Eduardo
Duhalde osciló ayer entre gestos de dureza y de conciliación con Fernando de la Rúa, a
quien había responsabilizado de promover una campaña sucia en su contra. El candidato
del PJ inició la jornada asegurando que demandará a su competidor de la Alianza, pero
poco después distribuyó una carta abierta para invitarlo a consensuar
proyectos de ley que pongan punto final a la corrupción pública y privada. Esas
oscilaciones llevaron ayer a De la Rúa a pedirle sensatez y equilibrio al
gobernador bonaerense (ver página 8).
Duhalde arrancó el día con declaraciones duras contra De la Rúa por distintos medios,
donde aseguró que no se iba a rectificar sino que iba a demandar al candidato de la
Alianza como ideólogo de la supuesta campaña sucia.
El gobernador volvió a hacer eje en los denuncias formuladas por Julio Carpinetti en
Noticias sobre el irregular manejo de los 600 millones de pesos anuales del Ente del
Conurbano Bonaerense. Carpinetti, un hombre que perteneció al riñón del duhaldismo,
estuvo hace seis años al frente de ese Ente.
Duhalde dijo que Carpinetti ya no es más afiliado justicialista y sugirió que la Alianza
estuvo detrás de sus dichos al asegurar que el ex funcionario bonaerense se reunió
recientemente con un reconocido operador radical. El gobernador evitó dar precisiones,
pero sus colaboradores no se cansaron de repetir dos nombres: el del candidato a
vicegobernador de la Alianza, Melchor Posse, y el ex ministro del Interior radical Enrique
Coti Nosiglia.
Recién después, Duhalde fue más explícito al decir que había mantenido una charla con
Nosiglia en la que éste le dijo que Carpinetti lo había ido a visitar unas seis o
siete veces.
El candidato del PJ aseguró que la estrategia de la Alianza es hacer publicar
mentiras, calumnias, ofensas que buscan descalificarlo y degradarlo. En ese sentido,
reiteró que están al salir otras tapas de revistas compradas por la Alianza,
aunque otra vez evitó dar detalles.
La línea argumental, sin embargo, fue reforzada por sus estrategas de campaña durante el
curso de la jornada. Estos aseguraron:
Que De la Rúa
invirtió diez millones de pesos en publicidad, mientras que Duhalde un millón.
Que para esas
publicidades el candidato de la Alianza cuenta con un fuerte respaldo empresario.
Que éstos, con
sus propios avisos, condicionan a los medios y los inducen a
publicar determinado tipo de artículos.
Que ese
condicionamiento surge, además, por los montos de los avisos, generalmente muy superiores
al precio de tapa de las publicaciones.
Que entre los
operadores económicos que estarían trabajando en contra de Duhalde se incluyen hombres
vinculados con el fallecido empresario Alfredo Yabrán.
Sorprendentemente, fue el propio Duhalde quien comenzó a morigerar su discurso con el
correr de las horas. A tal punto, que dio a conocer una carta abierta a De la Rúa de tono
conciliador, en la que comienza a despegar al candidato de la Alianza de la
responsabilidad de la supuesta campaña sucia.
Esperamos que esa campaña sucia sea sólo un error de sus asesores, dice en
uno de los párrafos, para continuar con una invitación a fijar una agenda de
compromisos a asumir a partir de diciembre de 1999 para luchar contra la corrupción.
Estoy seguro de que usted y yo podríamos ponernos rápidamente de acuerdo. Quizá
la única diferencia real sobre este tema sea que usted cree que la corrupción se afilia
sólo a mi partido, y yo, como los hechos nos vienen demostrando día a día, estoy
convencido de que la corrupción está afiliada al mío, al suyo, a todos los partidos. La
gente espera propuestas serias, no guerras sucias. Por eso, para estar a la altura de
nuestro pueblo, le propongo nuevamente que acordemos con grandeza. Las idas y
vueltas de Duhalde al abordar este y otros temas, como el de la deuda externa, preocuparon
al equipo de campaña del candidato del PJ, que sigue de cerca la abrupta caída del
candidato en las encuestas. Por eso en los últimos días se decidió espaciar las
reuniones con el asesor norteamericano, James Carville, y buscar a otros especialistas que
aporten nuevas ideas.
De hecho, ayer mismo hubo un encuentro entre el jefe de campaña duhaldista, Julio César
Aráoz, con miembros del equipo de Duda Mendonça. Se trata del publicista brasileño que
trabajó en Córdoba para la campaña de José Manuel De la Sota, quien en poco más de un
mes revirtió la tendencia de las encuestas y se apoderó de la gobernación en un
bastión radical. La reunión se celebró en la Casa de Gobierno Mendonça es el
responsable de los spots televisivos de los 10 años de la gestión de Carlos Menem
con la presencia del consultor Julio Aurelio, el ministro del Interior, Carlos Corach, y
el secretario de Prensa y Difusión, Raúl Delgado.
