Por Cristian Alarcón Los feligreses de
Mar del Plata que echaron a los palos y los tiros a los desocupados que mantenían tomada
la catedral hasta el martes no sólo no serían un grupo de inocentes católicos enojados
sino que, según confiaron fuentes judiciales a Página/12, entre los agresores
identificados hay varios miembros o ex miembros de organismos de inteligencia.
Este diario ya adelantó ayer que Ricardo Oliveros estaría ligado al Batallón de
Inteligencia 601, del Ejército, de acuerdo a lo informado por fuentes de la
investigación y de un organismo oficial. A última hora de anoche, un comunicado enviado
a esta redacción y firmado por el jefe de la Agrupación de Artillería Antiaérea de
Ejército 601, coronel Hugo Ernesto Pabón, informó que el hombre fue miembro orgánico
de la inteligencia militar hasta el año 1992. Por supuesto que las fuentes castrenses
consultadas dijeron ignorar en qué se ha ocupado el personaje desde entonces a la fecha
de la expulsión cristiana. Para los investigadores, Oliveros sería apenas uno más en un
grupo de doce personas, perfectamente organizadas, que ingresaron al templo armados para
expulsar a los golpes a los ocupantes, mujeres y niños incluidos.
Lo cierto es que la investigación de los hechos avanza, y en doble sentido. Por un lado,
la Justicia investiga al grupo de ocupantes de la catedral, por las armas que se
encontraron tras una requisa policial el martes. Los desocupados sostienen que existen
pruebas de que los dos revólveres calibres 32 y 38 encontrados en el interior
de un confesionario y entre los objetos de los ocupantes fueron colocados por los
mismos agresores. Sin embargo, anoche fue detenido Emilio Alí, el joven en cuyo
bolso los uniformados encontraron el arma. El joven, de 22 años, integrante del grupo de
alrededor de 200 desocupados que desde el 6 de julio dormían y comían en la catedral
pidiendo fuentes de trabajo, fue esposado por policías bonaerenses cerca de las 20,
cuando estaba a punto de subir a un avión para viajar a la ciudad de Buenos Aires a
participar en el programa Hora Clave.
Lo acompañaban tres militantes de la agrupación Teresa Rodríguez. El grupo, que
reivindica a la joven asesinada en Cutral-Có durante los piquetes de desocupados
realizados en el invierno de 1996, está integrado por grupos de desempleados de los
barrios periféricos de Mar del Plata y militantes de izquierda. Emilio Alí es el
presidente de la Junta de Vecinos del popular barrio José Hernández. Su detención
preventiva fue ordenada excepcionalmente por el fiscal Guillermo Nicora, ante la
posibilidad de que se convierta en un prófugo acusado del delito de portación de arma de
guerra. Anoche, el juez de Garantías evaluaba si confirmaba o no el apresamiento del
militantes.
La conformación de la patota que ingresó a la catedral el martes pasadas las nueve de la
mañana al grito de ¡Fuera hijos de puta! es la preocupación de fondo del
fiscal Guillermo Nicora. Los personajes que aparecen filmados por las cámaras del canal
de noticias TN podrían ser acusados por lo menos de los delitos de intimidación pública
y usurpación. Por ello la fiscalía intenta determinar de dónde salió el disparo que se
realizó adentro del templo en medio de una batahola minutos después de que los
desocupados fueron desalojados del lugar. En la grabación que evalúa la fiscalía
estaría claro que el tiro no sale del arma de un ocupante ni de un policía. Los
militantes gritaban, pateaban y daban palazos a los vidrios de una entrada lateral del
templo para volver a ingresar, y la policía ni siquiera había comenzado con el desalojo
ordenado por el juez.
La docena de hombres que tapiaron con bancos las puertas del templo para que no regresaran
los ocupantes serían, según las fuentes consultadas por Página/12, varios
miembros de organismos de inteligencia. Para deslindar responsabilidades ante el
escándalo, el Ejército emitió anoche un comunicado oficial en el que sostiene que
el señor Ricardo Alberto Oliveros no pertenece actualmente al Ejército Argentino
ni desarrolla actividad alguna que lo vincule al mismo. El coronel Pabón informa
que Oliveros se desempeñó entre el 1 de octubre de 1983 y el 21 de enero de 1992
como agente civil de inteligencia, prestando servicios en la Sección Inteligencia
101, disuelta en 1996. Aclaró también que cesó en sus funciones por
renuncia y que desde entonces no volvió a tener relación de dependencia con
el Ejército argentino.
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