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Acusan a Pou de malversar fondos de discapacitados

Una denuncia judicial de la APDH y la CTA le imputa la pérdida de 160 millones de pesos que debía recaudar por multas a los bancos. Tenían como destino un fondo de ayuda a discapacitados.

Pedro Pou, presidente del Banco Central, con otra causa judicial.
Le imputan transferir fondos sociales a favor de los bancos.

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Por Pablo Ferreira

t.gif (862 bytes) El presidente del Banco Central, Pedro Pou, sigue dando que hablar y no precisamente por la solidez del sistema financiero. Ahora, a la inestable posición en que lo sumió su procesamiento en las causas de los bancos Patricios y Mayo, sumará otra investigación penal porque habría damnificado a diversos programas para la atención integral de discapacitados y personas con SIDA. La Asamblea Permanente de los Derechos Humanos (APDH) y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) presentarán hoy el alegato donde se acusa al superbanquero, y a su directorio, de causar la pérdida –como mínimo– de 160 millones de pesos al no controlar adecuadamente la recaudación de una multa a los cheques rechazados establecida por ley con ese destino humanitario.
La denuncia, firmada por Alfredo Bravo y Simón Lázara en su carácter de presidente y vice de la APDH –entre otros–, y Víctor De Genaro, secretario general de la CTA, pide la investigación de las autoridades del Central por los presuntos delitos de defraudación, violación de los deberes de funcionario y malversación de caudales públicos. La presentación, centrada en la violación de la Ley Antidiscriminatoria, formará parte de la denuncia llevada ante la Justicia el lunes pasado -tal como anticipó dos días antes Página/12– por los diputados frepasistas Jorge Rivas y Alfredo Bravo.
Los legisladores dicen que “la autoridad bancaria no ejerció el debido contralor, no recaudó lo que debía recaudar y transferir, y ha puesto así en crisis los intereses superiores del Estado y su patrimonio”. Según establecieron los denunciantes, el número de inhabilitados para operar en cuentas corrientes y de cheques rechazados entre mayo de 1995 y fines de 1998, alcanza algo más de 6 millones, según datos del propio BCRA. Si a cada uno de ellos –razonan en el escrito– les hubiera correspondido el número de multas previsto por ley, estimando sólo el valor mínimo de 50 pesos, deberían haberse recaudado más de 300 millones de pesos.
Sin embargo, el total recaudado hasta el 28 de octubre de 1998, de acuerdo también a las cifras oficiales, superó apenas los 140 millones. Esto significa que más del 55 por ciento de las multas no se habrían transferido al Central, con el consecuente beneficio para los banqueros, o se habrían dejado de recaudar.
En tanto, la presentación de la APDH-CTA busca dejar en evidencia, por un lado, que el Banco Central es quien “se halla a cargo de velar por la recaudación y asignación al destino previsto legalmente, como así también de aplicar las sanciones pertinentes (a los bancos) por la falta de percepción” de las mismas. Pero, sobre todo, resaltan el agravante de que los delitos supuestamente cometidos lo hayan sido en perjuicios de personas discapacitadas. Por eso hacen caer la cuestión en los límites de la Ley Antidiscriminatoria (23.592), “en tanto el menoscabo del pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos que resultan conculcados hayan sido determinados por los caracteres físicos de los damnificados, esto es, por su condición de discapacitados”.
Rivas destacó al respecto que la actitud del Central “denota la frivolidad obscena con la que son tratados temas que sensibilizarían a los más impermeables en materia social, como es la situación de los discapacitados”. Y resaltó, al mismo tiempo, la gravedad del decreto promovido este año por Roque Fernández y avalado por el presidente Carlos Menem, condonando estas deudas de los bancos. Esta decisión fue cuestionada por inconstitucional tanto desde el ámbito parlamentario como desde el judicial, en este caso, por parte del ombudsman nacional, Jorge Maiorano.

 

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