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Arafat protesta (e Israel insiste)
por la demora del acuerdo de Wye

Los palestinos expresaron ayer su primera desilusión con el nuevo gobierno israelí de Ehud Barak, quien postergó el repliegue militar de Cisjordania.

Un Ehud Barak contento tras la cumbre; detrás, un Yasser Arafat menos contento.
El líder palestino apeló ayer a
Washington y la Unión Europea
para que presionen a Israel.

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El País de Madrid
Por Ferrán Sales Desde Jerusalén

t.gif (862 bytes) La cumbre de Erez celebrada el martes fue un fracaso. La oferta de paz del primer ministro israelí, Ehud Barak, a los palestinos ha causado una profunda decepción en el gobierno del presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, que creyó que la llegada de los laboristas al poder aceleraría las negociaciones y pondría fin a la situación de bloqueo provocado por el equipo conservador de Benjamin Netanyahu durante más de dos años, y que ayer demandó telefónicamente al presidente norteamericano, Bill Clinton, que exigiera a Israel el cumplimiento de sus compromisos.
La propuesta israelí de renegociar y aplazar la aplicación de los Acuerdos de Wye, firmados el pasado octubre, fue tachada de “inaceptable” por Arafat, según transmitió con indignación el propio presidente al emisario de la Unión Europea para Oriente Medio, Miguel Angel Moratinos, durante una entrevista celebrada ayer por la mañana en Gaza. El representante de la UE, que había sido convocado urgentemente por la presidencia palestina minutos después de concluida la cumbre con los israelíes en Erez, fue testigo personal del estado de frustración de Arafat, quien había creído hasta el último momento en las palabras de Barak y que confiaba que en la cumbre hubiera, “al menos, un gesto de buena voluntad que demostrase su predisposición a avanzar en el proceso de paz”.
Arafat explicó ayer al emisario de la UE detalles de la reunión con Barak e hizo hincapié en que el líder laborista, al solicitar la reapertura y renegociación de los Acuerdos de Wye, no ofreció ninguna medida de compensación, como agilizar la puesta en libertad de los 750 presos políticos, dar “luz verde” para edificar el puerto de Gaza o construir un corredor permanente entre los territorios de Cisjordania y Gaza. Arafat sostuvo que, atrapado por el proceso de negociación, se había visto obligado a aceptar la formación de un comité conjunto para examinar la aplicación de Wye y la posibilidad de reformarlo, comprometiéndose al mismo tiempo en dar una respuesta sobre la “oferta” israelí en un plazo máximo de dos semanas. Arafat trasladó también sus quejas al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, a quien telefoneó para recordarle que Washington es uno de los “garantes” de los acuerdos firmados en Wye, según fuentes del gabinete presidencial de Gaza.
Sin excepción, todos los dirigentes palestinos se hacían también eco ayer de la profunda decepción provocada por la actitud de Barak. “Esto será una nueva pérdida de tiempo”, aseveraba el diputado palestino Ziad Abu Ziad, refiriéndose a la comisión conjunta creada en Erez para examinar la aplicación y posibles reformas de Wye, mientras desde El Cairo el jefe del equipo de negociadores, Saeb Erekat, insistía tajantemente en que los acuerdos de Wye “no se pueden volver a negociar” y que “se deben aplicar sin ningún tipo de concesiones”. Estas declaraciones y valoraciones de los dirigentes palestinos con respecto de la oferta israelí dejan entrever que las diferencias entre ambas partes sobre el proceso de paz son mucho más importantes de lo que pudo deducirse de las palabras de los dos líderes al finalizar la reunión en el puesto fronterizo de Erez. “No hay crisis ni huida hacia adelante”, replicó el canciller David Levy tratando de minimizar la situación. “Quien desea avanzar y esté decidido a consolidar el proceso de paz debe escuchar a la otra parte; nadie le impone nada a nadie”, añadió.
Durante el plazo de dos semanas de reflexión que se han concedido israelíes y palestinos, los dos dirigentes tratarán de mover a sus aliados para que presionen y traten de convencer a la otra parte, se asegurabaayer en los círculos diplomáticos de Jerusalén. La región vivirá así en los próximos días un agitado intercambio de mensajes, la mayoría de los cuales serán difundidos desde Estados Unidos y El Cairo, donde se encuentran los dos padrinos del proceso de paz. Barak está dispuesto a dar explicaciones al propio presidente egipcio, Hosni Mubarak, a quien verá mañana por segunda vez desde que ganó las elecciones. Pero antes de que pueda hablar con este mediador ya lo habrán hecho los hombres de Arafat, quienes han trasladado al dirigente cairota su “profunda desilusión” con Barak.

 


 

CONDENAN A FRANCIA POR VIOLAR LOS DERECHOS HUMANOS
Libertad, fraternidad... y tortura

Por Octavi Martí Desde París

t.gif (862 bytes) Francia ha sido condenada por la Corte Europea de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, por un delito de “tortura” cometido en 1991 contra Ahmed Selmouni. Los hechos se remontan a noviembre de 1991, cuando Selmouni, ciudadano con doble pasaporte holandés y marroquí, fue detenido por un grupo de policías dirigido por el comandante Bernard Hervé. Durante cuatro días, en un calabozo de Bobigny, en los alrededores de París, fue vejado moral y físicamente y torturado, recibiendo patadas, puñetazos o golpes dados con un bate de béisbol. Selmouni hablaba incluso de “violación” en su descripción de los hechos, pero el tribunal ha estimado que ese delito no quedaba probado.
El Tribunal de Estrasburgo dicta una indemnización de 500.000 francos a la víctima (unos 80.000 dólares) y sentencia que los actos son de “una naturaleza tan grave y cruel que no pueden dejar de tipificarse como tortura”. Selmouni, en la cárcel desde 1992, cuando fue condenado a 15 años de prisión por tráfico de heroína, querelló contra los policías en 1993 sin obtener respuesta de la Justicia francesa. Al mismo tiempo, también presentó su demanda ante el tribunal europeo de Estrasburgo. Después de años sin atender la querella, Francia dijo que consideraba que el tribunal de Estrasburgo no tenía competencia en el caso, porque Ahmed Selmouni no había agotado todas las vías legales posibles en el país. El Tribunal europeo desestimó esos argumentos y eso ya forzó que el 25 de marzo el comandante Bernard Hervé, al mando del grupo que torturó a Selmouni, fuese condenado en Versalles a cuatro años de prisión por un juez francés, y los restantes policías lo fueran a dos o tres años. Luego un recurso redujo considerablemente la magnitud de las penas, dejándolas en cárcel con suspensión de cumplimiento de la sentencia, y en la actualidad el tribunal de casación debe estudiar nuevos recursos, ahora de la acusación.
Francia es el segundo de los 41 estados miembros del Consejo de Europa en ser condenado por un delito de tortura. Sólo Turquía le ha precedido en un honor tan dudoso. La sentencia ha sido adoptada por unanimidad de los 17 miembros del Tribunal, que han visto en el caso “una violación del artículo 3 de la Convención europea de los derechos del hombre relativo a la tortura”, así como una infracción del artículo 6 que obliga a respetar “el derecho a un proceso en un plazo razonable”.
El Ministerio del Interior cree que “el caso aún no está cerrado”, porque hay que esperar la decisión del tribunal de casación respecto de la condena dictada contra los cinco policías. Para el Ministerio de Asuntos Exteriores, “Francia se conformará naturalmente a la decisión del Tribunal europeo de los derechos del hombre”.

 

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