Por José Natanson El sol entraba con fuerza por
las amplias ventanas del departamento de la avenida Santa Fe. Eran las once de la mañana.
Raúl Alfonsín se levantó del sillón de cuero verde y descartó con un gesto los
consejos de los familiares y amigos que le pedían que se quedara sentado, que no se
agitara. Vestido de entrecasa, el ex presidente comenzó a desafinar. Entonaba, con más
ganas que resultados, La donna è mobile. Mientras cantaba, los principales dirigentes
radicales comenzaban ayer mismo a elaborar diferentes hipótesis sobre el horizonte
político de Alfonsín. La más repetida fue que a fin de año volverá ocupar la
presidencia del radicalismo.
Después de dedicar su primer día fuera del hospital a saludar a los militantes que
permanecieron de vigilia durante los 39 de internación, Alfonsín prefirió tener ayer
una jornada tranquila, lejos de los fotógrafos y los fanáticos. Por la mañana, el ex
presidente realizó algunos ejercicios kinésicos y respiratorios. Al mediodía se
recostó durante un rato y miró videos, mientras su esposa Lorenza Barrenechea y sus
hijos tomaban café en el amplio living, rodeado de bibliotecas, del departamento de
Barrio Norte.
Los últimos vestigios visibles de la internación por el accidente automovilístico que
sufrió en Río Negro fueron eliminados ayer, cuando su médico personal le quitó una
vendita plástica que cubría la incisión a través de la que se practicó la
traqueotomía. Aunque su recuperación es evidente, la voz de Alfonsín todavía no pasa
de un susurro, lo que explica al menos en parte la irreconocible versión del aria de
Giuseppe Verdi.
Durante el fin de semana, cuando ya sabía que el alta estaba cerca, el ex presidente se
puso al tanto de las últimas novedades políticas a través de su círculo más estrecho
de colaboradores. Cerca de Alfonsín explicaban ayer que el rol que ocupará en el último
tramo de campaña no será diferente del que había diseñado antes de que volcara la
camioneta que lo trasladaba por una helada ruta patagónica: actos en el interior de la
provincia de Buenos Aires destinados a movilizar el aparato radical. La otra
determinación es que para su reingreso público no se realizará un acto masivo a pesar
de que, según sus hombres de confianza, el repunte en la imagen pública de Alfonsín
permitiría llenar cómodamente un estadio de fútbol.
Más allá de los planes a mediano plazo, lo cierto es que Alfonsín volverá a la
presidencia de la UCR a fin de este año si se cumplen los pronósticos de todos los
dirigentes radicales consultados ayer por Página/12. En el delarruismo afirmaban que la
decisión de respaldarlo ya estaba tomada antes del accidente y que no se modificó
durante el último mes.
Los que defienden con más fuerza la vuelta de Alfonsín a la jefatura partidaria siguen
siendo los caciques del radicalismo bonaerense como Federico Storani y Leopoldo Moreau,
que ven en la figura del ex presidente un contrapeso interno ideal en caso de que Fernando
de la Rúa triunfe en las elecciones de octubre. Una vez que se recupere del todo,
va a tener una charla larga con De la Rúa. Le va a preguntar en qué puede ser útil y en
base a eso va a decidir. Pero todos creemos que, al final, va a volver a presidir el
partido, señaló ayer uno de los colaboradores del ex presidente.
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