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La tensión entre Taiwán y China comienza a adoptar un cariz alarmantemente militar. El Ejército Popular de Liberación (EPL) chino puso ayer a sus tropas en las provincias costeras cercanas a Taiwán en el segundo nivel de alerta. El ministro de Defensa Chi Haotian declaró a los medios que el ELP está preparado para quebrar cualquier intriga separatista en la provincia china de Taiwán, si es necesario mediante un reajuste militar. Fuentes del gobierno chino anunciaron ayer además que podrían cancelar la histórica visita a Taiwán del negociador chino Wang Daohan, a menos que Taipei clarifique su nuevo concepto de relaciones de Estado a Estado. La tensión surgió cuando el presidente taiwanés Lee Teng-Hui declaró el 9 de julio que China debería tratar a Taiwán como un Estado independiente, y se vio redoblada anteayer con el anuncio chino de que Pekín tiene la tecnología para fabricar la bomba de neutrones. Ayer Taipei minimizó la acción militar china afirmando que no se detectaron movimientos anormales de tropas comunistas, pero esto no impidió que la bolsa local se derrumbara un 6.4 por ciento. La escalada de tensión no arruinó ayer, sin embargo, un principio de acuerdo sobre la compensación norteamericana por la destrucción accidental de la embajada china durante la ofensiva aérea contra Yugoslavia. Nadie que quiera la independencia de Taiwán va a salirse con la suya. La declaración de Chi Haotian resume el móvil detrás de la reciente escalada china de su presión militar y diplomática contra Taiwán. Fuentes del EPL afirmaron ayer que las tropas destacadas en las zonas costeras del Estrecho de Taiwán fueron puestas en el segundo grado de alerta, el último paso antes de llegar al nivel de alerta normal. Un portavoz de la provincia costera de Fujian dijo que las autoridades provinciales han movilizado barcos civiles para realizar ejercicios frente a las costas de Taiwán. Y según dos diarios de Hong Kong, el presidente chino Jiang Zemin había firmado el martes una orden que puso a los puertos de Guangzhou y Nanking, y a las fuerzas aeronavales de la región, en pie de guerra. No es todavía claro si las intenciones chinas van más allá de intimidar al gobierno de Taiwán. Las declaraciones ayer del ministro de Defensa Chi Haotian al Diario del Pueblo, vocero del Partido Comunista chino, amenazaban con un reajuste militar para impedir la posible independencia de la isla. El Economic Times de Hong Kong fue más preciso, y citó a fuentes anónimas de Pekín para afirmar que el plan chino es ocupar una o dos islas taiwanesas, para luego forzar concesiones de Taipei. Por lo pronto, las relaciones bilaterales entre ambos gobiernos parecen cerca de naufragar. Un alto responsable chino citado por el China Daily consideró que la visita del negociador chino Wang Daohan a Taiwán sería imposible a menos que el gobierno de Taipei presente aclaraciones sobre la explosiva declaración del presidente Lee, en la que afirmaba que ya no era necesario declarar la independencia de Taiwán. La visita de Wang Daohan había sido preparada durante un mes, y hubiera señalado una mejora del siempre frágil diálogo entre ambos países. La reacción oficial de Taiwán sigue siendo calma. El portavoz del ministro de Defensa taiwanés visitó ayer la isla de Kinmen a sólo dos kilómetros de la costa china y en estado de alerta desde el jueves, e informó que no hay señales que muestren movimiento de tropas comunistas chinas. Las operaciones en los islotes son normales, aseguró. Pero la repercusión interna de la crisis podría escaparse de las manos de la dirigencia del partido gobernante Kuomintang (KMT). La bolsa de Taipei se desplomó 506.46 puntos, lo que suma una pérdida de 1.138.69 puntos (13 por ciento) desde el lunes. Este pánico ha alarmado al gobierno, y el premier Vincent Siew buscaba ayer convocar a una reunión urgente de gabinete para discutir la manera de frenar el desbande. La crisis también está provocando una reacción política. Un exgobernador de Taiwán, James Soong, criticó al presidente Lee por sacrificar los intereses de la gente con sus declaraciones. Miembro delKMT, Soong apoya una reunificación con China bajo el plan un país, dos gobiernos. El ex gobernador planea desafiar a la dirigencia partidaria y presentarse como candidato en las próximas elecciones presidenciales. Aunque sus posibilidades de éxito no son claras, su candidatura le agrega otro dolor de cabeza al presidente Lee luego de su declaración del 9 de julio.
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