Por Horacio Cecchi
Le
tienen que tomar el brazo, colocar la punta de la venda por encima de la muñeca y dar
vueltas en forma de ocho, explicaba Silvia Burgos, de pie junto a la orilla del Lago
de Regatas de Palermo. Frente a ella, 24 chicos y un castor en realidad, un
coipo observaban atentamente las instrucciones de la materia Primeros Auxilios. Los
jóvenes, de entre 18 y 25 años, pertenecen a la Villa 31 y son alumnos del primer Curso
de Guardaparques de Buenos Aires organizado por el gobierno porteño, la Asociación
Amigos del Lago y la agrupación Plaza Facundo Quiroga. El coipo es un colado. El curso,
de seis meses, forma parte de un programa de capacitación y reinserción laboral: una vez
entrenados, los jóvenes se convertirán en guardas del parque Tres de Febrero. Pero no
sólo tocarán el silbato ante un intento de dañar un árbol, por ejemplo. Los
guardaparques estarán entrenados en la historia del parque, su flora y su fauna, y la
legislación sobre medio ambiente. Y también estarán preparados para un eventual
salvataje en el lago. Los alumnos, y futuros guardaparques, cobran 200 pesos al mes. El
coipo es ad honorem.
La iniciativa surgió de la Asociación Amigos del Lago. Desde hace años impulsamos
que se nombre un equipo de guardaparques para Palermo comentó Osvaldo Guerrica
Echevarría, presidente de la AAL, vestido para la ocasión, de jogging. Hace unos
meses fuimos de nuevo a plantear la necesidad al gobierno y nos propusieron que
desarrolláramos un proyecto. Simultáneamente, la agrupación Plaza Facundo Quiroga, que
trabaja en la Villa 31 desde hace muchos años, buscaba una ONG que tuviera fuerza legal
para presentar programas. Coincidimos y llevamos el proyecto.
Veinticuatro jóvenes de entre 18 y 25 años permanecían sentados sobre el césped,
frente al lago. Uno de ellos, de pie junto a Silvia Burgos, mantenía extendido su brazo
mientras la docente enseñaba cómo realizar un vendaje. Burgos explicó que en una
emergencia no pueden medicar. Los alumnos, luego, realizaron el vendaje por sí mismos.
El 8 de agosto, después de un mes de cursada intensiva, será lanzado el plano práctico:
saldrán en parejas, divididos en dos turnos de cuatro horas cada uno, a recorrer el
parque, desde Libertador hasta Lugones, y desde Dorrego hasta La Pampa.
La cursada cuenta con cinco materias: Historia y geografía del parque Tres de Febrero;
Flora y fauna; Legislación; Salvataje y primeros auxilios; y Comunicación. Las materias
se cursan durante cuatro horas diarias, los cinco días de la semana. La parte teórica se
desarrolla en un club de la 31: el Social y Deportivo Padre Carlos Mugica. La parte
práctica, en el lago. El régimen no es policial, pero tiene dos reglamentos que
tienen que cumplir: las normas para hacer el curso, como no tener más de tres ausentes,
no admitir las llegadas tarde, no fumar en clase, y además el reglamento de convivencia
dentro del grupo, explica Julián Wald, docente de la materia Comunicaciones y uno
de los coordinadores de la agrupación PNC.
Yo soy un chico de la villa, se definió sin vueltas Oscar Duarte, de 22
años, ayudante del coordinador Wald. Oscar llegó de Misiones hace tres años, trabajó
de mozo durante un tiempo en un restaurante pero ahora está sin empleo. Todas las
materias tienen su lado interesante y su complicación dijo. Por ejemplo, para
Salvataje tenemos que saber nadar, pero tenemos que aprender algunas cosas y todavía no
contamos con ningún natatorio para las prácticas. A su lado, Maxi aseguró que
para poder opinar sobre algo tenés que verlo desde adentro. Por eso, quiero
estudiar esto, porque me interesa lo ecológico.
Antes que Burgos, otro docente, Dante Varela, inició la lección sobre salvataje. Los
alumnos dieron una clase grupal con gráficos de los cinco sentidos del cuerpo humano.
Para el próximo martes dijo Varela, y todos tomaron apunte, vamos a
investigar el aparato digestivo, los músculos yel esqueleto. Desde la orilla, medio
sumergido, el coipo observaba atentamente y comía alguna que otra galletita.
Es importante que haya cuidadores. No con un fin prohibitivo explicó Guerrica
Echevarría, a cargo de las materias Historia y geografía, y Legislación, sino
para que no se destruya. Les estamos inculcando que se permita jugar al fútbol pero que
no se dañen los árboles, que se pueda hacer un asado pero en un lugar específico para
eso. La gente necesita el parque y el parque necesita que lo cuiden. Deberán saber dónde
hay un bebedero o indicar al interesado dónde encontrar un ginkgo-bilova, un árbol
oriental de hojas amarillas, dijo Guerrica Echevarría.
Los otros programas
Se trata de capacitar a la gente pero no en cualquier cosa, sino en algo que haga
falta explicó Rafael Kohanoff, secretario de Industria, Comercio, Turismo y Trabajo
de la comuna. Determinamos una serie de necesidades y llamamos a las ONG para que
presenten proyectos. Se presentaron 80 que traían 105 especialidades nuevas.
Seleccionamos unas 60. Dentro del programa señalado por Kohanoff, figuran cinco
especialidades que son tratadas dentro de la Villa 31 de Retiro, y que ocupan a alrededor
de un centenar de jóvenes desocupados: Formación de agentes de apoyo escolar, para
trabajadores que auxilien en el área educativa; especialistas en producción de semillas
y alimentos en huertas ecológicas; agentes de valorización cultural del patrimonio
histórico de la ciudad, una especie de guías turísticos especializados; agentes de
planificación de negocios y apoyo de las pymes, que puedan ser contratados en tareas
administrativas o de desarrollo por pequeñas empresas que no estén en condiciones de
realizarlas por su propia cuenta. Y los cuidaparques de Palermo. |
La duda del sexto mes
El curso de guardaparques de Palermo tiene una duración de seis meses. El primero es
teórico y práctico, intensivo, y finaliza el 8 de agosto. Durante los cinco meses
restantes, los alumnos ocuparán sus puestos con seguimiento de parte de los docentes. El
convenio contempla renovar por otros seis meses la beca. Los Amigos del Lago de Palermo
aspiran a que el parque tenga luego custodia permanente. Pero, por el momento, el futuro
de los guardaparques está en tratativas.
Del lado del gobierno porteño aún no está claro que los 26 jóvenes sean contratados
para desempeñar su función. Pese a haber invertido en formarlos durante 6 meses para
cuidar un parque público, cuya autoridad de aplicación es el mismo gobierno, se sostiene
que el Estado no puede asumir nuevas cargas laborales. El secretario de Industria, Rafael
Kohanoff, dijo a Página/12 que la intención es formativa, capacitar, pero no sumar
cargas laborales al Estado. Deberán ser contratados por las asociaciones de vecinos o por
empresas privadas.
Norberto La Porta, secretario de Medio Ambiente y Desarrollo Regional, dijo a Página/12
que no descarto la posibilidad futura porque la necesidad existe, los guardaparques
son importantes. Pero por ahora sólo se está aplicando el programa. En el convenio no
hay un compromiso de contratación, que es motivo de futuros análisis presupuestarios,
especialmente con competencia de la Legislatura.
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