Más reproches en Santa Fe Al igual que Eduardo Duhalde, Carlos Reutemann y el Frepaso dijeron ser
víctimas de una campaña sucia. El candidato a gobernador de Santa Fe por el
justicialismo denunció a la oposición por la existencia de boletas con su candidatura
deliberadamente mal confeccionada y que el día de los comicios terminarían
siendo anuladas por la mesa electoral. Por su parte, los frepasistas vieron la
campaña sucia en afiches que aparecieron en la vía pública, que reproducen un informe
periodístico del diario La Capital de un año atrás, y que reseña con nombres, salarios
los cargos que actualmente ocupan en la Municipalidad rosarina numerosos dirigentes del
PSP, sus esposas, hijos, yernos y primos.
Palito echó leña al fuego
El candidato a vicepresidente por el PJ Ramón
Palito Ortega se sumó a las denuncias formuladas por su compañero de
fórmula Eduardo Duhalde, asegurando que es evidente que Julio Carpinetti tiene un
acuerdo con dirigentes de la Alianza. Buscando arrimar más precisiones Palito
aseguró tener pruebas de que un importante funcionario radical tuvo reuniones
con el ex presidente del Fondo del Conurbano bonaerense cuyas denuncias en la revista
Noticias generaron la ira del candidato peronista. Cuando se le preguntó quién era ese
funcionario, Ortega optó por guardar silencio y replicar que hará saber su nombre
oportunamente. |
CUANDO SE EMBARRO LA CANCHA SIN PONER LA FIRMA
Campañas con el sello de los servicios
Desde
1983, cuando Raúl Alfonsín denunció un pacto sindical-militar y el peronismo lo acusó
de ser financiado por la Coca-Cola, las acusaciones sobre campaña sucia
fueron utilizadas cada vez que se acercó una elección. Sin embargo, cuando estas
cruzadas de desprestigio se apoyaron en algún medio, tuvieron características muy
diferentes a la supuesta ofensiva que ahora Eduardo Duhalde le achaca a la Alianza. En
todos los casos se trató de publicaciones realizadas a través de revistas efímeras
(pero con notable financiamiento) o de animadores vinculados al poder como Mauro Viale o
Gerardo Sofovich. Los más duros carteles callejeros que apuntalaron esas campañas fueron
anónimos o estuvieron firmados por agrupaciones de dudoso origen. Y en cada pared
pegoteada siempre quedó el inconfundible tufillo de los servicios de inteligencia.
En 1997, meses
antes de las elecciones del 26 de octubre, el semanario Poderosos y Famosos dedicó uno de
sus números y empapeló Buenos Aires con carteles contra Magdalena Ruiz Guiñazú.
Después El Fiscal, una publicación de vida no menos fugaz, sacó una seguidilla de tapas
y afiches contra Jorge Lanata, Chacho Alvarez y Domingo Cavallo. La revista avanzó
incluso hacia el interior del PJ y apuntó contra Carlos Ruckauf, con una foto en la que
el vicepresidente posaba junto a Jorge Rafael Videla. Ruckauf exigió a Corach que
investigue quiénes estaban detrás del semanario. Corach aseguró que no tenía nada que
ver y deslizó el nombre del titular de la SIDE Hugo Anzorreguy. Anzorreguy negó
cualquier vinculación con el tema.
En agosto, una
semana después de un paro nacional que finalizó con disturbios, se trucó la foto de un
colectivo en llamas con varias personas escapando del fuego. Sobre las figuras humanas se
colocaron las caras de Chacho Alvarez, Graciela Fernández Meijide y Rodolfo Terragno.
Debajo se leía: Alianza para la violencia. Nadie lo firmaba.
Tres días
antes de las elecciones aparecieron carteles de Fuerza Republicana contra los candidatos
del Frepaso. Meses más tarde Sergio Nantillo, titular de ese partido en la Capital,
aseguró que la campaña había sido financiada por el Gobierno y que el ex almirante
Eduardo Massera había aportado sus ideas para redactar sus textos.
En noviembre
pasado, a menos de una semana de las internas en la Alianza, fue el turno de Fernando de
la Rúa. Miles de carteles repitieron una foto de Graciela Fernández Meijide y otra del
radical junto a Menem, en la que ambos llevaban anteojos tridimensionales que semejaban
antifaces. Su slogan decía Ella o ellos. El 29 usted elige.
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