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OPINION
Los políticos y la Iglesia
Por Luis Farinello

Los políticos están pasando un momento de muy poca credibilidad, y la gente desconfía de ellos. En octubre, cuando sean las elecciones, nadie va a ir a votar con ilusión, bien vestida. La Iglesia, con todos los puntos oscuros que puede tener –porque en definitiva está compuesta por hombres- está cerca de los que más necesitan, que por eso la miran con respeto. Los curas tenemos una cierta autoridad moral, damos una idea de transparencia, de coherencia, estamos cerca del dolor de la gente, que se nos acerca cuando está mal. A veces, desde la misma municipalidad mandan a la gente para la iglesia.
Si hoy la Iglesia cerrara sus comedores, habría un caos en el país, sería una catástrofe social. Ningún organismo oficial cumple la función social que despliega Caritas. A monseñor Rey habría que hacerle un monumento, porque se ocupa de gente que el Gobierno ni mira. Pero el Gobierno se enoja por él, porque no tolera que un obispo le diga la verdad.
En los asentamientos, hay chicos que lloran de noche por el frío y ningún concejal está ahí. Y no es solamente el problema de la pobreza, es también el avance de la droga. Hay chicos que yo vi nacer y que hoy están desesperanzados. La única plata que tienen la consiguen robando y la usan para comprar droga. Y ningún concejal esta ahí. La Iglesia se está haciendo cargo de los problemas sociales. Y los candidatos lo saben, coquetean con eso, quieren sacarse la foto al lado nuestro porque les conviene. Ellos vienen continuamente a pedirme que los acompañe a los barrios y necesitan tenernos al lado porque solos nunca fueron. Generalmente su actitud es oportunista, quieren capitalizar en provecho propio el prestigio ético que uno ha conseguido con tanto esfuerzo. También me han ofrecido que sea candidato y, aunque ya dije que no varias veces, las propuestas me siguen llegando.
Y cada año, la cosa está peor. Las fábricas cierran todo el tiempo, hasta Roque Fernández lo reconoce. Lo que pasó el miércoles con los trabajadores del campo es terrible. Y mientras tanto, el Gobierno hace un gran esfuerzo para llegar a fin de año, porque aunque no lo quieran reconocer, todo está en crisis.
Quizá el próximo gobierno (sea Eduardo Duhalde o Fernando de la Rúa el presidente) baje el nivel de corrupción, que en el gobierno de Carlos Menem fue más que escandaloso. Lo que no sé es si el que venga se va a animar a tocar el modelo económico, o si simplemente van a hacer lo que quiere la minoría, los grupos económicos, y van a ignorar las demandas de la mayoría de la gente.

 

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