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En el día 29, el juez Alberto Baños
ordenó ñoquis a la indagatoria

El juez indagó ayer a dos ex directores ejecutivos del ex Concejo Deliberante y ordenó dos nuevas indagatorias. El bloque justicialista rechazaría en Diputados el pedido de desafuero de Eduardo Rollano.

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Por Irina Hauser

t.gif (862 bytes) En un día hecho a medida de la causa en que se investiga la designación de empleados ñoquis en el antiguo Concejo Deliberante, el juez Alberto Baños indagó ayer, 29 de julio, a dos ex directores ejecutivos de la institución y ordenó dos nuevas indagatorias. Los ex funcionarios que contestaron las preguntas del juez deslindaron responsabilidades en sus superiores. El martes próximo se presentará en Tribunales Juan Trilla (UCR) quien ya cumple arresto domiciliario en esta causa.
El magistrado ya concretó así cinco de las 32 indagatorios que ordenó hace tres semanas como parte de la pesquisa sobre cientos de nombramientos irregulares entre 1993 y 1996 en el viejo órgano legislativo. Se están analizando los mecanismos que permitieron que se usurpara la identidad de personas ajenas a la institución para hacerlas figurar como empleadas y que alguien cobrara por ellas. También se analizan designaciones de amigos o conocidos de ex funcionarios que pueden haber actuado con complicidad.
En esa dirección, Baños citó a varios empleados que se encargaban de certificar las prestaciones de servicios. Es el caso de Sergio Muñiz y Raúl Barrera, que fueron interrogados ayer. Muñiz, quien está ligado al justicialismo y ocupó el cargo de director de planta transitoria entre 1991 y 1994, fue citado porque su firma aparece al menos en uno de los recibos que habilitaron cobros a nombre de Juan José Solís, un hombre que en realidad estaba preso. El ex funcionario, que acudió a Tribunales acompañado por su abogado Horacio Rivero, reconoció haber firmado la certificación en cuestión pero habría responsabilizado a un ex concejal, según relató a este diario un allegado al expediente. Barrera, también comprometido por su propia firma, habría atribuido la culpa a los ex presidentes del Concejo José Manuel Pico (PJ) y Juan Trilla (UCR).
En esta causa el juez y los fiscales cruzaron datos sobre 1600 recibos de sueldos y apuntan a revelar parte de la trama de la financiación ilegal de la política. Trilla ya cumple arresto domiciliario debido a sus 76 años de edad y se presentaría el martes. Al igual que al veterano dirigente radical, Baños atribuyó a otros dos ex presidentes del Concejo el delito de malversación reiterada de fondos: al actual diputado duhaldista Eduardo Rollano, cuyo desafuero ya fue solicitado esta semana para poder tomarle declaración indagatoria, y a Pico, que ya está preso por asociación ilícita y estafa. Todo indica que Rollano estaría a salvo, ya que la mayoría justicialista de la Comisión de Asuntos Constitucionales de Diputados rechazaría el pedido de desafuero.
Mientras tanto, siguen prófugos los ex concejales Eliseo Roselló (UCR) Y Roberto Larrosa (UCR), los ex secretarios radicales Braulio Feliú, Carlos Bernardou y Luis Alberto Sánchez y la ex mujer de Pico, Claudia Cabezón. El juez agregó ahora dos pedidos de indagatoria a ex empleados del Concejo. También determinó que habrá un careo entre Elvira Bracamonti y el ex funcionario Nelson López Boado. Ella es una mujer enferma de cáncer que asegura que su nombre fue utilizado para inventarle un cargo después de que dejó sus datos personales para pedir remedios oncológicos. Mencionó a López Boado como su contacto para el trámite. López Boado declaró el miércoles pasado que no tuvo nada que ver, culpó a Roselló y sugirió que Bracamonti es una testigo “entrenada”. Hoy declaran, entre otros, Luis Alberto Pronesti y Eduardo Aparicio.

 

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