Página/12 en EE. UU.
Por Mónica Flores Correa Desde Nueva York No dijeron lo mismo pero casi.
Las diferencias mayores fueron de estilo y de idioma. El ministro de Economía Roque
Fernández y el candidato de la Alianza a sucederlo, José Luis Machinea, optaron por
expresarse en inglés. El postulante duhaldista al Palacio de Hacienda Jorge Remes Lenicov
prefirió el castellano. Por lo demás en los suntuosos salones del Hotel Essex en plena
Nueva York los tres economistas más importantes de la Argentina actuaron bien lo que
habían sido convocados a hacer: mostrarse confiables, homogéneos, dispuestos a no tocar
las variables macroeconómicas esenciales. Para eso, para explicarse ante los
mercados habían sido convocados por Goldman Sachs, uno de los más importantes bancos de
inversión de Estados Unidos (ver aparte). Y llegaron a buen puerto. Uno de los
principales asistentes Francis Freisinger, de Merrill Lynch redondeó la sensación
general: Hay coherencia entre las distintas visiones y esto es una señal positiva
de que habrá continuidad con la política que se ha llevado a cabo hasta ahora. Ojalá
hubiesen estado aquí mis inversores. Aunque la calificada asistencia también dejó
a salvo que la volatilidad de los mercados durará, como poco, hasta que asuma el nuevo
gobierno.
Roque Fernández, Machinea, Remes Lenicov y el representante del cavallismo Adolfo
Sturzenegger (ciertamente muy distante del centro de la escena) estaban realizando al
unísono el mismo gesto. Mientras esperaban el comienzo de la conferencia Argentina
en transición, organizada por Goldman Sachs, miraban abstraídos al vacío y sus
dedos jugaban ininterrumpidamente con los lápices. La coincidencia gestual fue
anticipatoria de lo que siguió en el encuentro, diseñado para calmar a los
inversionistas y hombres de negocios de la superpotencia por la reciente turbulencia que
estremeció los mercados en la Argentina.
Al responder las preguntas de los periodistas y luego, a puertas cerradas, las de los
hombres de Wall Street, los economistas subrayaron la decisión mancomunada de mantener
los grandes lineamientos macroeconómicos, como dijo Machinea. La gente de
Wall Street dijo que el reaseguro era reconfortante, aunque estimaron que la promesa de
buena conducta por parte de los tres referentes no calmará demasiado la volatilidad
que seguirá, posiblemente, hasta las elecciones. Lo que hemos escuchado
demuestra que hay coherencia entre las distintas visiones y esto es una señal positiva de
que habrá continuidad con la política que se ha llevado a cabo hasta ahora. Ojalá
hubiesen estado aquí mis inversores, opinó Francis Freisinger, vicepresidente para
la investigación de valores y economía en America Latina de Merrill Lynch.
No hay acuerdo interpartidario para no desandar la política económica de la
década del 90, aclararon, uno a uno, el ministro y los ministeriables. Pero si bien
no existe un arreglo explícito, hay, sí, acuerdos implícitos en cuestiones
fundamentales. Creemos que los pilares centrales de lo que se hizo en esta última década
se deben mantener, explicó Remes Lenicov. Interrogado por las declaraciones de
Eduardo Duhalde sobre la deuda externa, interpretadas en estas latitudes como un signo de
que el candidato pensaba en patear el tablero y que agudizaron la ansiedad del mundo
financiero neoyorquino, Remes atribuyó a la prensa la errónea interpretación de las
palabras del justicialista. Duhalde había coincidido con Juan Pablo II en que a los
países más pobres hay que reducirles la deuda, pero la Argentina no es uno de
estos países, dijo Lenicov. Y continuó: Nosotros no hablamos de una quita o
de renegociación de la deuda por afuera del mercado. En ese sentido, los acreedores
pueden tener una absoluta confianza. Dijo que el peso de la deuda se reduce
conequilibrio fiscal, bajando la prima de riesgo país para que bajen los intereses, y con
crecimiento económico.
Con las banderas estadounidense y argentina como telón de fondo, los argentinos tuvieron
como consigna aventar la aprensión de Wall Street acerca del rumbo que pueda tomar el
país tras las elecciones y por la falta de profundización de algunas reformas,
específicamente la laboral.
Machinea los trató de exagerados. La incertidumbre tiene varias causas, dijo
y mencionó entre los indicadores preocupantes el crecimiento de la deuda, la crisis
internacional y lo que ocurrió con la importaciones argentinas y el déficit
fiscal. Dijo que estos indicadores estaban presentes hace seis meses pero que el riesgo
país había subido muchísimo en los últimos tres meses. Pero el nivel de
inquietud es exagerado. Creo que ha habido una sobrerreacción de los mercados,
sostuvo.
Roque Fernández negó que en el encuentro con el Fondo Monetario Internacional en
Washington se hubiese pedido una ayuda especial para sortear el difícil momento
económico. Con los funcionarios, hablamos del seguimiento de la economía. No
planteamos modificaciones en el programa ni ningún giro extraordinario. No hay cambio de
política, dijo.
Machinea añadió que él tampoco había mencionado la posibilidad de gestionar un alivio
económico. No se descarta que haya que recurrir al Fondo, pero éste no es el
momento de plantearlo, señaló el líder aliancista. Arturo Porzecanski, jefe para
las Américas del ING Barings, dijo a Página/12 que la confianza de los
inversionistas no se recupera hasta que vengan los candidatos. Estos asesores no son los
que ponen palabras en las bocas de Duhalde y de De la Rúa. Fue Duhalde quien rompió la
confianza y tendría que ser él quien la restaure, no su asesor que, sin duda, parece muy
confiable para el mundo financiero de Estados Unidos.
