Por Mariana Enriquez Orson Welles lo hizo con La
Guerra de los Mundos. La premisa era sencilla, y al mismo tiempo aterradora: crear una
ficción mediática con tal realismo que el público creyera que se trataba de una
verdadera invasión de otro mundo. Entonces hubo suicidios. Hoy, en 1999, hay una
discusión interminable en Internet. Se trata de una película de terror de bajo
presupuesto (costó apenas 40.000 dólares) que se llama The Blair Witch Project y se ha
convertido en un impensable éxito en los Estados Unidos. La premisa es sencilla y se
nutre de esa suerte de paranoias románticas que son las leyendas urbanas. Tres
estudiantes de cine se internan en un bosque cercano a un pueblo para investigar la
leyenda de una bruja y unos misteriosos asesinatos rituales de niños. Se pierden en el
bosque. Poco a poco, los estudiantes descubren que quizá la leyenda no sea una leyenda en
absoluto: muchos indicios lo confirman. Desde ahí, la montaña rusa de paranoia y terror
es imparable. Y luego desaparecen. Pero años después, se encuentran todas las cintas
filmadas que registraron, en video y súper 8, enterradas en el piso de una cabaña
abandonada. La película es, entonces, la filmación casera de estos estudiantes, y lo que
vieron.
Cuando el film debutó en Sundance este año, no aparecía listado como un documental (un
tiempo antes había ganado en Premio Joven en Cannes, y fue el único film norteamericano
en llevarse un galardón). Pero, poco después de ese debut en el Festival de Cine de
Sundance, se montó una campaña de prensa por Internet en el sitio www.blairwitch.com,
que incluía fotos, artículos de prensa, entrevistas, investigaciones policiales... sin
revelar el secreto del film: que se trataba de un trabajo de ficción.
Encendidas discusiones en internet se iniciaron poco después. Para agregar dramatismo, se
emitió el trailer de la película, más una información adicional en el Independent Film
Channel, y los teléfonos se saturaron de llamadas de gente que quería saber más acerca
del destino de los estudiantes.
Pero los cineastas, dos debutantes nativos de Florida, Daniel Myrick y Eduardo Sánchez,
decidieron decir toda la verdad casi al mismo tiempo que el film era promocionado como
real. Con lo cual, circularon dos versiones cruzadas. Y si bien a esta altura es sabido
que se trata sólo de una película, todavía hay gente que tiene dudas. Pero
los directores están convencidos que revelar el secreto es aún mejor porque hace
más interesante nuestro método. El método de The Blair Witch Project es sencillo
y arriesgado. Los tres actores, fueron enviados a un bosque de Maryland, donde acamparon
durante 8 días (el tiempo que duró la filmación completa de la película) y los
cineastas les dieron cámaras (video y súper 8) para que se filmaran a sí mismos. No
tenían guión: sólo pequeñas pautas en forma de notas que iban encontrando por el
bosque, a la manera de una búsqueda del tesoro (los cineastas las iban
dejando: se comunicaban con los actores mediante unos sofisticados walkie talkies). Todo
el diálogo es improvisado: y para aumentar la confusión realidad/ficción, personajes y
actores tienen los mismos nombres: Heather Donahue (la directora del documental), Joshua
Leonard (el cámara) y Michael Williams (sonido).
Todos los críticos coinciden en que The Blair Witch es, quizá, la película más
aterradora de la historia del cine de terror. Y no tiene asesinos seriales, ni
adolescentes obsesionados por la cultura pop (como en Scream o Sé lo que hicieron el
verano pasado) ni ningún efecto sangriento. Es puro terror psicológico, con cámaras
baratas y muchos errores técnicos (los actores sólo tuvieron dos días de entrenamiento
en el uso de las cámaras antes de ser enviados al bosque).
Myrick asegura que no hay una película que nos haya asustado mucho en por lo menos
20 años. Por eso decidimos hacer una película de terror. La razón es que muchos films
recientes se apoyan demasiado en el humor para renovar un género que en un momento se
convirtió en predecible y repetitivo. Pero ahora la sátira también se volvió
repetitiva. Lo que nos gusta son las películas donde lo real es cuestionado: esa
sensación de pesadilla de films como El Resplandor, El Exorcista o Pesadilla en Elm
Street. Decidimos entonces una idea de leyenda urbana: la sensación de tener cerca una
casa embrujada, o un cementerio indio maldito.
Ninguno de los dos quiere continuar con la campaña del film como real (que en
realidad fue una idea de la distribuidora de la película, Artisan Entertainment) pero les
interesa jugar con la ficción/realidad como propuesta artística. Por eso, además del
film, rodaron un especial para el canal de TV Sci Fi Channel que se llama Curse of
The Blair Witch, con nuevos actores y entrevistas improvisadas que aparecen en
libros y tapas de diarios. Todo preparado especialmente. También hay muchos sitios de
internet, de fans, que continúan la leyenda, con supuestos diarios escritos por los
protagonistas durante el macabro camping, y progresos en las investigaciones.
Es que los cineastas tienen una auténtica obsesión por el detalle, y eso siempre fomenta
la creación de un film de culto. Heather Dobahue, una de las actrices, cuenta que
nos hicieron leer estos textos, elaborados y completamente ficticios, acerca del
supuesto pueblo donde había vivido la bruja: desde guías turísticas inventadas, hasta
festivales y perfiles de habitantes... construyeron un mundo hasta el último
detalle. Cuando estaban acampando de noche, cuenta Heather que los cineastas y otra
gente de la producción merodeaba por el campamento sólo para mover hojas de los
árboles, o emitir sonidos raros, todo con el objetivo de asustarlos.
Pero, según Heather Donahue, no fue una experiencia tan sádica como suena. No se
nos ocultó nada, sólo de qué iban a tratarse las escenas. Pero sabíamos el estilo de
situaciones que serían. El productor, Greg Hale, nos garantizó seguridad. Y así fue. Me
trataron mejor que en muchos films indies de los que participé. Si no hubiera sido así,
todo se habría derrumbado, Y no podríamos haber actuado. La verdad es que estábamos tan
metidos en nuestros personajes desde el primer momento que ni siquiera nos conocemos entre
nosotros: actuamos durante ocho días sin parar. Como actriz fue una experiencia
maravillosa.
Buscar la identificación La película se estrenó en Estados Unidos el 16 de julio, en cines
pequeños, pero ante la enorme respuesta de público (en Internet el sitio de The Blair
Witch recibe 100 mails por día) se estrenará de forma más amplia el 30 de julio. Los
cineastas debutantes están muy sorprendidos. Nunca hubiéramos esperado esto, con
una película en video y Súper 8, con la cámara temblorosa, se ríen. Pero
quizá conseguimos nuestro objetivo: buscar que los espectadores se identifiquen con el
miedo. Estar perdido en el bosque es una situación con la que las personas se pueden
identificar fácilmente. Creo que por eso la película Tiburón tuvo tanto éxito: todos
sabemos lo que significa estar en el agua y no poder tocar el fondo. |
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