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Por Carlos Polimeni La temporada Fito Páez acaba de comenzar y en las próximas cuatro semanas, como ocurrió y ocurre con "Episodio 1, La amenaza fantasma", sus ofertas saturarán el mercado argentino. Sólo aquel que haga un esfuerzo importante de abstracción podrá quedar al margen de la fitomanía que se viene. ¿Qué ocurre, que por segunda vez en la década, Páez estará en boca de medio mundo? En primer lugar, ocurre que está a punto de salir su nuevo disco Abre (o pequeña teoría sobre el fin de la razón). En segundo, que su compañía discográfica, Warner, está dispuesta a una de las fenomenales campañas de difusión que haya rodeado a artista argentino alguno del rubro musical. En tercero, que el retorno al ruedo Fito se produce luego de un lustro sin discos suyos inolvidables, en que de algún modo satisfizo las necesidades del mercado, y el ego, con las ediciones de Euforia (un grandes éxitos grabado en vivo, al estilo unplugged MTV, aunque con dos muy buenos temas nuevos) y Enemigos íntimos (su mal parido y peor terminado trabajo en conjunto con Joaquín Sabina, un paso atrás en su carrera). Cuarto, que eso se produce en el mismo semestre en que lanzaron sendos trabajos de similares pretensiones Andrés Calamaro y Gustavo Cerati, es decir los otros dos solistas que completan el Olimpo de ases del rock & pop argentino, en cuya cúspide histórica están Luis Alberto Spinetta y Charly "Demasiado Ego" García. El disco saldrá al mercado el martes 27, con una expectativa mínima de doble platino, es decir 120 mil unidades. Pero la compañía aspira a mucho más. No le piden peras al olmo: Páez fue el artista más vendedor de la historia del rock argentino con el impresionante éxito de El amor después del amor que, a partir de 1992, consiguió 680 mil ejemplares comprados. El público adquirió luego 410 mil de Circo Beat, acaso el mejor de su carrera, entre 1994 y 1995. Estas cifras --más de un millón de ejemplares en menos de tres años-- explican, de algún modo, tanto el crédito que tiene en el mundo discográfico, en que tanto vendes tanto vales, como que aun siendo obras menores los dos trabajos posteriores hayan tenido un desempeño comercial aceptable. Euforia fue un compact de 120 mil unidades vendidas, Enemigos íntimos rozó las 140 mil. Para la compañía, Páez es, como puede imaginarse, un artista clave. Los otros dos, entre los nacionales, son Calamaro y ¡Carlos La Mona Jiménez! Calamaro se convirtió en su niño mimado después de los 250 mil ejemplares de Alta suciedad y ya va por los 140 mil del áspero, pero buenísimo, Honestidad brutal, que es doble. Jiménez es una máquina: graba dos discos por año y vende cien mil de cada uno, y así desde hace veinte años. Los otros números grandes-grandes de Warner son Luis Miguel, Alejandro Sanz y el grupo mexicano Maná. Pero mientras a estos tres los importa, a los argentinos los exporta. Los 680 mil de El amor... son inalcanzables, ya que "aquel era otro país", pero Warner confía en que Abre será éxito, porque artísticamente es "un gran trabajo", dijo ayer a Página/12 Angel Kaminsky, label manager del sello. El lanzamiento de Abre es latinoamericano y español, y luego aparecerá en México, el otro coloso del mercado del rock latino, y Estados Unidos. Warner acordó con Páez un lanzamiento acompañado de 35 mil afiches publicitarios, mil segundos de publicidad en canal 13, con cuyo multimedio hay un acuerdo global de apoyo, y un paquete aún mayor de avisos radiales. El corte de difusión de Abre, "Al lado del camino", ya suena aquí, allá, en todas partes. Los otros temas son un misterio, por decisión de Warner, que quiere crear una expectativa importante que derive en un gran arranque de ventas. Se distribuirán, además 8 mil videos, de promoción en canales de todo el país y el exterior. En ese marco, Fito concederá diez entrevistas y presentará el disco a la prensa en un solo show privado, el lunes 26, en el teatro Maipo. Lo acompañarán Guillermo Vadalá en bajo, Claudio Cardone en teclados, Marcelo Coudet en batería, Martín Ibarburu en guitarras y Chofi Faroulo en programaciones. En el disco, grabaron en cambio el baterista Shawn Pelton, los guitarristas Ulises Butron y Gabriel Carámbula, junto a Cardone, Vadalá y Páez. El staff Páez partió anoche rumbo a La Rioja, donde este fin de semana rodará, con órdenes de Mariano Mucci, el video del tema de difusión. La temporada de entrevistas a Fito fue abierta con una que emitió el jueves por la noche el programa "Hora Prima", de MTV, en que los invitados suelen tener que disimular los baches periodísticos de la conductora Ruth Infarinato, la de los constantes cambios de color capilar. Después de Fito, dijeron presente en el programa los mexicanos de Café Tacuba, quienes también se las arreglaron para esquivar dislates y tratar de decir lo suyo. En ambos casos se trata de entrevistas "tácticas" arregladas por los sellos pensando en MTV como una gigantesca caja de repercusión, a la que los artistas van como obligados, de tal modo que todo se vuelve una rutina algo desganada, para sorpresa del público que no esté del todo enterado de la mecánica y las circunstancias. Ruth lo mencionó como importante y así un cuarenta por ciento de la charla giró sobre el productor del disco, el notable Phil Ramone, al que el músico definió como uno de los cuatro grandes de la historia en su metier, junto a Daniel Lanois, Phil Spector y George Martin. Páez le contó que Ramone tiene una vastísima carrera, que incluyó entre sus trabajos iniciales haber sido uno de los responsables de la grabación, en 1963, del increíble disco de Joao Gilberto-Stan Getz-Tom Jobin, que convirtió en hit a "Muchacha de Ipanema", y estuvo cargado de una tensa relación entre los dos primeros. La conductora lo miró como si hablase en sánscrito. Ramone "es muy contundente", como productor. "Va a lo esencial, al grano, al pan pan, y al vino vino", mencionó Páez. Además, "es un tipo muy importante para la industria, en el mejor sentido de la palabra". Ramone, precisó, le ayudó a concentrarse en lo importante dentro del estudio y a descartar lo aleatorio. "Yo soy más disperso. No sólo me ocupo de muchas cosas, sino que me tomo mucho tiempo para resolver. Con él aprendí a no pegarle muchas vueltas a algo que no lo necesita", explicó. Otro veinte por ciento de la nota dio vueltas por el tema de la relación de la música latina con Estados Unidos, algo más o menos lógico si se tiene en cuenta que el canal emite desde Miami, que está latinizando su estética, antes más del tipo rockera alternativa, por presión de su central y de los intereses de las multinacionales, pero con poca relación con Abre. El cuarenta por ciento restante giró sobre la adopción por parte de Páez y su pareja, Cecilia Roth, de un bebé, que se llama Martín, en lo que constituyeron las primeras apreciaciones públicas sobre un tema, privado si los hay. Fito dijo algo enternecedoramente bello sobre su reciente condición de padre: "No podría imaginarme la vida sin él". Explicó, ahora sí ante una persona que entendía de qué hablaba, que considera la adopción no como un acto de generosidad sino más bien como un acto de humildad ante la existencia. Se basa "en la necesidad de compartir la vida con alguien". Cuando se mencionó la privacidad en que ambos mantuvieron los trámites que derivaron en su condición de flamantes padres, Fito subrayó: "Nadie muestra sus hijos en cámaras, salvo algunos personajes siniestros". La media hora prima había terminado.
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