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Todavía está en pañales, pero es
la interna más educada del Frepaso

La ingeniería de la Alianza asignó Educación al Frepaso en caso de ganar. Los nombres en danza son Adriana Puiggrós y Juan Carlos Tedesco. En otro orden se menciona a Pedro del Piero.

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Juan Carlos Tedesco.
Ex funcionario de UNESCO.

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Adriana Puiggrós.
Diputada frepasista.

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Pedro del Piero.
Senador frepasista.

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Radical Adolfo Stubrin.
Para el área universitaria.


Por Nora Veiras

t.gif (862 bytes) A medida que se acerca el 24 de octubre, en los partidos políticos se activa la puja interna entre quiénes serán, finalmente, los “ministeriables”. El área de educación no es ajena a la danza de nombres que aspira a llegar al Palacio Sarmiento. En la Alianza, el acuerdo preelectoral entre radicales y frepasistas garantiza para las huestes de Carlos “Chacho” Alvarez el manejo del “ministerio sin escuelas”. En ese punto se agotan las coincidencias.
La pedagoga-diputada Adriana Puiggrós es la candidata que está trabajando con ese objetivo desde el año pasado. Sin embargo, el camino parece tener varios obstáculos. “Se necesita alguien con un perfil más ejecutivo”, repiten algunas voces cercanas a Alvarez y la alarma se enciende en el entorno de la legisladora. Sus buenas relaciones con el radicalismo, encarnado en el secretario de Educación porteño, Mario Giannoni, es levantado como un punto favorable para el posicionamiento de Puiggrós.
A pesar de sus esfuerzos por mantenerse prescindente, el ex titular de educación de la UNESCO, Juan Carlos Tedesco, es mencionado con insistencia como el hombre seguro si la Alianza llega a la Rosada. Su buena relación con la ex ministra de Educación de Carlos Menem, Susana Decibe, es uno de los cuestionamientos entre quienes aspiran a diferenciarse de los diez años de menemismo. De hecho, el plantel técnico que encabezó la pedagoga Cecilia Braslavsky tiene excelentes relaciones con Tedesco.
El senador Pedro del Piero, vicepresidente de la Comisión de Educación de la Cámara alta, también empezó a tallar en la interna educativa. Un seminario sobre la aplicación de la Ley Federal de Educación, organizado con el visto bueno del presidente del cuerpo, Carlos Ruckauf –a la sazón candidato a gobernador bonaerense y contrincante de la frepasista Graciela Fernández Meijide– alimentó los resquemores.
En ese encuentro no participó ningún radical y dio cátedra Tedesco. Tampoco intervino Puiggrós quien, en principio, fue consultada sobre la organización del encuentro. Para enmarañar aún más la madeja frepasista, Del Piero dejó el seminario para viajar junto a Chacho Alvarez a Estados Unidos. Allí participó junto con el candidato a vicepresidente de encuentros científicos en Silicon Valley.
“Primero tenemos que ganar en octubre y después se verá”, dicen, cautelosos, los que guardan in pectore otros candidatos menos conocidos. En realidad, la falta de definiciones no sólo tiene causas coyunturales o personales sino otras que obedecen a diferencias en el qué hacer. En los albores de la Alianza, los equipos técnicos del radicalismo y el Frepaso empezaron a trabajar en el Instituto Programático de la Alianza (IPA). Las reuniones se siguen realizando pero, de hecho, los frepasistas actúan por un lado y los radicales por otro.
El avance del menemismo en la aplicación de la Ley Federal de Educación que cambió la estructura del sistema educativo al extender la obligatoriedad a nueve años –se pasó de siete de primaria a nueve de Educación General Básica– más los tres de Polimodal –equivalentes a los últimos tres del secundario– convenció a la mayoría de los frepasistas de que ya no se puede seguir hablando de “derogación” de esa ley sino de “modificación”. Entre los radicales, las posturas son más duras.
Uno de los principales problemas será acompasar los diferentes ritmos con que las provincias han llevado a la práctica la letra de la ley. El panorama es anárquico: va desde la provincia de Buenos Aires que se apresuró a poner en marcha la EGB, hasta la Ciudad de Buenos Aires donde la Alianza pospuso el debate sobre la Ley de Educación local hasta después de las elecciones. En rigor, el gobierno de Fernando de la Rúa
rechazó la aplicación de la nueva estructura educativa pero no hay acuerdo entre el ejecutivo y la bancada radical de la Legislatura sobre cómo resolver los nueve años de obligatoriedad. El área universitaria estaría preasignada al radicalismo en función de su tradición en las casas de altos estudios. El nombre del ex secretario de Educación de Raúl Alfonsín, Adolfo Stubrin, es el que muchos repiten como número puesto. En este tema, las diferencias entre los radicales, que hacen de la autonomía una bandera innegociable, y los frepasistas, que se inclinan por una planificación, se mantienen encauzadas sólo porque todavía no se vieron enfrentados a la necesidad de actuar en el complejo sistema de universidades nacionales. Si gana la Alianza, entre octubre y diciembre tendrán que acordar no sólo nombres sino proyectos.

 

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