Por Victoria Ginzberg Son imágenes simples pero
profundamente conmovedoras. Las mujeres aparecen sentadas, en una mecedora, en un sillón.
Las más jóvenes en la orilla de un río o en el piso, respaldadas en un árbol. Hay
chicos, pero la presencia masculina es bastante inferior. Vivíamos en la
incertidumbre, no sabíamos cuándo nos iba a tocar a nosotros. Todo fue muy
rápido. Tengo imágenes, creo que vi cómo asesinaban a mi viejo.
Algo había que hacer. Las frases son el sonido de esas figuras y todo es
parte de Botín de Guerra, el documental de David Blaustein sobre la historia de las
Abuelas de Plaza de Mayo. La película tendrá una original comercialización, que incluye
la preventa de entradas a diversas asociaciones, sindicatos y universidades.
En la sala Julio Cortázar del complejo La Plaza periodistas y partícipes del film, de
uno y otro lado de la cámara, pudieron ver una parte de lo que será Botín de Guerra.
Aunque verme en una película no es novedad, estoy muy emocionada. Creo que esto va
a ser útil no sólo para las Abuelas sino también para todos los jóvenes que tienen
dudas sobre su identidad, aseguró Rosa Roisinblit, vicepresidenta de Abuelas de
Plaza de Mayo, después de ver su rostro en la pantalla. En el documental, que se inició
como la historia de las Abuelas, fueron cobrando protagonismo los nietos, los recuperados
y los que buscan a sus hermanos y hermanas.
Las universidades de Río Cuarto, del Comahue, la Federación Universitaria Argentina
(FUA), la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y la Central de Trabajadores Argentinos
son algunas de las entidades que han comprado por adelantado entradas de Botín de Guerra,
que se estrenará el próximo 28 de octubre. Según informaron los responsables de la
película, la cadena Hoyts Cinema ya confirmó dos de sus salas en Capital y prometió
gestionar otras en el interior del país. Además, la Dirección de Promoción Cultural de
la Secretaría del Gobierno de la Ciudad cederá 300 carteleras para la promoción del
film.
La película, que demandó un montaje de diez semanas para llevar las cuarenta horas de
testimonios a los 115 minutos finales, también tiene una página en Internet
para que vean que somos muy modernos, dijo Blaustein a través de
la cual se han puesto en contacto Organizaciones No Gubernamentales de Francia y
universidades norteamericanas.
Entre el público, Abel Madariaga, secretario de Abuelas, y varios jóvenes que
participaron en el film Juliana García, Mariana Pérez Gaston Goncalves miran
la pantalla. Allí, con su beba entre los brazos Carla Rutilo Artés narra con su acento
español cómo fue el día que conoció a su Abuela, la bruja, como la llamaba
entonces. Un biombo las separaba en el juzgado. Carla hace un gesto como asomándose
detrás del muro en donde se encontraba Sacha. En la escena siguiente aparece la mujer,
recuerda el biombo y repite el gesto, el mismo que hizo su nieta recuperada.
Elegimos casos representativos de las diferentes etapas de Abuelas, de los primeros
tiempos, en los que los estratos judiciales eran el escenario de la restitución, casos
más conflictivos, con chantaje mediático incluido, happy-ends conmovedores y casos de
chicos que regresan por sus propios pies y buscan su identidad, aseguró Blaustein a
la hora de definir cómo se había hecho la selección de las historias que forman parte
de la película.
LA CAUSA POR LA INCONSTITUCIONALIDAD DE
INDULTOS
Aporte de un juez paraguayo
El fiscal
federal Miguel Angel Osorio solicitó que se incorporara a la causa en la que se denunció
la inconstitucionalidad de los indultos una resolución del juez paraguayo que está
investigando las acciones conjuntas de las fuerzas de seguridad argentinas y paraguayas
durante el Plan Cóndor. De esta manera, se crearía un precedente de cooperación
judicial internacional en la investigación de crímenes de lesa humanidad.
El juez del crimen de Asunción del Paraguay Pedro Mayor Martínez resolvió en enero de
este año abrir una causa sobre la desaparición de ciudadanos paraguayos en Argentina y
argentinos en Paraguay. En el escrito de apertura del proceso, el magistrado sostuvo que
estos delitos son permanentes e imprescriptibles y que existe
jurisdicción universal para juzgarlos. Uno de los hechos que está
investigando el juez paraguayo es la desaparición de Federico Tatter. Su esposa, Idalina
Tatter, es una de las querellantes en el juicio en el que se denunció la
inconstitucionalidad de los indultos precisamente porque los hechos son permanentes
e imprescriptibles y que lleva adelante el juez Gustavo Literas.
Además de pedir la incorporación de ese escrito, Osorio hizo lugar a otras medidas
solicitadas por los abogados de la querella, David Baigún y Alberto Pedroncini. Así
reclamó la transcripción de la grabación magnetofónica de la conversación que la
desaparecida Cecilia Viñas mantuvo con su familia en 1984. También requirió que la
Secretaría de Inteligencia del Estado informe al juzgado si durante 1976 y 1977 actuaron
oficiales del ejército uruguayo y, de ser así, que dé los nombre y tareas que tenían
asignadas. Esto fue solicitado a raíz de la declaración del entonces capitán Eduardo
Cabanillas quien afirmó que en la OT 18 (el centro clandestino de detención Automotores
Orletti) había militares uruguayos que revistaban allí en comisión. Osorio
también reclamó la citación como testigos de José Luis Bertazzo, último liberado en
territorio argentino entre los secuestrados en Automotores Orletti, y a la periodista
Stella Calloni.
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