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EXTENDIERON EL PLAN CANJE HASTA ENERO DEL 2000
La revolución desguazadora

El miniboom de ventas provocado por el canje de autos de más de diez años por un cero kilómetro motivó a la industria. El Gobierno prorrogó el plan. Desde octubre, serán $3500 por certificado.

La venta de unidades nuevas se recuperó en mayo y junio, tras seis meses de recesión.
“La muerte súbita del plan hubiera provocado un desequilibrio”, justificó el Gobierno.

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t.gif (862 bytes)  El Gobierno prorrogó hasta el 31 de enero del 2000 el denominado Plan Canje Plus. El programa, impulsado para reactivar al alicaído sector automotor, iba a finalizar a mediados de octubre. Pero la profundización del ciclo recesivo y el éxito logrado por el plan fueron motivos suficientes para convencer al presidente Carlos Menem de la necesidad de extender la iniciativa. Además, reflotaron la idea del auto económico.
Quienes se adhieran al Plan Canje Plus antes del próximo 19 de octubre seguirán recibiendo 4000 pesos más IVA por su vehículo usado de no menos de diez años de antigüedad. Pero aquellas personas que ingresen al programa pasada esa fecha, percibirán 3500 pesos más IVA. Miguel Cuervo, el subsecretario de Industria, justificó la decisión en el éxito logrado por el lanzamiento y en razones técnicas. “Cuando los planes promocionales tienen una muerte súbita, se produce un desequilibrio en la producción, y quisimos evitar ese fenómeno”, explicó el funcionario.
Según el Gobierno, a partir de febrero podría implementarse la primera versión del actual Plan Canje, según el cual a quienes trocaban su auto usado por uno cero kilómetro se les reconocía 2000 pesos. Pero, en todo caso, esa decisión ya estará en manos del futuro inquilino de la Casa Rosada.
Desde que se implementó el Plan Canje Plus se dieron de baja 60 mil autos usados, señaló Alieto Guadagni, secretario de Industria. El esquema ya tuvo su efecto en la industria: las automotrices locales lograron colocar 5 mil vehículos más en mayo que en abril (31.043). Y en junio se vendieron otros 31.757. Con los números en la mano, dando cuenta de que se había cortado la caída en las ventas, las fábricas le pidieron al Gobierno la extensión del programa. Y la Casa Rosada accedió. Con el índice de desempleo en franco aumento, a Carlos Menem no le es indiferente que si la producción de autos va en aumento, esto redundará en mayor mano de obra ocupada. El sector automotor fue el primero en sufrir la crisis internacional, y encontró su peor momento después de la devaluación del real brasileño.
“Incluso estamos evaluando la posibilidad de que al Plan se integren los autos producidos en Brasil”, reveló el subsecretario de Industria. La eventualidad de que se sumen los vehículos brasileños responde a un pedido realizado por Ford y Mercedes Benz. En el caso de Ford, el reclamo involucra a sus modelos Ka y Fiesta que, por ser elaborados en el país vecino, hasta ahora quedaron al margen del Plan Canje. “Eso sí, los incluiremos siempre y cuando el ingreso de esos modelos esté compensado por una doble exportación” de las terminales, añadió el funcionario. No obstante, aclaró que los propios empresarios del sector todavía no habían logrado un consenso al respecto.
Acerca del auto económico, la Secretaría de Industria elevará una propuesta a Economía dentro de quince días. “Será más barato y con mayor integración de partes nacionales”, reveló Cuervo. Según el bosquejo de Industria, el “auto económico” podría contener hasta un 80 por ciento de componentes de origen argentino y “algún tipo de apoyo” oficial, agregó.

