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En la crisis de Taiwán, se espera ahora que sea China la que haga el próximo movimiento. Según fue divulgado ayer, en la conversación telefónica con el presidente norteamericano Bill Clinton, su colega chino Jiang Zemin afirmó que se reservaba el derecho de intervenir militarmente para "resolver la cuestión taiwanesa". Clinton le pidió que se abstuviera de usar medios militares, pero expresó su apoyo a la política oficial de Pekín de "una China". De acuerdo con varias fuentes, el Ejército Popular de Liberación (EPL) chino puso en alerta a sus 2 millones y medio de soldados, y se preparan maniobras navales a gran escala cerca del estrecho de Taiwán. Analistas extranjeros señalaron que una acción militar podría estar todavía lejana. Pekín pedirá que los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) apoyen su política de "una China". Aunque Taipei parece aislado diplomáticamente, el gobierno goza del apoyo de un 73 por ciento de la opinión pública taiwanesa frente a las amenazas chinas. "Los chinos no pueden permanecer sin reaccionar, deben demostrar que están en condiciones de hacer algo." Un diplomático norteamericano resumió de esta manera ayer el dilema chino con respecto a Taiwán. La crisis comenzó el 8 de julio cuando el presidente taiwanés Lee Teng-Hui declaró que las relaciones entre la isla y China debían ser de "Estado a Estado", en lugar de quedar sujetas al concepto de "una China". Los medios oficiales chinos respondieron amenazando con un "reajuste militar". El mismo diplomático norteamericano consideró que éste podría consistir en "maniobras a gran escala o pruebas misilísticas". El presidente Zemin había dejado en claro el domingo en su conversación con el presidente Clinton, difundida ayer por los diarios chinos, que la respuesta bien podía llegar a ser militar, aunque Clinton le pidió que se esforzara por conseguir una solución "pacífica" al problema. El diario del EPL difundió ayer un anuncio de la armada de que iba a "acelerar los preparativos para un conflicto militar" debido a "recientes desarrollos en aguas regionales". Y es muy probable que --con el 51º aniversario del EPL y el 50º aniversario de la República Popular China ya próximos-- las Fuerzas Armadas chinas se sientan inclinados a realizar un despliegue de poderío militar para recordarlos. Los analistas militares extranjeros parecen coincidir, sin embargo, en que la acción no ocurrirá en el futuro cercano. "Preparar ejercicios a gran escala tomaría varias semanas --consideró un diplomático occidental-- y es improbable que se tome una decisión antes de la reunión anual del Partido Comunista a fines de julio". Entre los factores alegados para desestimar una acción militar china se cuentan la inminente devolución a China del enclave portugués de Macao, y la fragilidad de las relaciones chino-norteamericanas. Por el momento, Pekín prosigue su política de aislar diplomáticamente a Taiwán. El ministro de Relaciones Exteriores Chino Tang Jiaxuan presentará una petición oficial de su gobierno para que la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) reitere su reconocimiento de que sólo existe "una China". La Asean se reunirá en Singapur del 21 al 28 de julio. La premier neocelandesa Jenny Shipley declaró ayer su apoyo a esta doctrina del gobierno chino, como ya lo había hecho el domingo el presidente Clinton. En Taiwán, el gobierno protestó por las "medidas intimidatorias" chinas, y pidió a la población que "se mantuviera calma y confiada". Los intentos de Taiwán de obtener apoyo diplomático para su nueva posición hacia China hasta el momento han fracasado. El premier Vincent Siew aseguró a Pekín que el gobierno de Taiwán no había abandonado su deseo de reunificarse con China. Pero el gobierno aún no parece dispuesto a renegar de la declaración de Lee. Una encuesta reveló ayer que un 73 por ciento de los taiwaneses apoya la posición de mantenerse firme ante las amenazas chinas.
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