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Brasil aprieta el acelerador y suspende encuentros del Mercosur

El gobierno brasileño decidió suspender unilateralmente las
negociaciones de los acuerdos comerciales pendientes. Reclamó una  cumbre urgente del bloque. Roque Fernández se mostró sorprendido.

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t.gif (862 bytes)  En medio de un clima enrarecido por desencuentros en materia de seguridad regional e intercambio comercial, Brasil suspendió ayer unilateralmente todas las negociaciones con Argentina en el marco del Mercosur y solicitó una reunión extraordinaria de los países miembros de la unión aduanera. Lo informó ayer el secretario de Comercio Exterior de la cancillería brasileña, José Alfredo Graça Lima. Funcionarios de ambos países tenían prevista una ronda de reuniones durante la semana próxima para buscar una solución –entre otros temas– a sus diferendos sobre un régimen automotor común.
El ministro de Economía, Roque Fernández, se mostró sorprendido al enterarse de la decisión del gobierno brasileño de suspender todas las negociaciones dentro del Mercosur y anticipó que “mañana (por hoy) nos vamos a poner a trabajar inmediatamente en el tema”. El jefe del Palacio de Hacienda sostuvo que “no nos parece razonable la reacción del gobierno del Brasil, ya que la decisión de la Argentina se tomó dentro del marco de facultades que otorga el Mercosur”.
La decisión coincide, no casualmente, con el malestar generado en Brasil por una serie de medidas adoptadas en las últimas semanas por el gobierno argentino, que las autoridades brasileñas han calificado de “proteccionistas” y ajenas al espíritu integrador que debe privar entre las naciones del Mercosur. Entre ellas, las trabas paraarancelarias impuestas por Argentina a las exportaciones brasileñas de papel y celulosa, calzados y carne de aves que ahora, según los vecinos, amenazan el equilibrio del Mercosur.
Pero, además, se han producido diversos desencuentros en las últimas semanas en torno a una eventual intervención militar en Colombia de la mano de fuerzas estadounidenses y por la pretensión de Argentina de sumarse a la OTAN.
En declaraciones publicadas ayer por la prensa local, el diplomático, que actúa como portavoz de la diplomacia brasileña en las cuestiones de integración, opinó que la cuestión es tan “grave” que no se podrá resolver por los canales diplomáticos habituales y que “será necesario convocar una cumbre extraordinaria del bloque”. Los brasileños pusieron el grito en el cielo el viernes por la noche, cuando la embajada en Buenos Aires envió un fax con la noticia de que el ministro de Economía argentino, Roque Fernández, había firmado una resolución por la cual facultó a la Secretaría de Industria y Comercio a imponer medidas de salvaguardia a las importaciones provenientes de cualquier país de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
En el palacio Itamaraty, sede de la diplomacia brasileña, no tienen duda de que la medida dirigida a la ALADI en realidad apunta específicamente hacia Brasil. “Es una medida de vasto alcance que puede comprometer el equilibrio de la región”, observó Graça Lima. En la base de los problemas argentinos está la devaluación de la moneda brasileña, el real, que desde enero perdió la tercera parte de su valor ante el dólar. La depreciación del real fue el golpe de gracia a las industrias textil y del calzado de los demás países miembros del bloque, que ya sufrían graves problemas.
De hecho, desde ese momento, las exportaciones brasileñas de productos textiles hacia Argentina, por ejemplo, aumentaron en un 43 por ciento en relación a igual período de 1998, mientras que las de calzados crecieron un 69 por ciento. El viernes, aún antes de conocer la resolución de Economía, el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio de Brasil, Clovis Carvalho, emitió una nota en la cual repudiaba genéricamente las medidas de salvaguardia, afirmando que éstas son contrarias a la unión aduanera y no resuelven los problemas de competitividad.
El presidente Carlos Menem tiene previsto viajar a Brasil el 9 y el 10 de agosto venidero, con el fin de estrechar los vínculos bilaterales y limar las asperezas con el mayor socio comercial del país.

