Página/12 en Perú
Por Carlos Noriega Desde Lima El villano de la película
reapareció en escena, y con planes de la CIA bajo el brazo. Según fuentes de las fuerzas
armadas peruanas, el asesor presidencial y jefe de facto del Servicio de Inteligencia
Nacional, el ex capitán Vladimiro Montesinos, informó a los altos jefes militares
peruanos, en una reunión ocurrida hace aproximadamente un mes, de un supuesto plan de
Estados Unidos para intervenir en Colombia con el fin de enfrentar militarmente a la
guerrilla marxista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del papel
que les cabría a las FF.AA. peruanas en ese plan.
Aparentemente, la información expuesta por Montesinos sobre el supuesto plan de
intervención norteamericana en Colombia provendría de la CIA. Desde mediados de los
años setenta, cuando era un oficial en actividad, se le atribuyen a Montesinos estrechos
lazos con la central de inteligencia norteamericana a la que habría vendido
detalles de los planes de adquisición de armamento soviético por el gobierno
nacionalista de Velasco Alvarado, vínculo que se mantendría hasta la fecha. La
reunión de Montesinos con los jefes militares tuvo carácter consultivo. Según estas
fuentes castrenses, en esa reunión Montesinos señaló que las fuerzas armadas peruanas,
así como las ecuatorianas, participarían en dos niveles dentro del plan de
intervención: en una primera instancia tendrían la misión de impedir que las FARC
asienten bases de apoyo en el territorio de ambos países y, también, de golpear a la
guerrilla colombiana en las zonas cercanas a sus fronteras con rápidas incursiones de
ataque y repliegue. En una segunda instancia, ambos países cooperarían en la
consolidación del dominio sobre las áreas de las cuales las FARC hayan sido expulsadas.
Precisamente en marzo de este año el presidente Alberto Fujimori anunció el
reforzamiento militar de la frontera con Colombia para enfrentar cualquier
incursión de la guerrilla colombiana. Desde entonces, Fujimori ha criticado
reiteradamente el proceso de paz que lleva adelante el presidente colombiano Andrés
Pastrana y ha repetido que la guerrilla colombiana es una amenaza para la
seguridad de la región. Por su parte, este martes 27 el ministro de Defensa de Ecuador,
José Gallardo, anunció que ese país reforzará la seguridad a lo largo de su frontera
con Colombia. El anuncio lo hizo durante la visita a Quito del zar antidrogas
norteamericano, Barry McCaffrey. Explicando esta militarización de la frontera con
Colombia, Gallardo dijo que hay que estar preparados para cualquier
eventualidad.
En otro pasaje de su intervención, Montesinos aseguró que la estrategia norteamericana
se concentraría en atacar y quebrar el financiamiento de la guerrilla. El Comando
Sur de los Estados Unidos ha implementado una coordinación entre el Centro de Conflictos
de Baja Intensidad, la DEA y la CIA para ahogar financieramente a los grupos
armados, señaló Montesinos en dicha reunión.
En su reciente visita a Colombia, el zar antidrogas de Estados Unidos, Barry McCaffrey,
acusó por primera vez a las FARC de manera directa de recibir financiamiento del
narcotráfico. Aunque descartó que Estados Unidos prepare una intervención para
enfrentar a la guerrilla, esta afirmación abre las puertas para que eso ocurra. Si la
misión de las fuerzas norteamericanas en Colombia es luchar contra el narcotráfico y la
guerrilla es una narcoguerrilla que se financia con dineros del narcotráfico,
entonces, bajo esa premisa, la lucha contra el narcotráfico llevará a luchar, también,
contra la guerrilla.
El accidente sufrido el pasado viernes por el avión espía norteamericano De Havilland 7
cerca de la frontera con Ecuador y la reciente ofensiva de las FARC cerca a Bogotá han
puesto en evidencia el involucramiento de Estados Unidos en la lucha contra la guerrilla.
El De Havilland 7 se estrelló en las montañas cuando cumplía misión de espionaje sobre
los movimientos y comunicaciones de las FARC. El éxito del ejército colombiano para
detener la última ofensiva de las FARC, su primera victoria luego de una larga racha de
derrotas, habría sido posible gracias a las informaciones proporcionadas por los
norteamericanos sobre los desplazamientos de los frentes guerrilleros. Por su parte, el
diario colombiano El Espectador informó recientemente que los norteamericanos vienen
interceptando las comunicaciones de las FARC.
En su exposición, Montesinos llegó al extremo de dar detalles de las fuerzas que
intervendrían en Colombia. El asesor de Fujimori habló, según las fuentes castrenses,
de 120 mil hombres, dos divisiones aerotransportadas, dos fuerzas especiales del ejército
de tierra, tres divisiones de los marines y 200 aviones, entre otros equipos. Sería
una campaña que duraría entre 45 y 60 días, aseguró Montesinos, según estas
mismas fuentes.
Fujimori se declaró opuesto a una intervención extranjera en Colombia durante la
reciente visita a Lima del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, pero agregó
que los países amigos de Colombia estaban dispuestos a aceptar un nivel de
coordinación y cooperación mutua para enfrentar a la guerrilla. Fujimori se ha
declarado enemigo del proceso de paz que intenta llevar adelante el presidente colombiano
Andrés Pastrana y ha defendido la solución militar al problema de la
violencia política en Colombia. En este tema, la postura de Fujimori parece estar más
cerca de la del presidente argentino Carlos Menem, que se ha mostrado dispuesto a
participar en una intervención armada si lo pide el gobierno de Colombia, que
la del mandatario de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, que ha manifestado su claro
rechazo a los planes norteamericanas de intervención militar.
En Lima, un vocero de la embajada norteamericana desmintió la existencia de este plan de
intervención que se habría analizado en la reunión entre el omnipresente asesor
presidencial, Vladimiro Montesinos, y los altos mandos militares peruanos.
Sobre esta posible intervención militar en Colombia, el ex canciller de ese país y
actual asesor en el proceso de paz, Augusto Ramírez Ocampo, declaró a Página/12 que
no creo en una acción colectiva de los países del continente, ahora, el riesgo de
acciones militares unilaterales de Estados Unidos en América latina existe. De
ocurrir dicha intervención, Ramírez Ocampo está convencido de que se
amalgamarían las fuerzas de la guerrilla con el resto del país para luchar contra esta
intervención extranjera y, entonces, vendría un Vietnam. Ante la eventualidad de
un pedido del gobierno colombiano para que una fuerza multinacional acuda en su ayuda para
enfrentar a la guerrilla, Ramírez Ocampo fue tajante: El presidente que hiciera eso
sería un presidente paria, un traidor a la patria.
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