Por R. K. La mayoría de los ciudadanos de Capital
Federal y Gran Buenos Aires respaldan el acuerdo firmado la semana pasada entre el
gobierno argentino y el británico. Lo curioso es que cuando se pregunta por algunas de
las cláusulas de ese acuerdo, la gente se manifiesta fuertemente en contra: los
ciudadanos, por ejemplo, sostienen que el acuerdo beneficia en primer lugar a Gran
Bretaña, pero incluso si se suma a los que tienen esa opinión con los que piensan que
los beneficiados son los kelpers, se totaliza más de un 60 por ciento.
Las conclusiones surgen de un estudio realizado por Analogías, la consultora que en esta
campaña realiza encuestas y asesora al candidato presidencial de la Alianza, Fernando de
la Rúa. En total se entrevistaron 500 personas de la Capital y el Gran Buenos Aires,
respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel socioeconómico. El relevamiento se
hizo durante el último fin de semana.
Como se puede ver en los datos, hay una sólida mayoría en favor del acuerdo por
Malvinas. En general esto tiene que ver con una actitud pacifista de la ciudadanía, que
prefiere que se arreglen diplomáticamente todos los conflictos que potencialmente puedan
provocar una nueva guerra. En la cuestión de Malvinas la gente es especialmente pacifista
porque tiene más que presente el recuerdo de la guerra de 1982 y, como es lógico, los
ciudadanos piensan en los jóvenes que deberán empuñar las armas, el frío, las muertes
y todas aquellas imágenes que aún perduran. Debe tenerse en cuenta que todas las
encuestas en las que se pregunta sobre la participación de tropas argentinas en Croacia,
Colombia, el Golfo Pérsico o donde sea, siempre concluyen con un resultado similar: hay
un fuerte rechazo a cualquier presencia argentina en cualquier conflicto armado.
Es por esa razón que la primera reacción de la gente es aprobar un acuerdo que el
encuestado considera aleja el peligro de guerra.
Sin embargo, cuando se analizan los puntos de lo firmado en Londres la semana pasada, al
ciudadano más bien le cae mal lo acordado. Analogías tomó dos temas como testigos: el
cambio de nombre de Puerto Argentino y una opinión sobre los beneficiados con el acuerdo.
En ambos casos, la gente o bien rechaza lo firmado o dice que salieron beneficiados los
demás, no la Argentina. Seguramente algo similar ocurriría en caso de preguntarse por la
condición de ingresar en las Malvinas con pasaporte. O sea que la gente ve que lo que se
firmó no fue beneficioso para el país y que Gran Bretaña o los kelpers fueron los que
sacaron ventaja.
Un hecho notable es que parece haber más acuerdo con lo firmado en los sectores de
menores recursos que en la clase media, algo que se vislumbra comparando las cifras de
Capital y Gran Buenos Aires. De todas maneras, más que una diferencia socioeconómica lo
que se ve es una diferencia política: como la Capital es más aliancista, hay más
rechazo a cualquier política del Gobierno. Esto se percibe cuando se analiza el acuerdo o
desacuerdo con el pacto Argentina-Gran Bretaña cruzado con la intención de voto para
octubre: los partidarios de De la Rúa apoyan en un 58 por ciento el acuerdo, los de
Duhalde en un 74 por ciento y los de Cavallo en un 60.
LLOYD SE REUNIO CON MENEM Y DI TELLA
No escribiré grafittis
Yo
no vine a Buenos Aires a escribir graffitis en las paredes, sino a portarme
bien. El vicecanciller británico, Tony Lloyd, se permitió ayer esa broma a
propósito del temor que el canciller Guido Di Tella manifestó sobre el comportamiento de
los argentinos que visiten Malvinas.
Más serio, dijo después que el acuerdo firmado entre Gran Bretaña y la Argentina abrió
una oportunidad real para que los argentinos les demuestren a los isleños que no
constituyen ninguna amenaza y consideró que hay que reconocer a los kelpers su
determinación de alcanzar el entendimiento.
Lloyd se reunió con el presidente Carlos Menem y con Ramón Palito Ortega y
Domingo Cavallo, con lo cual cerró su visita al país. Menem lo recibió junto al
canciller Guido Di Tella y al secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, para
analizar detalles del acuerdo entre la Argentina y el Reino Unido. Al término del
encuentro, Lloyd atribuyó a Menem el hecho de que las relaciones bilaterales estén
en un momento de tanta fortaleza, como no estuvieron quizás desde el principio del
siglo.
El objetivo de las reuniones que Lloyd mantuvo con Ortega quien lo entrevistó en
representación de Eduardo Duhalde, de viaje en Italia y Cavallo fue el mismo que
inspiró su encuentro con Fernando de la Rúa: conocer la posición de los eventuales
sucesores de Menem acerca de la relación entre argentinos y británicos.
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