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JOAQUIN ALMUNIA ES EL NUEVO CANDIDATO SOCIALISTA ESPAÑOL
El PSOE gira al centro contra Aznar

Joaquín Almunia es un hombre de Felipe González. También, un admirador de la “Tercera Vía”, frente al socialismo más clásico de su antecesor Josep Borrell, y desde ayer el candidato del PSOE.

Felipe: “No vivo obsesionado por las palabras de Felipe. Respeto sus criterios y a veces los suscribo y otras no los comparto”, dijo Almunia hace poco.

Joaquín Almunia enfrenta una batalla cuesta arriba.
Debe convencer también a los socialistas que votaron a Borrell.

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t.gif (862 bytes)  Va a ser una carrera de larga distancia, pero el corredor ya tiene sobrada experiencia en ese tipo de torneos: la constancia de Joaquín Almunia, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) le permitió ayer hacer realidad, por fin, su sueño: ser designado candidato socialista para las elecciones generales de marzo del 2000. “Estoy orgulloso de representar a nuestro partido en estos momentos para esta aventura, pero a partir de hoy mismo seré también un candidato de millones de personas, de hombres y mujeres libres que esperan un futuro distinto y mejor que el que le proponen, o que muchas veces le impone la derecha”, proclamó ayer Almunia tras ser designado por amplia mayoría en votación individual y secreta realizada en el seno del Comité Federal del PSOE.
El camino de Almunia hacia su nombramiento no fue fácil, como tampoco lo van a ser los escasos meses que le quedan para convencer a los votantes socialistas de que él es el hombre adecuado para arrebatarle La Moncloa (sede del gobierno) a José María Aznar. También existe la posibilidad de que Aznar, a quien las encuestas han favorecido en fechas recientes, decida llamar a elecciones anticipadas para aprovechar su ventaja. Sin embargo, este vasco de 51 años, con gran capacidad de trabajo y las ideas muy claras, ha asumido ya la responsabilidad de su desafío y parece dispuesto a no escatimar esfuerzos. “Espero convencer a todos los escépticos sobre mi validez como candidato con mi talante, mi actitud y mi dedicación –señaló al recibir el respaldo de la dirección del PSOE a su candidatura–. Hay una mayoría social que empieza a manifestar con claridad su voluntad de promover los cambios políticos. Queremos una España para el próximo siglo abierta y respetuosa con las distintas formas de entenderla, tanto desde el punto de vista territorial como desde el punto de vista de las diferentes opciones con que cada ciudadano tiene derecho a vivir”, dijo al adelantar la base de su programa electoral.
Almunia cuenta con el apoyo del aparato del partido y del aún poderoso ex mandatario Felipe González, aunque últimamente Almunia ha intentado distanciarse de éste para borrarse el sambenito de ser el “delfín de González”. “No vivo obsesionado por las palabras de Felipe. Respeto sus criterios y a veces los suscribo y otras veces no los comparto”, afirmó recientemente en una entrevista, en un ejercicio de prudencia diseñado para distanciarse de la herencia, necesariamente gravosa, de los 16 años que Felipe pasó en el poder.
Pero ahora, Almunia tiene que convencer a los miles de militantes socialistas que el año pasado, en las primeras primarias del PSOE, eligieron a Josep Borrell en vez de a él como candidato. Hay una diferencia entre los dos: Borrell tenía un discurso más “clásicamente” socialista; su sucesor está más interesado por la “Tercera Vía”. Adicionalmente, Almunia ya está acostumbrado a las tareas difíciles, pues no en vano le tocó asumir el difícil reto de tomar el relevo de González al frente del partido cuando el ex mandatario anunció su renuncia por sorpresa, en junio de 1997, obligando a su partido a encontrar un sustituto en 24 horas. Si en aquella ocasión Almunia fue elegido por gran mayoría, ahora lo ha sido prácticamente por exclusión, ya que todos los posibles candidatos se fueron autoexcluyendo de la carrera por la presidencia. El anterior candidato Josep Borrell, elegido con toda pompa el año pasado, dimitió por sorpresa en mayo tras un escándalo financiero que afectó a dos de sus colaboradores, y otros posibles aspirantes, como el ex mandatario Felipe González o el presidente regional José Bono se negaron a participar en la carrera presidencial.
En medio de esta crisis de liderazgo, todas las miradas se volvieron de nuevo a Almunia, un hombre que ha hecho toda su carrera dentro de un partido al que ingresó en 1974, en el último año de la dictadura franquista. Ministro de Trabajo en el primer gobierno de González y luego Ministro de Administraciones Públicas, Almunia —a diferencia de otros ministros de González— no fue salpicado por los variados escándalos decorrupción que minaron los últimos años del gobierno socialista. Sin embargo, Almunia, simpatizante del “nuevo laborismo” del británico Tony Blair, no tiene un gran carisma, poco se conoce de él y se dibuja ante la opinión pública como un hombre gris, con perfil más propio de un funcionario que de un candidato a ocupar el Palacio de La Moncloa. Licenciado en derecho y economía, casado, padre de dos hijos, sus amigos dicen que tiene un buen sentido del humor y que es un apasionado de la lectura y la ópera.

