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Relatos de chicos y abuelas volviendo desde la oscuridad

Se presentó el documental sobre la historia de las Abuelas de Plaza de Mayo filmado por David Blaustein, con los conmovedores testimonios de los que recuperaron su identidad.

Se necesitaron cuarenta horas de testimonios para encontrar los 115 minutos del film.

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Por Victoria Ginzberg

t.gif (862 bytes) Son imágenes simples pero profundamente conmovedoras. Las mujeres aparecen sentadas, en una mecedora, en un sillón. Las más jóvenes en la orilla de un río o en el piso, respaldadas en un árbol. Hay chicos, pero la presencia masculina es bastante inferior. “Vivíamos en la incertidumbre, no sabíamos cuándo nos iba a tocar a nosotros.” “Todo fue muy rápido.” “Tengo imágenes, creo que vi cómo asesinaban a mi viejo.” “Algo había que hacer.” Las frases son el sonido de esas figuras y todo es parte de Botín de Guerra, el documental de David Blaustein sobre la historia de las Abuelas de Plaza de Mayo. La película tendrá una original comercialización, que incluye la preventa de entradas a diversas asociaciones, sindicatos y universidades.
En la sala Julio Cortázar del complejo La Plaza periodistas y partícipes del film, de uno y otro lado de la cámara, pudieron ver una parte de lo que será Botín de Guerra. “Aunque verme en una película no es novedad, estoy muy emocionada. Creo que esto va a ser útil no sólo para las Abuelas sino también para todos los jóvenes que tienen dudas sobre su identidad”, aseguró Rosa Roisinblit, vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, después de ver su rostro en la pantalla. En el documental, que se inició como la historia de las Abuelas, fueron cobrando protagonismo los nietos, los recuperados y los que buscan a sus hermanos y hermanas.
Las universidades de Río Cuarto, del Comahue, la Federación Universitaria Argentina (FUA), la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y la Central de Trabajadores Argentinos son algunas de las entidades que han comprado por adelantado entradas de Botín de Guerra, que se estrenará el próximo 28 de octubre. Según informaron los responsables de la película, la cadena Hoyts Cinema ya confirmó dos de sus salas en Capital y prometió gestionar otras en el interior del país. Además, la Dirección de Promoción Cultural de la Secretaría del Gobierno de la Ciudad cederá 300 carteleras para la promoción del film.
La película, que demandó un montaje de diez semanas para llevar las cuarenta horas de testimonios a los 115 minutos finales, también tiene una página en Internet –“para que vean que somos muy modernos”, dijo Blaustein– a través de la cual se han puesto en contacto Organizaciones No Gubernamentales de Francia y universidades norteamericanas.
Entre el público, Abel Madariaga, secretario de Abuelas, y varios jóvenes que participaron en el film –Juliana García, Mariana Pérez Gaston Goncalves– miran la pantalla. Allí, con su beba entre los brazos Carla Rutilo Artés narra con su acento español cómo fue el día que conoció a su Abuela, “la bruja”, como la llamaba entonces. Un biombo las separaba en el juzgado. Carla hace un gesto como asomándose detrás del muro en donde se encontraba Sacha. En la escena siguiente aparece la mujer, recuerda el biombo y repite el gesto, el mismo que hizo su nieta recuperada.
“Elegimos casos representativos de las diferentes etapas de Abuelas, de los primeros tiempos, en los que los estratos judiciales eran el escenario de la restitución, casos más conflictivos, con chantaje mediático incluido, happy-ends conmovedores y casos de chicos que regresan por sus propios pies y buscan su identidad”, aseguró Blaustein a la hora de definir cómo se había hecho la selección de las historias que forman parte de la película.

 


 

LA CAUSA POR LA INCONSTITUCIONALIDAD DE INDULTOS
Aporte de un juez paraguayo

t.gif (862 bytes) El fiscal federal Miguel Angel Osorio solicitó que se incorporara a la causa en la que se denunció la inconstitucionalidad de los indultos una resolución del juez paraguayo que está investigando las acciones conjuntas de las fuerzas de seguridad argentinas y paraguayas durante el Plan Cóndor. De esta manera, se crearía un precedente de cooperación judicial internacional en la investigación de crímenes de lesa humanidad.
El juez del crimen de Asunción del Paraguay Pedro Mayor Martínez resolvió en enero de este año abrir una causa sobre la desaparición de ciudadanos paraguayos en Argentina y argentinos en Paraguay. En el escrito de apertura del proceso, el magistrado sostuvo que estos delitos son “permanentes e imprescriptibles” y que existe “jurisdicción universal” para juzgarlos. Uno de los hechos que está investigando el juez paraguayo es la desaparición de Federico Tatter. Su esposa, Idalina Tatter, es una de las querellantes en el juicio en el que se denunció la inconstitucionalidad de los indultos –precisamente porque los hechos son permanentes e imprescriptibles– y que lleva adelante el juez Gustavo Literas.
Además de pedir la incorporación de ese escrito, Osorio hizo lugar a otras medidas solicitadas por los abogados de la querella, David Baigún y Alberto Pedroncini. Así reclamó la transcripción de la grabación magnetofónica de la conversación que la desaparecida Cecilia Viñas mantuvo con su familia en 1984. También requirió que la Secretaría de Inteligencia del Estado informe al juzgado si durante 1976 y 1977 actuaron oficiales del ejército uruguayo y, de ser así, que dé los nombre y tareas que tenían asignadas. Esto fue solicitado a raíz de la declaración del entonces capitán Eduardo Cabanillas quien afirmó que en la OT 18 (el centro clandestino de detención Automotores Orletti) había “militares uruguayos que revistaban allí en comisión”. Osorio también reclamó la citación como testigos de José Luis Bertazzo, último liberado en territorio argentino entre los secuestrados en Automotores Orletti, y a la periodista Stella Calloni.

 

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