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Eduardo Duhalde consiguió ayer un inesperado espaldarazo de uno de los sectores de la Iglesia más cercanos a la gestión menemista. El arzobispo de Luján-Mercedes, monseñor Emilio Ogneñovich, bendijo la candidatura presidencial del gobernador bonaerense al considerarlo como "aspirante legítimo a presidir los grandes destinos de la patria". Por su parte, y un rato antes de partir rumbo a Italia, el aspirante del PJ reiteró que se encolumnará detrás de la figura del papa Juan Pablo II para conseguir "un mejor tratamiento" del tema de la deuda. En una homilía realizada ayer en la Basílica de Luján, a la que asistieron Duhalde, Ramón 'Palito' Ortega, y sus esposas Hilda 'Chiche' González y Evangelina Salazar, el arzobispo de Luján-Mercedes afirmó que "en el pasado la decisión de condonar la deuda en algunos países permitió el avance de las democracias", lo que constituye un respaldo al discurso que Duhalde plantea sobre el tratamiento del endeudamiento externo. Aunque el candidato del PJ lo que reclama es una refinanciación, luego de afinar su discurso sobre un tema que le generó más de un disgusto, Ogneñovich se refirió directamente a una condonación. Ogneñovich, quien tiene a su cargo una de las diócesis más beneficiadas económicamente por el gobierno de Carlos Menem, se dirigió a Duhalde y a Ortega y les dijo: "Ustedes son dos peregrinos más para que se cumplan las mejores intenciones de un pueblo que sea cada vez más cristiano y más humano. Cómo no decir una palabra que es la preocupación de las últimas décadas, que (Duhalde) utiliza como candidato para describir la compleja realidad", agregó el arzobispo, íntimo amigo del embajador ante el Vaticano, Esteban 'Cacho' Caselli. La gestión del ultramenemista Caselli para que Duhalde se entreviste este miércoles con el Papa, tal como adelantó Página/12, logró un cambio del discurso del gobernador, quien rescató el fin de semana las tareas de su enemigo interno, el presidente Carlos Menem. La idea de Duhalde es lograr un consenso entre los países subdesarrollados con graves problemas sociales, encolumnarlos detrás de la figura de Juan Pablo II, y que sea el Sumo Pontífice quien realice el reclamo ante el Grupo de los Ocho para lograr una nueva condonación a las naciones que quedaron fuera de la primera. Monseñor Ogneñovich recordó en su homilía que "el Papa invitó a los países acreedores, deudores, a los organismos como el Fondo Monetario y otras organizaciones internacionales y regionales a analizar las cuestiones de las deudas en los países en desarrollo". Pero para evitar nuevos malentendidos, Duhalde dijo que en su visita al Vaticano le dirá al Papa que "nosotros vamos a seguir trabajando junto con la Iglesia para pedir o conseguir un mejor tratamiento de nuestra deuda, porque es lo que nos va a ayudar a desarrollarnos y después sí, poder pagar no con el sacrifico, con la sangre de la gente, sino con el fruto del esfuerzo de la gente". "No le voy a pedir nada al Papa. No quiero que haya confusiones: simplemente voy a expresarle nuestro apoyo como un país y un partido cristiano y mayoritariamente católico", afirmó Duhalde, tras participar de la misa. Por su parte, el arzobispo de Mercedes propuso "crear relaciones de confianza entre deudores y acreedores", al tiempo que recomendó a las naciones en vías de desarrollo "aceptar la responsabilidad, hacer un examen de las causas que crearon las deudas y analizar políticas de saneamiento que permitan obtener mayor eficiencia". DUHALDE BUSCA OXIGENAR SU CAMPAÑA EN EL
VATICANO
Por Felipe Yapur Mañana, cuando el candidato desembarque en el Vaticano, participará en una serie de reuniones con diferentes autoridades religiosas donde expresará, al menos es lo que él anticipó, su "total adhesión al trabajo que realiza la institución religiosa" en pos de una reducción de la deuda externa en los países más pobres. Una de las audiencias que tiene previstas el bonaerense es con la Pontificia Comisión Justicia y Paz. Además de conversar con el responsable de ese dicasterio, el obispo vietnamita François Nguyen Van-Thuan, seguramente el bonaerense conversará con dos cardenales de dicha comisión y que tienen un rol protagónico ante el FMI y el Banco Mundial (BM). Duhalde intercambiará conceptos con el ex presidente de la Comisión, Roger Etchegaray, y con el actual secretario Diarmuid Martin. Varias son las frases que puede escuchar el candidato justicialista de estos dirigentes católicos. Muchas de ellas pueden sorprender al bonaerense, sobre todo por su dureza y lo extrañas al diplomático, cauto y hasta ambiguo lenguaje cardenalicio. "No se puede hacer frente al servicio de la deuda a costa de asfixiar la economía de un país, y ningún gobierno puede pedir moralmente a su pueblo unas privaciones