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El gobernador debe rectificarse. Lo invito a recobrar la sensatez y el equilibrio que no debió perder. Así respondió ayer Fernando de la Rúa a las declaraciones de Eduardo Duhalde, quien había acusado al candidato de la Alianza de financiar una campaña sucia en su contra. Los jefes de coalición atribuyeron la polémica al supuesto nerviosismo del gobernador, que figura detrás de De la Rúa en todas las encuestas. Y llegaron a la conclusión de que la Alianza no se va a lanzar de lleno a una discusión que embarre una campaña que, según dicen, se encuentra en el mejor momento. Recién recuperado de una gripe, el jefe de gobierno porteño respondió ayer por la tarde a las acusaciones de su adversario justicialista. El gobernador dedicó todo el día a atribuirme una campaña. Es mentira. Por el respeto debido a los ciudadanos a quienes quiere confundir, por respeto al periodismo y a la prensa a la que acusa de vender títulos o notas, el gobernador debe rectificarse. Que no lo ciegue el fragor de la lucha política. Ninguna elección es tan importante como para falsear así la verdad y perder de esa manera la sensatez y el equilibrio, señaló De la Rúa en respuesta a las declaraciones de Duhalde, quien lo había acusado de haber comprado espacios en los medios de comunicación para montar una campaña sucia en su contra. Ayer, en medio de una gira por el interior bonaerense (ver página 10), Graciela Fernández Meijide agregó que la Alianza se presentará ante la Justicia. Según aseguró la diputada, la idea es que el gobernador aclare con pruebas los fundamentos de la acusación. En la Alianza están convencidos de que la polémica no hace más que reflotar el debate por la corrupción, uno de los temas en los que la fórmula opositora se siente más fuerte. Confiados con las últimas encuestas, que muestran una ventaja de más de diez puntos a favor de De la Rúa, los estrategas de la coalición elaboraban ayer distintas explicaciones sobre lo que definieron como una torpeza del gobernador bonaerense. La primera, la más evidente, tiene que ver con una constante de las campañas electorales: el que figura segundo siempre intenta algo para ver si logra repuntar en los sondeos, mientras que el primero continúa con la misma estrategia. En ese sentido, en el comando de campaña aliancista afirmaban ayer que De la Rúa no modificará un milímetro el rumbo de la campaña. O sea: continuarán las visitas al interior, la difusión del programa de gobierno y los spots televisivos. Carlos Chacho Alvarez confirmó este diagnóstico con una frase: Duhalde está preocupado por las encuestas, pero ni el Papa puede hacer el milagro de mejorar su desempeño, señaló Alvarez. La otra explicación se centra en supuestas desavenencias dentro del equipo duhaldista. Según los dirigentes de la Alianza, las discusiones entre algunos hombres de confianza del gobernador y el jefe de campaña, Julio César Aráoz, desorientan a Duhalde, que no logra encontrar un rumbo nítido. Este clima habría llevado dicen en la coalición a la expulsión del asesor norteamericano James Carville. La tercera conclusión aliancista es que Duhalde estaría buscando ocupar el lugar de víctima. Cerca de De la Rúa recordaron que en 1991, en las elecciones para senador por la Capital Federal, el candidato justicialista Avelino Porto señaló al radical como el responsable de una pegatina de afiches que asociaban al PJ con la figura de Monzer Al Kassar, lo que fue rotundamente desmentido por De la Rúa.
FRACASO UNA ESPECTACULAR CLAUSURA TELEVISADA Por Horacio Cecchi Nadie
sabe si fue casualidad o no lo que movió a un fiscal contravencional y a funcionarios del
gobierno porteño a ejecutar la clausura de tres imponentes construcciones en Costa
Salguero por falta de habilitación, a la misma hora y a escasos metros de donde el
gobernador Eduardo Duhalde inauguraba las X Jornadas de Televisión por Cable. El
operativo, que apuntaba a espectacular, derivó en un inesperado vodevil ribereño por un
conflicto de jurisdicciones entre la Nación y la Ciudad. Después de tres horas de
forcejeo, todo quedó reducido a un acta de intimación para que en cinco días se
regularice la situación. El azar quiso que cayera el telón segundos después de que
Duhalde abandonara el lugar.
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