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Por Diego Fischerman ![]() Gerszenzon conducirá, el próximo 9 de agosto en el Auditorio de Belgrano (Virrey Loreto y Cabildo), las Vespro della Beata Vergine, una de las obras cumbre de Claudio Monteverdi. Los músicos y cantantes que participarán son los mismos que ocupan lugares protagónicos en las grabaciones europeas. El detalle es que son argentinos, que muchos de ellos viven aquí más allá de que viajen permanentemente y que, curiosamente, rara vez logran tocar en Buenos Aires. El violinista cordobés Manfredo Kraemer multipremiado por sus registros de música de Heinrich Franz Biber realizados para el sello francés Auvidis o el violagambista Juan Manuel Quintana reconocido como una de las figuras más promisorias en ese instrumento son apenas algunos entre los muchos ejemplos posibles. Diecinueve cantantes, tres violines, viola da gamba, violoncello barroco, violone, dos cornetos, tres trombones, dos flautas dulces, fagot, tres laúdes y tiorbas, clave y órgano, tendrán a su cargo la interpretación de una de las composiciones más importantes del 1600. Gemela religiosa de la profana Orfeo, aquí se encuentra una verdadera síntesis de los estilos de ese momento y, particularmente, una impresionante paleta de recursos puestos al servicio de la música como vehículo para la palabra y para la provocación de afectos. Los músicos argentinos encuentran condiciones más favorables en Europa, pero también quieren tocar acá. Y la situación local está cambiando, en gran parte gracias a ellos, al nivel que han alcanzado y al reconocimiento que tienen afuera pero, también, gracias a nosotros, a todo lo que hacemos los que no nos fuimos.
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