Sabía que en este encuentro no iba a haber mayores sorpresas comentó un
analista de una agencia calificadora de créditos que pidió que no se publicase su
nombre. Todas las presentaciones fueron sólidas y espero que esto calme un poco a
los mercados. Una de las preguntas que da vuelta en Wall Street es si habrá liderazgo
político para llevar a cabo las reformas. Pensamos que se ha avanzado poco en este
último tramo de reformas. Nos interesa que haya una reforma estructural.
Interrogado acerca de cuáles serían las recomendaciones que le daría a su sucesor en la
cartera económica, Roque Fernández dijo que aconsejaría que continuase con la
convertibilidad, que concretase la ley laboral y que promoviese la transparencia en el
gasto público. Si yo fuese el próximo ministro, le tendría que agradecer a Dios
que no voy a tener que soportar el déficit de las empresas privatizadas. Si yo tuviera
que agradecerle a Dios, le agradecería que Dios es argentino, sostuvo.
QUE OPINARON LOS ASISTENTES AL SEMINARIO
Lo más difícil sería elegir a uno u otro
Por Claudio Zlotnik
Después de escucharlos, lo más difícil sería tener que elegir entre uno u
otro. La frase le sirvió al financista como introducción a la primera pregunta que
iban a escuchar Jorge Remes Lenicov, José Luis Machinea y Adolfo Sturzenegger tras sus
discursos. Pero, a la vez, la expresión bien puede funcionar como una síntesis de la
sensación que se llevaron los 250 inversores y banqueros que escucharon las exposiciones
de los tres economistas ministeriales del PJ, la Alianza y de Acción por la República.
Ningún inversor se fue más preocupado de lo que ya estaba. Pero tampoco podría
decirse que quien antes de esta reunión era pesimista, se haya vuelto optimista en dos
horas, resumió en diálogo con Página/12 uno de los financistas presentes.
Tanto Roque Fernández como los economistas más cercanos a los candidatos habían llegado
a la calurosa Nueva York con una premisa: calmar los ánimos de Wall Street en medio de la
campaña electoral, y asegurarles a los inversores que la Argentina seguirá siendo
económicamente predecible después del 10 de diciembre. Por eso, el hilo conductor de
cada exposición de media hora fue el respeto por el Plan de Convertibilidad. Además, los
economistas explicitaron la certeza de que, más allá de lo que se diga y prometa durante
la campaña, las reglas de juego no cambiarán.
¿Es verdad que Eduardo Duhalde no va a cumplir con el pago de la deuda? quiso
saber un inversor apenas se abrió la ronda de preguntas y respuestas pos-discursos,
poniendo sobre el tapete uno de los temas que tenía preocupado a Wall Street.
De ninguna manera. En caso de llegar al poder, Duhalde honrará los compromisos
externos. No es cierto que vaya a pedir una condonación de la deuda; sucede que sus
dichos fueron malinterpretados por la prensa. Lo que Duhalde quiso decir es que la
Argentina tiene un problema con su deuda, pero bajo ningún concepto va a dejar de pagar.
Aunque es cierto que los países centrales deberán realizar esfuerzos, como destinar
fondos adicionales a los organismos multilaterales de crédito o eliminar los subsidios
agrícolas, como en el caso de Europa.
¿Van a privatizar los bancos Nación y Provincia? inquirió otro.
No. Van a seguir bajo la órbita del Estado coincidieron Machinea y Remes
Lenicov. En cambio, el asesor económico de Domingo Cavallo disintió. Probablemente
existan fundamentos para privatizarlos, dijo Sturzenegger.
Fue bueno que los inversores hayan escuchado de boca de los candidatos y del propio
Ministro de Economía que las reglas se van a mantener, cualquiera sea el triunfador de
las elecciones. Pero no por ello hay que esperar grandes cambios en las expectativas de
corto plazo. La incertidumbre recién comenzará a despejarse una vez que el nuevo
gobierno dé a conocer sus planes inmediatos. En Wall Street saben que la recuperación de
la economía será muy lenta, comentó a este diario Fernando Losada, economista del
INGBarings, tras escuchar a los economistas argentinos.
Un analista de un banco de inversión estadounidense,, dio otra impresión: Es
cierto que no hubo sorpresas en los discursos. Que nos llevamos señales tranquilizadoras,
de buena voluntad. Pero también es verdad que es terrible que el gobierno y el Parlamento
estén de brazos cruzados durante todo un semestre. Y eso es lo que está pasando en la
Argentina., aseveró. Amadeo Vázquez, director del BBV Banco Francés, tuvo línea
directa con Nueva York no bien finalizaron las alocuciones: En Wall Street .no
alcanzan las palabras. Las coincidencias de los candidatos a ministros deberían
reflejarse en acciones concretas, a través del Congreso, expresó a Página/12.
La alocución de Remes Lenicov fue la que mejor cayó entre los presentes en el auditorio
. No tanto por los datos quedio sino porque fue el único que habló en castellano
(ver nota central). Esa particularidad le dio más fuerza a su discurso. En cambio, hubo
partes de los otras disertaciones que se perdieron, no se entendieron muy bien. Fueron
dadas en inglés, apuntó risueñamente a este diario otro de los asistentes.
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