Por Luis Vívori Dibujar caricaturas y dirigir
cine son dos oficios que van de la mano en la vida de Raúl Perrone. Aunque el primero sea
el sustento de toda su vida y el segundo se empecine en ser, por lo menos por ahora, sólo
un hobby. Perrone, que hace cine con la austeridad como una de sus grandes banderas (sus
películas no superan los $ 30.000), intenta reflejar retazos de una vida escondida
que lo tilda pero sin por ello bajar línea, porque no me interesa y
además no soy un asistente social. Explicando un poco más la motivación que lo
lleva a filmar, cita a Osvaldo Soriano con eso de que para que los fantasmas dejen
de habitarte hay que sacarlos para afuera, y que en el caso de Perrone toman una
forma militante, casi fundamentalista. Autor de una trilogía integrada por Labios de
churrasco, Graciadió y 5 pal peso, Perrone dialogó con Página/12 sobre el estreno
de Zapada, su nueva película, y sobre la existencia de dos cines argentinos: el
independiente, del que se siente parte, y el de los multimedios.
¿Qué cambios se producen en Zapada con respecto a sus últimas
películas?
Con la trilogía llegué a un lugar que ya me cansó. Zapada es una ruptura
generacional. Es una historia mínima, apenas 24 hs. Son dos tipos que van a un parque de
diversiones a cobrar una guita que les deben y que nunca aparece. La zapada es la
improvisación de lo que van a hacer hasta que llegue la noche y puedan cobrar la deuda.
Es zapar en la vida y con la vida.
A pesar de esa ruptura se puede divisar un estilo que las une y que no tiene
referencias directas dentro del cine nacional. ¿Usted cómo lo define?
La verdad es que no lo pensé demasiado. Podría decir que tiene que ver con la obra
de Sam Shepard, una especie de realismo sucio. Quería hacer películas que fueran como
fragmentos de vida. Me harté de que la gente necesite todo el tiempo información. La
idea es que los espectadores entren a mis películas como a espiar y la verdad es que no
todo el mundo lo entiende.
Por ejemplo los actores.
En general no me entienden. Me preguntan siempre qué es lo que viene y les digo que
confíen en mí que soy el que tiene claro para dónde va la cosa. Necesitan un guión
completo y conmigo no lo van a tener. Una película es como un polvo. Lo vas haciendo
sobre la marcha, si estuviera escrito en un papel me aburriría enormemente.
¿La buena comunicación no es fundamental en el cine?
El tema es que yo hago un cine ansioso, quizá por esto de venir del dibujo y estar
todo el tiempo solo. La cuestión ésta de trabajar con gente es todo un tema. En general
sería más fácil para mí trabajar sin nadie alrededor. Los camarógrafos, los actores,
los técnicos, etc., me retrasan. Es muy difícil la gente, poder comunicarse y que te
entiendan, ésa es la verdad. El laburo del director es absolutamente solitario y lo más
importante es cuando tenés el material final. Todo lo que pasa durante el rodaje es una
anécdota, si pudiera evitarlo sería mejor.
Con la ausencia de inversores y sin el apoyo del Instituto de Cine, da la sensación
de que para poder filmar lo único que sirven son los contactos.
No, yo no creo que haya que hacer lobby para realizar una película. Yo de hecho
puedo. A mí me sorprende que en el último tiempo se me dé bola, por ejemplo. Creo que
ya se está generando una expectativa. Por otro lado si hubiera pensado en esos términos
no habría hecho una sola película. Lo importante es hacerla, después cómo mostrarla
puede ser una anécdota.
Aunque es cierto que resulte difícil ver una película suya en el festival de Mar
del Plata que organiza el INCAA.
A mí lo único que me sugiere ese festival es que están los que no deberían
estar. A mí no me representa. Lo que trato de hacer es ser honesto conmigo y ahí nadie
me representa, ni se preocupan para que uno pueda estar. A los tipos que van ahí jamás
los considero en nada. Ni siquiera en la forma de pensar lo que es el cine. Las películas
se hacen desde el corazón. Todo lo otro forma parte del pedorreo. Y la verdad no me
interesa perderme tres meses en el pasillo del instituto haciendo lobby.
¿Usted qué cambios le haría a este INCAA conducido por Julio Maharbiz?
A mí me parece que tendría que tener una guita destinada a aquellos tipos que
hacemos un cine independiente.
Si hay un cine argentino independiente, ¿cuál es el otro cine argentino?
En primera instancia hay que decir que sin dudas hay dos tipos de cine. Incluso los
más optimistas hablan de la existencia de un movimiento del cine independiente paralelo
al que hacen los multimedios. Mirá como será que ahora todos quieren ser independientes,
hasta los que no lo son en los términos más elementales. Debe ser como una moda y éstas
pasan y quedan los que siguen laburando sin creerse nada. En síntesis creo que hay un
cine de ideas y otro comercial. No importa quién copió a quién o dónde está la
influencia, pero la división está muy clara. Para graficar un poco más te puedo decir
que desde que hago cine siempre tuve la fantasía de que se vieran mis películas por
quien las hizo y no por quienes trabajan en ellas. Con falsa modestia debo decir que
logré mi objetivo. Toda mi vida luché por un cine de autor y cada vez tenemos más
películas dentro de este movimiento. Pero ojo, pienso que debe existir el cine de Suar
para que sepan que estamos nosotros, para poder elegir, para poder comparar. Los dos cines
van por vías separadas, no hay una disputa.
En el contexto de este movimiento de cine independiente, ¿qué le parece que
aportó Mundo grúa, tal vez la película que ha tenido mayor exhibición?
Me parece bueno que tenga apoyo porque demuestra que de esa manera estas películas
van a funcionar más allá de sus méritos, que por cierto Mundo grúa los tiene. Este
camino ya lo abrió Pizza, birra y faso. Ojalá los productores recuperen la plata para
que sigan invirtiendo en este tipo de proyectos.
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