas de Defensa y descansa bajo el paraguas militar
norteamericano; Corea del Sur enfrenta la amenaza del poderío militar nuclear de su
hermana estalinista del norte una aliada de China, que cada tanto lanza
intimidatorias pruebas misilísticas sobre los cielos de Japón, y también tiene un
grado importante de dependencia de los soldados estadounidenses emplazados en la frontera;
India, por último, y al margen de su propia disputa territorial fronteriza con China,
tiene el frente abierto de Kashmir con Pakistán, otro aliado de China, que en este
momento está perdiendo el desafío que le planteó a Nueva Dehli con la infiltración de
militantes islámicos en los altos de los Himalayas (ver pág. 24). Las posibilidades de
que China traspase su tecnología neutrónica a sus aliados constituye, por lo tanto, otra
fuente de peligro.
Sin embargo, y volviendo a Taiwán el motivo disparador del anuncio de ayer,
la nueva situación pone en un aprieto muy difícil a Estados Unidos, que es el protector
de la isla nacionalista pero defiende la noción de una sola China ante el peligro que
representaría su desintegración. La política de la administración Clinton hacia China
ha sido un embrollo esquizofrénico, variando desde un cortejo casi temerario que
llevó al reciente escándalo por robos de tecnología nuclear por agentes del gobierno de
Pekín, y que incluyó el sospechoso financiamiento chino de la segunda campaña electoral
de Bill Clinton hasta el estado de confrontación de las armadas de las dos
potencias en los Estrechos de Taiwán en 1996, después de que el continente ensayara sus
propias maniobras intimidatorias contra la isla. Las relaciones entre Estados Unidos y
China se vieron aún más complicadas por el bombardeo accidental por la OTAN de la
embajada china en Belgrado durante la guerra contra Yugoslavia por Kosovo, la negativa
estadounidense a permitir el ingreso chino a la Organización Mundial del Comercio y las
críticas norteamericanas tanto desde dentro como desde fuera de la
Administración a las violaciones chinas a los derechos humanos.
Justamente, es en relación con Estados Unidos que el anuncio de ayer alcanza su
significación más alta, de lo cual Taiwán es casi una metáfora. China vio el bombardeo
de la OTAN contra Yugoslavia como un precedente peligroso, en que la Alianza Atlántica
entraba en guerra con una naciónsoberana en defensa de los derechos de una minoría
oprimida. Trasladado a términos chinos, Kosovo podía ser Taiwán o el Tíbet. Rusia,
debilitada militar y económicamente, no pudo servir de contrapeso y sólo sirvió para
negociar una salida entre la OTAN y Yugoslavia, lo que puso al desnudo más que nunca la
constitución militarmente unipolar del mundo de hoy. Esa constitución es la que empezó
a ser desafiada por el anuncio chino de ayer.
Indiferencia, escepticismo y una
política de avestruz en EE. UU.
Página/12 en EE.UU.
Por Mónica Flores Correa Desde Nueva York
La
capacidad militar de Estados Unidos es notablemente superior a la de China. La pregunta
que nos hacemos los analistas ante el anuncio de Pekín es si los chinos realmente tienen
esta tecnología nuclear, en segundo lugar si pueden construir la bomba y, en caso de que
así sea, si Estados Unidos puede neutralizar esta capacidad. Las palabras de Merle
Goldman, profesora de historia china de la Universidad de Boston, sintetizaron el
escepticismo y la relativa indiferencia con que los observadores norteamericanos tomaron
ayer la revelación del gobierno chino de que posee la tecnología necesaria para
construir la bomba neutrónica. Para los estadounidenses, esa capacidad potencial o real
no modificará el equilibrio del sudeste asiático ni desencadenará otra Guerra Fría.
El contenido particular de esta revelación es marginal dijo a Página/12
Jeffrey Lewis, analista de defensa del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos
de Washington, pero un motivo de preocupación para Estados Unidos debe ser la
modernización del arsenal nuclear chino; en especial, porque nosotros hemos dejado de
modernizar el nuestro. Y creo que otro motivo de inquietud debe ser la utilización que le
da China a su poderío armamentístico, si lo usa para extorsionar a sus vecinos.
Goldman y Lewis coincidieron en que una de las razones del anuncio fue la reciente
declaración independentista del presidente Lee Teng-hui de Taiwán, quien caracterizó la
relación bilateral entre China y el territorio taiwanés como de Estado a
Estado. La tensión entre China y Taiwán se intensificó con la declaración
del presidente Lee Teng-hui. La revelación de este nuevo poder nuclear y el movimiento de
tropas que ha estado desplegando China recientemente son una reacción a este deterioro de
la relación, comentó Lewis. El experto consideró también que el informe del
representante Christopher Cox de California, en el que se acusa a China de espionaje
nuclear, había sido un disparador del anuncio con perfume a amenaza. El gobierno de
Pekín podría haber querido decir que, si robó algún tipo de información, no fue muy
relevante. El informe Cox es ofensivo para los chinos porque da a entender que no pueden
desarrollar tecnología nuclear importante por sí mismos. Para Goldman, si China
efectivamente tiene esta tecnología y, si puede construir la bomba, el país que
resultaría más amenazado sería Japón. Pero Lewis no opinó igual. Japón
goza de la protección del paraguas nuclear estadounidense. Tiene la capacidad de
hacerlas, pero no desea construir armas nucleares. Esta bomba neutrónica es un arma
táctica, no estratégica, que no cambia la situación de Tokio en lo más mínimo.
El especialista agregó que China desarrolló la bomba N contra la ex Unión
Soviética, y no creo que se propongan usarla ahora contra las fuerzas
norteamericanas.
Pese a que la relación entre Estados Unidos y China atraviesa por un mal momento después
de una serie de crisis que incluyeron las denuncias de espionaje chino en el campo nuclear
y el infausto bombardeo de la embajada china en Belgrado durante la campaña aérea de la
OTAN contra el gobierno de Yugoslavia, los analistas norteamericanos consultados no
expresaron particular alarma. Acabo de llegar de China y creo que el sentimiento
antiamericano se puede encender allí muy rápido, pero también se disipa
prontamente, dijo la profesora Goldman, quien desestimó la posibilidad de que las
tensiones desemboquen en una guerra fría. La gran diferencia con la relación con
la ex Unión Soviética es que nuestros contactos con China son mucho más intensos.
Tenemos un déficit de la balanza comercial con China de sesenta mil millones de dólares.
No creo que Pekín se involucre en una guerra fría y deje escapar semejante dinero
adeudado. Además, existen relaciones militares, académicas, familiares, de inmigración.
Estano es la misma situación que había entre EE.UU. y la Unión Soviética al final de
la Segunda Guerra Mundial.
Lewis señaló que China periódicamente reafirma su independencia. No me extraña
que en un momento en que la relación con Estados Unidos pasa por una época muy negativa
y cuando Taiwán está haciendo ruidos independentistas, Pekín sienta la necesidad de
recordar al mundo que tiene un arsenal nuclear. Pero el contenido de este anuncio es
marginal.
¿Pero no existiría en Estados Unidos también periódicamente una tendencia
a relativizar el peligro amarillo, es decir todo lo que China dice o hace?
Este es un muy buen punto admite con una risa Merle Goldman; no
obstante, creo que si realmente se percibiese a China como una amenaza militar grave,
Estados Unidos se estaría rearmando como hizo cuando existía la Unión Soviética. Pero
nada semejante ocurre ahora.
|