incompatibles con la dignidad humana", es lo que suele decir Etchegaray desde el Vaticano. Martin es un poco menos crítico que el anterior. Pero es posible que le diga al candidato, en un perfecto portugués, que "una verdadera globalización requiere de la participación de todos. En un sistema económico que margina grandes sectores de la sociedad, una economía que genera grandes desigualdades, no puede ser una economía sustentable. La naturaleza de la economía moderna, fundada sobre la creatividad y el trabajo de las personas, no permitirá que una cuestión económica esté separado de lo ético. Pero infelizmente hoy la globalización avanza de manera desigual: la globalización de las oportunidades de los grupos económicos avanza con rapidez, pero la globalización de la solidaridad es más lenta". En teoría Duhalde deberá mostrarse complacido por estas frases y hasta debería adherir a estas posiciones. Es lo que él y sus operadores suelen afirmar. Pero en caso de que el aspirante presidencial se encuentre con integrantes de dos de las más grandes redes de la Iglesia Católica, como Caritas Internacional y la Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Solidaridad (Cidse), se verá seguramente en figurillas para adherir a los postulados de estas dos agrupaciones. Tanto Caritas como la Cidse no andan con vueltas y exigen "la cancelación de la deuda externa para el año 2000" y critican con dureza la iniciativa de reducción de la deuda de los países muy endeudados (HIPC) que, con bombos y platillos, suelen mostrar el FMI y el BM: "La iniciativa HIPC busca reestablecer la capacidad del país deudor para devolver los préstamos hasta un nivel sostenible y que en realidad, luego de la aplicación de rigurosas reformas económicas, sólo obtendrán la reducción de un porcentaje ínfimo de sus deudas... Los criterios de sustentabilidad que se aplican no tienen en cuenta los sacrificios que han de hacer los países pobres para continuar pagando sus deudas. Caritas está presidida en Argentina por Rafael Rey, el obispo de Zárate que tuvo duros cruces con la presidencia de Carlos Menem. Pero además es muy amigo de Duhalde y de su esposa Hilda González. Rey prologó el libro Pobreza y Estado. Hacia un nuevo pacto social que escribió Chiche.
Por Washington Uranga "La deuda externa, ilegítima e inmoral, está provocando en el mundo la muerte prematura de millones de inocentes, la enfermedad de millones de personas por falta de medicamentos y hospitales dignos, la ignorancia y el analfabetismo de una gran parte de la población mundial, sin posibilidad ni igualdad de oportunidades para la educación", a lo que debe sumarse un "índice altísimo de desocupación y explotación inhumana de millones de trabajadores", sostiene Olmedo. Usando duros términos, les dice a los acreedores: "Os negáis a anular la injusta deuda externa, según el espíritu de las Bienaventuranzas, sois unos malditos". Porque "obligáis a los hombres a vivir como perros y hacéis sufrir a los pequeños; porque causáis las desgracias y matáis a los inocentes, porque habéis hecho de la vida paisaje de la muerte". Jesús Olmedo, misionero español de la orden religiosa de los claretianos, se ha destacado por su compromiso con los sectores más pobres y marginados de la puna jujeña y por su participación en los movimientos sociales vinculados con la reivindicación de los derechos de las personas. "La deuda externa en estos momentos graves para la humanidad es ilegal, injusta e inmoral y matemáticamente ya es impagable. Millones de víctimas en el `tribunal de los pobres' testificarían contra ustedes (los banqueros y los funcionarios de los organismos financieros internacionales) y los condenarían sin posible apelación", dice. Y agrega: "La cumbre del G-7 en Colonia respondió mucho más a los intereses de los acreedores que a los derechos y necesidades de las víctimas y de los países pobres altamente endeudados. Los ricos jamás renuncian a nada. Para los pobres, sin embargo, no cabe otra alternativa; exigir la cancelación total de la deuda, que nunca han contraído". Subraya que "estamos plenamente seguros de que la verdad nos hace libres y nos dará fuerzas para denunciar a los usureros de la deuda ante el Tribunal de La Haya, Amnistía Internacional y la Comisión Universal de los Derechos Humanos". La demanda de Olmedo se hace en consonancia con una campaña internacional denominada "Diálogo 2000", encabezada por dirigentes cristianos de todo el mundo para obtener la condonación de la deuda externa de los países pobres. Entre las cabezas visibles de ese movimiento en el país se cuentan el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, los obispos Agustín Radrizzani, Federico Pagura y Miguel Hesayne y el dirigente político Domingo Quarracino.
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