Por Pablo Ferreira La actual crisis es
similar, por ahora, a la del Tequila, diagnosticó ayer el secretario de Industria y
Comercio, Alieto Guadagni, en un inesperado reconocimiento oficial de la profundidad de la
recesión en Argentina. Según el funcionario, aunque la producción industrial de junio
lograría una leve recuperación del 2 por ciento respecto al mes previo, comparada con
junio de 1998 muestra un fuerte retroceso del 11 por ciento. Esta performance es casi
idéntica a la que manifestó toda la industria a lo largo del primer semestre del año,
cuando se derrumbó un 10 por ciento en relación a los seis primeros meses del año
pasado.
La mejor noticia que logró exhibir ayer el secretario fue que en el último
trimestre la producción no cayó. Según Guadagni, los valores
desestacionalizados muestran que, después de caer ininterrumpidamente desde mediados del
año pasado, la actividad industrial dejó de caer y se encuentra estancada desde el mes
de marzo último. Pero, en contrapartida, debió aceptar que los números
evidencian, al mismo tiempo, que la recesión está lejos de haberse superado. La
crisis es severa, y a pesar de que parece haber tocado su piso, no existen aún señales
acerca de una recuperación, señaló a su pesar.
Al respecto, el titular de la cartera industrial dijo en conferencia de prensa que la fase
recesiva por la que atraviesa la industria, que lleva ya un año de duración, alcanzó al
65 por ciento de las ramas manufactureras. De acuerdo a las estadísticas de Industria,
los primeros datos conocidos muestran que la leve mejora en los niveles de actividad en
junio respecto de mayo se notaron principalmente en el sector automotor (9,6 por ciento)
por efecto del Plan Canje, aluminio (7), la metalmecánica (5), Alimentos (4,5) y
materiales para la construcción (4 por ciento). En cambio, si se compara el
comportamiento de junio último con junio del 98, disminuyeron su actividad las
industrias de automotores (un notable 43,9 por ciento), metalmecánica (30), textiles
(19), acero (17) y papel (13).
En sentido contrario se registran subas de 28 por ciento en la producción de carnes
rojas, 19 por ciento en lácteos, 16 por ciento en aceites y 13 por ciento en cemento.
La grave situación en los mercados internacionales, que demolió buena parte del valor de
las exportaciones locales, llevó a Guadagni a declararle una guerra frontal a los
subsidios agropecuarios. Resulta decisivo, hoy más que nunca, impulsar en todos los
frentes una lucha definitiva para desarticular la red de subsidios agrícolas de los
países desarrollados. Según los cálculos del funcionario, las pérdidas
argentinas por la caída de los precios de los productos que exporta suma unos 5000
millones de dólares anuales.
El funcionario reiteró ayer que los problemas del comercio exterior argentino no obedecen
a una pérdida de competitividad, sino a ese problema. Las exportaciones de los primeros
cinco meses de este año sumaron 9520 millones de dólares, pero si se hubiesen efectuado
con los precios vigentes en 1997, su monto hubiera trepado a los 11.900 millones de
dólares. Al respecto destacó que según cifras de la OCDE (Organización de Cooperación
y Desarrollo Económicos), los subsidios agrícolas del mundo siguieron subiendo entre
1997 y 1998, al pasar de 310.000 millones de dólares a 340.000 millones.
Además, las cifras del Gobierno prevén una caída de más de 7100 millones de dólares
en el intercambio comercial y un saldo negativo del orden de los 2000 millones de dólares
para este año. Las importaciones caerían en un 16 por ciento (rondarían 26.300 millones
de dólares) y las exportaciones un 8 por ciento (a 24.400 millones de dólares), del
orden de los 2000 millones para este año.
En lo que respecta al intercambio comercial con Brasil, la caída de exportaciones a ese
destino ronda 29 por ciento en los primeros cinco meses del año, lo que representa 900
millones de dólares menos que en 1998. Guadagni señaló en este orden que,
excluyendo el comercio devehículos, más de la mitad de nuestras exportaciones a
ése destino no pierde participación, lo que implica que detrás de esa fuerte caída
prima más la disminución en la actividad de esa economía que factores vinculados con
pérdidas de competitividad relativa o por estar siendo desplazados por otras
países. El secretario sostuvo que, de mantenerse las tendencias actuales, al final
de este año la balanza comercial bilateral terminaría equilibrada o con un leve
superávit en favor de la Argentina, en torno de los 200 millones de dólares.
El otro dato alentador lo constituyó la evolución del Plan Canje Plus de automotores
puesto en marcha a principios de mayo. Al 16 de julio se habían dado de baja a 66.995
unidades, mientras que durante la vigencia del anterior Plan Canje, en el término de dos
años se dieron de baja apenas 1000 vehículos por mes. El promedio de ventas al mercado
interno de vehículos de producción nacional resultó en los primeros cinco meses de este
año de 12.800 unidades mensuales, pero en junio superaron las 19.900 unidades.
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