Página/12
en EE.UU.
Por Mónica Flores Correa
Desde Nueva York
Un equipo de
buzos y un barco con instrumentos del alta tecnología para rastrillar el fondo del mar se
sumaron ayer a la búsqueda de los restos de la avioneta que transportaba a John Kennedy,
a su esposa Carolyn Bessette y a la hermana de ella, Lauren Bessette, en las aguas que
rodean a Marthas Vineyard, la isla veraniega donde John-John se proponía aterrizar
cuando ocurrió el accidente. Pero el mal tiempo en esta área de Nueva Inglaterra obligó
a interrumpir el rastrillaje a media tarde. Diez buzos tenían previsto sumergirse en la
zona donde se presume estaría la aeronave. Aunque las autoridades calcularon que las
tareas de búsqueda se extenderán durante 15 días, ayer, oficialmente, se dieron por
muertos a John Kennedy, Carolyn y su hermana.
Nadie podría sobrevivir tantas horas en aguas tan frías, aseguró Richard
Larrabee, vicealmirante de la guardia costera. El funcionario modificó el rótulo de las
tareas a cumplir: ya no son más trabajos de búsqueda y rescate, sino de
búsqueda y recuperación. Entretanto, autoridades de la Secretaría de
Transporte informaron que dar con los restos de la avioneta podría demandar hasta 15
días y de seis meses a un año determinar las causas del accidente. Ayer, durante el
rastrillaje, uno de los buzos aseguró al canal local MSNBC que el sonar detectó un gran
trozo del avión.
El lugar de la posible caída del Piper Saratoga piloteado por el propio John-John fue
demarcado con bastante precisión en base a los datos aportados por el moderno buque que
desde ayer integra las tareas de rescate: se trata del Grasp, especializado en
búsqueda y rastrillaje. La nave es la misma que participó en la búsqueda de víctimas
del avión de la TWA que estalló hace tres años en la costa de Long Island.
En tanto, mientras pasan las horas sin novedades acerca de los cuerpos y del aparato
con el que se podría establecer las causas del accidente, crecen las
especulaciones en Nueva York en torno de los motivos de la tragedia y la polémica sobre
la verdadera destreza como piloto del hijo del presidente asesinado. Dos medios
estadounidenses publicaron versiones acerca de la falta de predisposición que John
Kennedy tuvo con respecto a hacer el viaje fatal y sobre el miedo que sentía Bessette por
la pasión aeronáutica de su marido.
Las versiones, publicadas en el New York Post y Newsweek, fueron algo contradictorias.
Según el NYP, unos días antes del accidente, John le había dicho a David Heyman, autor
de una biografía de Jacquline Kennedy Onassis, que él no quería ir a Marthas
Vineyard el viernes porque esto significaba que tendría que realizar dos aterrizajes (uno
en la isla y otro en el pueblo de Hyannis, destino final de aquel viaje y donde se
encuentra el complejo de verano de los Kennedy). No soy un piloto tan
experimentado, habría dicho Kennedy, quien dio a entender que se veía obligado a
ir a Marthas Vineyard para satisfacer un deseo de Carolyn Bessette. Su esposa, dijo,
le había pedido que llevara a la hermana, Lauren, a la isla antes de continuar camino
hacia Hyannis.
Este relato no pareció cuadrar con una versión de la revista Newsweek. El semanario
describió a Bessette como temerosa del hobby de su marido. Me dijo, medio en broma
y medio en serio, que no confiaba en él, comentó una mujer de Marthas
Vineyard que solía atender a la pareja en un restaurante del pequeño aeropuerto, cuando
iban a pasar unos días a la casa de verano que John había heredado de Jacqueline.
En Manhattan, en tanto, las flores, las velas y las notas con mensajes de cariño, elogio
y despedida se seguían acumulando frente al departamento que los Kennedy habitaban en el
barrio de Tribeca y también en la zona céntrica, frente a la editorial Hachette, donde
el hijo del presidenteasesinado trabajaba como director de la revista política George.
Estos dos días estuve esperando un milagro. Ahora sólo me queda una tristeza muy
grande, dijo a Página/12 una radióloga del hospital neoyorquino Beth Israel. Su
testimonio resumía la congoja de toda la ciudad.
La congoja vía Internet
Decenas de miles de personas han recurrido a la red Internet para expresar su duelo por el
fallecimiento de John Kennedy hijo. En cuanto se conoció la desaparición de la avioneta,
muchas páginas en la red como la de la CNN, la del periódico Boston Globe y la de
America Online abrieron secciones dedicadas al hecho.
America Online que, con más de 18 millones de abonados, es el mayor proveedor de
Internet en el planeta inauguró el foro Recordando a JFL junior, en el
que, hasta las tres de la tarde de ayer, habían participado casi 20.000 personas.
Predominan las expresiones de dolor por la muerte de John-John: 19.000 mails. Los mensajes
que se centran en el destino trágico de la familia Kennedy llegaban a 4746.
Pero también muchos mensajes, más de 3000, consisten en críticas a las cadenas de
televisión por su manera de dar cobertura a los sucesos. Se quejan especialmente de que
la muerte de Kennedy desplazó por completo a otras noticias, como la muerte de dos
soldados estadounidenses por un accidente en Kosovo. Los productores de la CNN
deberían volver a una facultad de periodismo: parece que sólo pueden hablar de una
historia a la vez, según uno de estos mails.
Internet también canaliza un debate entre profesionales de la aviación sobre las
circunstancias en las que se produjo el accidente, entre las que sobresale la posible
imprudencia de Kennedy.
Además, desde el sábado, muchos sitios de la red presentan fotos de John: desde las más
recientes, en el último de sus 38 años de vida, hasta las de su infancia en la Casa
Blanca y aquella, terrible, cuando, a los tres años de edad, hizo el saludo ante el
ataúd de su padre. |
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