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Dos sorpresas tomaron por asalto a la cartelera cinematográfica de Buenos Aires durante el último fin de semana. La primera fue que Manuelita, la película de dibujos animados de García Ferré Entertainment, basada en el clásico personaje de María Elena Walsh, les arrebató holgadamente el primer lugar en las recaudaciones a Tarzán y La guerra de las galaxias: Episodio 1, las dos superproducciones de Hollywood que se suponía iban a disputarse la primacía del público. La segunda es que, aún en el marco de la fiebre de las vacaciones de invierno, durante la cual queda poco espacio para el cine para adultos, dos títulos como After Life, la vida después de la muerte, del japonés Hirokazu Kore-eda, y La celebración, del danés Thomas Vinterberg, lograron también una notable respuesta de público, lo que viene a confirmar la tendencia .-iniciada a fines del año pasado, con el éxito sin precedentes de El sabor de la cereza que indica que el cine más exigente ya tiene un lugar asegurado en Buenos Aires. Con 795.178 espectadores en tres semanas de exhibición (y la previsión de que a partir de hoy mismo rompería la barrera del millón de entradas vendidas), Manuelita no sólo se impuso a la factoría Disney, habitualmente dueña absoluta del receso invernal, que ahora debió conformarse con un segundo puesto, sino también al imperio Star Wars, en una de las temporadas para niños más competitivas que se recuerden en los últimos años. Hay que recordar que además de los títulos mencionados, los chicos también tienen otras opciones, como Rugrats-Aventuras en pañales, que se ubicó cuarta en el ranking de recaudaciones. Entre las cuatro, consiguieron que con casi un millón de espectadores del jueves al domingo, en salas de todo el país, el último fin de semana fuera el record de los últimos tres lustros en materia de asistencia a las salas de cine. Un importante porcentaje de esta cifra corresponde a cines de Capital y Gran Buenos Aires, y en todo el país son 737 las pantallas donde se produjo este fenómeno de afluencia de público. Llama la atención, también, que tres films de dibujos animados acapararon el 50 por ciento de la recaudación total. A su manera, el llamado cinearte también contribuyó al boom de este frío invierno porteño. Según informó su distribuidora, Alfa Films, La celebración, la primera entrega de los daneses del Dogma, vendió el último fin de semana casi 24 mil entradas, a un promedio de 1955 espectadores por sala, siendo solamente superada por Manuelita, que está colocada primera en la taquilla general. La performance del film de Vinterberg es particularmente llamativa si se tiene en cuenta que trabajó con apenas 12 copias contra las más de 100 con que cuentan las producciones para niños. Por ejemplo, en la zona de Santa Fe y Callao, La celebración fue primera en el cómputo sala por sala, con 2937 espectadores con sólo dos funciones diarias (las nocturnas) superando a Manuelita, Tarzán y Star Wars. Una proeza semejante es la que consiguió el film japonés After Life. Con una única copia en el cine Lorca, arañó los cuatro mil espectadores en sólo cuatro días, consiguiendo el mejor rendimiento nacional por sala. Estas cifras ratifican el impacto que tienen actualmente en Buenos Aires los films realizados al margen de los grandes circuitos de producción y alientan un ambicioso plan de estrenos, que tendrá muy ocupados a los cinéfilos porteños. Mañana mismo, los dos únicos estrenos serán el film alemán Corre, Lola, corre, que llega a la cartelera local a través de la distribución de Columbia Pictures, luego de su éxito en el circuito de cinearte norteamericano, y La hija de un soldado nunca llora, la última película de James Ivory, en lo que se anticipa que es un regreso a su mejor forma. Y para agosto ya están confirmados los lanzamientos de Madre e hijo, la obra maestra del ruso Aleksandr Sokurov; Todo sobre mi madre, la flamante película de Almodóvar, protagonizada por Cecilia Roth y Marisa Paredes; Felicidad, del independiente norteamericano Todd Solondz, ganador del premio de la crítica en Cannes98; El amor es el diablo, del inglésJohn Maybury (de la tribu Jarman), sobre la vida y obra del pintor Francis Bacon; Barril de pólvora, del ex yugoslavo Goran Paskaljevic, sobre la desintegración étnica de su país, y Doctor Akagi, la despedida del cine del maestro japonés Shohei Imamura, que coincidirá con una exhaustiva retrospectiva de su obra en la Sala Lugones. Como si todo esto fuera poco, los distribuidores locales ya están preparando para setiembre las copias de Besieged, el film más reciente de Bernardo Bertolucci, celebrado en los festivales de Toronto y San Sebastián, y las siguientes entregas del Dogma, Los idiotas, de Lars Von Trier, el gran mestre de la logia danesa, y Mifune, la comedia del Dogma, de Soren Kragh Jacobsen, que viene de ganar uno de los premios principales de la última Berlinale. Si a eso se le suma que para octubre se prevén sendas semanas del cine español y francés, todo indica que este año, en materia de cine, Buenos Aires nunca dejará de ser una fiesta.
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