Por Adrián H. Mouján No he tenido suerte
buscando el oro de los jesuitas y esto me ha obligado a volver a la actividad
política. Con esta confesión, y entre risas, Armando Caro Figueroa explicó por
qué aceptó el ofrecimiento de Domingo Cavallo para ser su candidato a vicepresidente.
Luego de la ruptura con Gustavo Beliz, el candidato presidencial de Acción por la
República, Domingo Cavallo consiguió que su amigo abandonara su propia búsqueda de
Eldorado para acompañarlo en la campaña electoral.
Caro es aliado de Cavallo desde los tiempos en que compartieron poder en el gabinete de
Carlos Menem, pero su nombramiento sorprendió al propio entorno del diputado de Acción
por la República. Ayer, lanzó el anuncio durante un desayuno con principales dirigentes
de su partido. Mientras todos discutíamos un tema de la campaña, Cavallo dijo en
voz baja: `El candidato a vice va a ser Armando Caro Figueroa. Alguien le preguntó
qué había dicho, Cavallo lo repitió y nos caímos todos de las sillas, relató un
dirigente que estuvo en esa reunión.
Cavallo venía charlando con Caro Figueroa desde hace meses, aunque en las filas de
Acción por la República se habían arrojado los nombres de Juan Llach, ex colaborador
del mediterráneo en su paso por el Palacio de Hacienda, el diputado Guillermo Francos y
un par de extrapartidarios, cuyos nombres reservó el cavallismo para no
desgastarlos ya que aspiran a que se sumen a las listas de diputados.
Caro explicó su regreso a la política, luego de su salida precipitada del gabinete
Menem, de manera burlona: Mis antecesores familiares buscaban el `tapado de los
jesuitas, un tesoro que los jesuitas dejaron cuando los reyes lo expulsaron del
virreinato, pero no he tenido suerte. Después, ambos se refirieron esencialmente a
la situación económica y a los altos índices de desempleo, párrafos que aprovecharon
para castigar al ex titular de la cartera laboral, Antonio Erman González.
Erman actuó como un representante de los sindicatos y de las corporaciones en lugar
de ocuparse de la desocupación, dijo Cavallo. Mientras que Caro atacó a los
funcionarios nacionales y a los referentes en el área laboral de cada candidato
presidencial por los pronósticos que realizan sobre el origen de la desocupación. Sobre
el tema al que definió como el mayor desafío del próximo gobierno, Caro
afirmó que las dos principales fuerzas políticas del país han abordado mal este
problema porque algunos sostienen que el desempleo es simplemente una consecuencia
inevitable del modelo económico, frente a lo cual en consecuencia no hay nada que hacer,
y otros sostienen que el desempleo es nada más que una consecuencia de la crisis externa,
frente a la cual no hay nada que hacer. Nosotros, desde esta fórmula, pensamos totalmente
diferente, pensamos que nuestro país, nuestros representantes políticos tienen mucho que
hacer para derrotar la desocupación.
A partir de este anuncio, Cavallo, sumamente necesitado de protagonismo para evitar que la
polarización se lo fagocite, resolvió dividir la presentación de su plataforma en
cuatro capítulos. Durante cuatro jueves, comenzando mañana, el ex ministro presentará
en un hotel de Retiro propuestas escritas referidas a la situación económica y el
desempleo, la seguridad, la salud y la educación, en ese turno.
Ante la pregunta sobre si esta fórmula es mejor que la pudo haber llegado a conformar con
Gustavo Beliz, el ex ministro de Economía contestó que es más adecuada. Beliz se
había concentrado en los problemas de la ciudad, donde está haciendo una muy buena
tarea, mientras Caro Figueroa siguió pensando sobre el problema del desempleo. Al
conocer esta afirmación, Beliz contestó que Cavallo tiene derecho a designar a
quién le parezca de compañero de fórmula. Todo lo que tenía que decir ya lo he
dicho.
Un técnico pluripartidario Miembro de una tradicional familia peronista salteña, abogado, Armando Caro
Figueroa militó en la Juventud Peronista y debió exiliarse durante la última dictadura
militar en España, donde llegó a asesorar a Felipe González. Regresó a la Argentina
con la restauración democrática. Caro Figueroa intentó en 1985 sin éxito crear un
partido propio en su provincia pero su fuerte siempre fue su imagen como técnico en
materia laboral. Fue subsecretario de Trabajo de Raúl Alfonsín y luego, en 1996, Carlos
Menem lo designó al frente de esa cartera. Quienes lo conocen lo describen como muy
callado e inexpresivo aunque no carente de humor, ávido lector y portador de un encono
contra la dirigencia sindical, que nació de su militancia setentista y se robusteció en
Europa. Sus obsesiones durante su gestión en el Gabinete de Carlos Menem fueron la
flexibilización laboral y el establecimiento de la pluralidad sindical, es decir el fin
de la existencia de una Central única de trabajadores. Fue resistido por la dirigencia
cegetista durante toda su gestión y cayó cuando la Justicia no admitió la
flexibilización laboral que había impuesto mediante un decreto de necesidad y urgencia. |
Se fue el jefe de campaña
No
podés tener de jefe de campaña a un tipo que desde el candidato para abajo, está
peleado con todos. De esta manera, un cavallista explicó el porqué de la salida de
Haroldo Grisanti del comando de campaña de Acción por la República (AR).
Según confiaron a Página/12, el ex titular de Encotesa habría acordado su salida en un
encuentro el sábado pasado en la casa del ex ministro de Economía. Grisanti había
pasado más de tres semanas caminando por el filo de la navaja después de haberse peleado
con los principales dirigentes del partido.
El reemplazante de Grisanti al frente de la campaña electoral de Acción por la
República será Santiago Montoya, quien estuvo a cargo de las relaciones del Ministerio
de Economía con organismos internacionales como el FMI, el Banco Mundial, la banca
europea y la asiática. Es un especialista en la formación de grupos humanos, en
diseño de campañas y tiene muy buena relación con las Organizaciones No Gubernamentales
(ONGs), dijeron en AR sobre Montoya.
La salida de Grisanti se produjo tres semanas después de que en una reunión de los
principales dirigentes del partido, la totalidad de los presentes le rechazará su
diagrama de campaña proselitista. Pero el golpe casi mortal fueron las críticas del
propio Cavallo. En ese momento Grisanti amenazó con renunciar y el diputado le retrucó
con un ya tengo a dos personas para reemplazarte. Y según lo marca la
novedad, Cavallo no había bravuconeado: apenas Grisanti dio un paso al costado, Montoya
de 30 años, lo reemplazó.
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