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 Mientras el
Instituto contra la Discriminación, Xenofobia y Racismo (Inadi) solicitaba a la Justicia
que se revoque la ciudadanía otorgada a al capitán de las SS Pablo Herbert Habel, y se
ordene su “expulsión del país y prohibición de reingreso”, el Concejo
Deliberante de El Bolsón rechazaba un pedido para declararlo persona no grata en esa
ciudad. La votación se realizó luego de que se leyera una carta enviada por Habel, en la
que denunciaba “persecuciones” en su contra, se autocalificaba como un
“chivo expiatorio” de “la clase dirigente fracasada y corrompida” y
defendía a otros nazis, como el croata Dinko Sakic. En el escrito que presentó el titular del Inadi, Víctor Ramos, se solicitó que la Justicia dictara una “acción de cancelación de la ciudadanía” de Habel y que se lo expulsara del país con “prohibición de reingreso”, ya que el hombre ingresó en el país “con nombre y pasaporte falso” y está “comprometido con el partido nazi a punto tal que llegó al grado de capitán”. La denuncia quedó radicada ante el juez en lo civil y comercial federal Francisco de Asís Soto. Ramos manifestó que el ciudadano alemán “ocultó dolosamente” sus antecedentes para ingresar en la Argentina y que eso “es base suficiente para justificar la revocación de la ciudadanía” de este ex capitán del ejército nazi. El titular del Inadi pidió también que se habilitara la feria judicial debido a “la necesidad del Estado nacional de actuar con celeridad”. Habel, de 85 años de edad, vive junto a su esposa en una casa alpina de la localidad rionegrina de El Bolsón. La semana pasada relató que llegó al país en el año 1950 con el nombre falso de Kurz Repa a bordo del barco “Cabo Buena Esperanza” de bandera española y que el ex presidente Juan Domingo Perón le había facilitado la tramitación para recuperar su identidad. Los concejales de El Bolsón Raúl Prytula, del Frepaso, y Mariela Ede, de la UCR, presentaron un proyecto para declarar a Habel persona no grata debido a que, en declaraciones a un matutino regional, el hombre había relativizado la magnitud del holocausto ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial. Pero sus compañeros no lo acompañaron. Sólo los autores de la propuesta –que contó con el apoyo del delegado de la DAIA en Bariloche, Daniel Reisfeld– votaron a favor. Los otros tres concejales –Ricardo Guerrero, del Movimiento Popular Patagónico, José Sirvent, del Partido Provincial de Río Negro, e Isolina Jara, del PJ— la rechazaron. “No tenemos documentación de la DAIA o del Centro Simón Wiesenthal para fundamentar este proyecto. Para algo tan importante hay que tener fundamentación y los políticos no podemos perjudicar sin fundamento a los vecinos”, expresó Guerrero durante el debate en el Concejo Deliberante. Sirvent, por su parte, justificó su voto al afirmar que “no se debe utilizar a esta persona para juzgar hechos históricos”. A su turno, Jara admitió, luego de que se leyera la carta de Habel, que “antes tenía una opinión, pero ahora cambié de idea”. Este giro modificó el resultado final de la votación. El ex capitán de las SS se preguntó en un descargo escrito: “¿No es de cobardes perseguir a ancianos octogenarios?”. Por último, el frepasista Prytula respaldó el proyecto y repudió a Habel al sostener que “minimizó el holocausto judío y en sus palabras muestra claramente que no hay arrepentimiento ni retracción”.
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