 


 

SE ACUMULAN LAS CAUSAS CONTRA EL EX DICTADOR
Ni en Chile Pinochet estaría seguro

t.gif (862 bytes)  La causa en Chile contra el ex-dictador Augusto Pinochet se refuerza. La abogada Carmen Hertz reveló ayer que presentó el jueves ante un juzgado chileno un documento secreto, con el cual Pinochet creaba a la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). El documento probaría que los crímenes de la DINA fueron “organizados y perpetrados desde el aparato del Estado”. Por tanto, ninguno de los crímenes de lesa humanidad cometidos hasta 1978 estarían cubiertos por la Ley de Amnistía chilena. Los familiares de los desaparecidos chilenos pidieron ayer a las Fuerzas Armadas que revelen qué sucedió con los cuerpos de las víctimas. La demanda surgió desde la revelación el viernes del hijo del ex-jefe de la DINA, Manuel Contreras, de que a comienzos del gobierno democrático en Chile se exhumaron a los cuerpos de los desaparecidos para lanzarlos al océano.
Chile, de esta manera, se está convirtiendo en un refugio cada día menos seguro para el ex-dictador. En el documento que presentó Hertz ante la Justicia chilena se lee, con la firma de Pinochet, que la DINA depende “exclusivamente de la Junta que me honra presidir”. Hertz argumentó ayer que esto prueba la complicidad directa del Estado chileno en los crímenes de lesa humanidad cometidos por la DINA, por lo que los crímenes no pueden ser proscritos bajo la Ley de Amnistía chilena. Pinochet insta en el documento a presentar el máximo de colaboración a la DINA, y prohíbe comentar o difundir “lo obrado por los funcionarios de la DINA”. El abogado experto en derechos humanos Nelson Caucoto subrayó que el documento demuestra que “Pinochet sabía perfectamente lo que hacía Contreras”. Caucoto consideró además que el documento explica la renuencia del Poder Judicial chileno a investigar los crímenes de la DINA. Hertz presentó el jueves un texto que incluye al documento al juez especial Juan Guzmán, quien maneja las 28 causas contra Pinochet en Chile, y afirmó que enviará una copia al juez español Baltasar Garzón. Asimismo, el abogado chileno Adil Berkovic presentó ayer una nueva querella contra Pinochet ante Guzmán, por el fusilamiento sin juicio de dos prisioneros políticos.
Las revelaciones el viernes de Manuel Contreras Valdebenito, el hijo del ex-jefe de la DINA, podrían reforzar aún más el proceso judicial en Chile contra el ex-dictador. Valdebenito afirmó que a comienzos de la democracia chilena, los restos de un millar de desaparecidos fueron exhumados de las fosas comunes donde fueron enterrados, y arrojados al mar para borrar todo rastro y evitar que se iniciaran juicios contra los represores. Valdebenito agregó que la represión y los desaparecidos no fueron obra sólo de la DINA, y que “de mayores de las Fuerzas Armadas para arriba, todos saben que los mataron, que los hicieron desaparecer, y que los lanzaron de helicópteros”.
La reacción de los familiares de las víctimas en Chile fue inmediata. “Estas afirmaciones –declaró ayer la directiva de la Agrupación de Familiares Desaparecidos Viviana Díaz– vienen a desmentir una vez más las declaraciones de las Fuerzas Armadas y de la derecha, que dicen desconocer el paradero de las víctimas.” Díaz afirmó en rueda de prensa que demandaría que el juez Guzmán llamara a Valdebenito a comparecer ante el juzgado para presentar los antecedentes que posee. “Ellos saben exactamente qué pasó con cada uno de nuestros familiares –concluyó Díaz– y además tuvieron la perversidad de exhumar sus restos y lanzarlos al mar para esconder el delito.”

 

Insisten con un arbitraje

El gobierno chileno invitó ayer al español a iniciar “cuanto antes” conversaciones con miras a poner en ejecución las etapas de negociación y arbitraje que establece la Convención contra la Tortura, con el fin de buscar una solución definitiva al caso Pinochet. La petición consta en un documento de 12 páginas suscrito por el canciller Juan Gabriel Valdés, y dirigido a su colega Abel Matutes que lo recibió anteayer y cuyo contenido fue dado a conocer ayer en Santiago. La extensa nota es una respuesta a la carta que el ministro español publicara en el diario El Mercurio de la capital el pasado 11 de julio, en la que éste explica la postura del gobierno de Madrid respecto a Pinochet –detenido en Londres hace nueve meses–, en el sentido de que ése es un asunto que compete únicamente a los tribunales de justicia. Tras una extensa exposición de argumentos jurídicos, Valdés señala que el gobierno chileno invita “formalmente” al español a retomar la tesis del arbitraje.

 

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