 


 

EL GOBIERNO DESCALIFICO AL AGRO
Una crisis pasajera

t.gif (862 bytes) ”Si el gobierno sigue haciendo como el avestruz y no reacciona, vamos hacia el colapso”, advirtió ayer el titular de la Federación Agraria Argentina (FAA), René Bonetto. Esta fue una de las réplicas que mereció la postura del gobierno que sólo atinó a desacreditar la masiva protesta del miércoles. En cambio, los ruralistas recibieron el apoyo del candidato presidencial del justicialismo, Eduardo Duhalde, a sus reclamos por una baja del costo de los peajes, del gasoil y de la presión fiscal, y una amplia refinanciación de sus pasivos.
Por otra parte, en los pasillos de la Casa Rosada se comentaba ayer que el presidente Carlos Menem evaluaba borrarse de la inauguración oficial de la Exposición Rural –el 7 de agosto–, ante el temor de sufrir una bochornosa silbatina. A propósito de la creciente fractura en el frente interno de la Sociedad Rural, la única entidad que no adhirió a la manifestación, su ex presidente Guillermo Alchourón manifestó su disconformidad con la actitud de la actual conducción de la entidad, que se negó a participar de la Marcha Federal Agropecuaria.
El secretario de Agricultura, Ricardo Novo, que actuó de vocero oficial junto al ministro de Interior, Carlos Corach, reconoció ayer que el campo está en crisis pero consideró que “es coyuntural y va a pasar”. Además, asumiendo el discurso oficial frente a las anteriores protestas agrarias insatisfechas, el funcionario consideró que hay “dirigentes que están aprovechando un año electoral para sacar un rédito político”. En ese sentido, apuntó directamente hacia Bonetto, quien durante su discurso en la concentración de Plaza de Mayo criticó severamente la política económica del gobierno. Y destacó que la reacción del gobierno “no puede ser considerada de insensibilidad, sino que a veces hay imposibilidad real de acceder de inmediato a todas las demandas que se hacen”.
Como contrapartida, Bonetto contestó que “descalificar a los dirigentes es desconocer a los productores que estuvieron en la Plaza de Mayo”. Juan Lazarte, vicepresidente de CARBAP, integrante de la CRA, apuntó sus cañones a Novo de quien aseguró que “está pintado” y pidió que “se aplique la doctrina Barrionuevo” en relación a las carencias de fondos para atender el sector que aducen desde los despachos oficiales, recordando aquel fallido de que los problemas se solucionaban “si dejamos de robar por dos años”.

 


 

La recesión tiene carácter oficial

t.gif (862 bytes) El Ministerio de Economía se rindió a las evidencias. Tal como anticipó Página/12, el Gobierno admitió ayer que la economía caería este año un 3 por ciento. Durante meses, Roque Fernández desafió que el PBI crecería en 1999 un 4,8 por ciento. Esa fue la proyección que la cartera económica incluyó en el Presupuesto, a pesar de que todos los consultores advertían que era una quimera.
Tras la devaluación del real, Roque cedió por primera vez y corrigió drásticamente su proyección, al plantear que la actividad económica sufriría una contracción de 1,5 por ciento. Sin embargo, esa versión también fue objetada por optimista. Finalmente, el Palacio de Hacienda indicó ayer que la contracción rondará los 3 puntos, más profunda que el 2,8 del Tequila. Los analistas, en tanto, ya calculan una baja de 4 por ciento.
Uno de los indicadores en que se basan es la evolución de la actividad industrial. Ayer, el Indec informó que en junio se produjo una baja del 12,4 por ciento respecto de igual mes del ‘98. En comparación con mayo, el descenso fue del 1,2 por ciento en términos desestacionalizados, y en el primer semestre el deterioro fabril alcanzó los 10 puntos. Los sectores más castigados el último mes fueron automotores (-48,3%), azúcar (-47,8), neumáticos (-29,3) y metalmecánica (-27,6). También sufrió una fuerte caída un rubro que hasta ahora venía esquivando la crisis: la alimentación, que derrapó un 20,7 por ciento.
“Existe un marcado deterioro de un conjunto de variables económicas, incluyendo consumo, inversión, flujos de capitales privados y actividad industrial”, dijo ayer, como si se tratara de una novedad, el secretario de Programación Económica, Rogelio Frigerio. El funcionario tuvo a su cargo la tarea de presentar la mala nueva sobre el PBI, aunque se preocupó por aclarar que, a pesar de todo, se cumplirán las metas pactadas con el FMI. “Esta confirmación era esperada y no hay que renegociar nada”, subrayó Frigerio, quien indicó que el déficit fiscal del año serán los 5100 millones de pesos comprometidos. En rigor, el desequilibrio crecerá en 900 millones, pero será cubierto con los fondos que ingresen por la licitación del sistema de telefonía PCS.

 

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