 

“Estamos ganando”
“La guerra contra el incumplimiento impositivo se está ganando”, se entusiasmó Carlos Silvani. Según el titular de la AFIP, el nivel de evasión y mora en el pago del IVA “está bajando”. “En IVA se evade el 26,7 por ciento de su recaudación potencial. Venimos de niveles que llegaron al 68 por ciento y hace dos años estábamos en el 40 por ciento”, apuntó el funcionario. Con todo, el monto de evasión del IVA alcanza a los 8000 millones de dólares anuales.
En medio de la recesión, la recaudación tributaria cayó 4,8 por ciento en el primer semestre del año, al alcanzar los 23.991 millones de dólares. Aproximadamente, el 40 por ciento de ese total correspondió a los ingresos del IVA. “Por la baja de las importaciones, hemos perdido más de 1200 millones de pesos sólo en los primeros seis meses del año”, calculó Silvani al explicar la caída a pique de la recaudación.
Silvani, quien declinó hacer un pronóstico sobre el nivel de ingresos tributarios para este año, se quejó por las exenciones impositivas de algunos sectores. “La falla principal del sistema tributario argentino es la poca estabilidad y la diversidad de exenciones que terminan haciéndolo muy complejo”, apuntó el funcionario.



MENEM CEDIO AL RECLAMO DE APOYO FINANCIERO DEL CAMPO
Pagó la entrada a la Rural

Por Pablo Ferreira
t.gif (862 bytes) Finalmente ayer el Gobierno, ante el razonable temor del presidente Carlos Menem de ser abucheado en la Sociedad Rural –una posibilidad que empezó a tomar cuerpo tras la sorpresiva movilización que frustró su visita a Entre Ríos el viernes último–, otorgó medidas financieras de apoyo al campo. Los asfixiados productores agropecuarios “desde hoy” podrán refinanciar sus deudas a 20 años, al otorgárseles la posibilidad de pagar el anticipo exigido por ese sistema en tres cuotas semestrales a partir de enero del año próximo, y a una tasa del 10,5 al 12 por ciento anual. También por expreso mandato presidencial, Economía acordó que el Banco Nación, Provincia de Buenos Aires y de La Pampa abran un nuevo financiamiento hasta 10 años con una tasa máxima del 15 por ciento anual, y recalificación automática, para quienes no hayan podido hasta ahora regularizar su situación con los bancos.
Además, según explicó a Página/12 Néstor Alcalá, secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete, el gobierno habilitará una línea de crédito para el campo del orden del 5 al 20 por ciento de la deuda actual de los productores, independiente de que haya resuelto su endeudamiento, que será otorgado en relación inversa al monto. Otra de las medidas, que parecen haber dejado conforme a los ruralistas, establece que los bancos oficiales dispondrán de 800 millones de pesos para financiar la próxima cosecha gruesa, cuya tasa de interés, a su vez, será subsidiada en 3 puntos por el Estado.
Las decisiones gubernamentales fueron adoptadas tras un largo encuentro mantenido de urgencia, a requerimiento del gobierno, a última hora de la tarde de ayer. De la reunión, realizada en la Casa de Gobierno, participaron el secretario de Agricultura, Ricardo Novo, el ministro del Interior, Carlos Corach, el jefe del Gabinete, Jorge Rodríguez, y el ministro Roque Fernández. Por su parte, las cuatro agrupaciones del campo estuvieron representadas por sus titulares. La convocatoria fue promovida por el propio Menem quien, según fuentes de la Sociedad Rural Argentina (SRA), habría dado “precisas instrucciones” a sus ministros, para que “busquen frenar las reiteradas protestas del campo”.
Los dirigentes agropecuarios, al término de la reunión, decidieron no hacerse voceros del gobierno. No es llamativo, dado que no sería la primera vez que los anuncios oficiales terminan sin transformarse en realidad. Sin embargo, el titular de CRA, Juan Bautista Corea, admitió ser optimista ante este diario, ya que “con estas medidas, el productor va a tener un desahogo”. Como se sabe, el campo arrastra un fuerte endeudamiento que ronda los siete mil millones de dólares.
Los funcionarios menemistas venían explicando desde la mañana, con escaso éxito, que el rápido llamado a las organizaciones ruralistas no tenían nada que ver con las medidas de fuerza y movilizaciones multitudinarias que los hombres del campo viene realizando desde comienzo del año. “Es una continuación de las reuniones que hubo hace semanas”, dijeron. Mucho menos estaban dispuestos a admitir –aunque trascendió que en la reunión de ayer se negoció un “aterrizaje” sin problemas de Menem en la próxima inauguración oficial de la Rural– que el mayor temor, después de la demostración de los productores en la provincia de Entre Ríos, fuera que el síndrome Alfonsín de fin de mandato se hubiera instalado decididamente en la cúpula del Ejecutivo.

 

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