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Por José Natanson En los despachos de la Alianza se respira un aire distendido, de victoria casi segura. La última encuesta nacional de Analogías confirma que la fórmula Fernando de la Rúa-Carlos Chacho Alvarez supera a la que encabeza Eduardo Duhalde por más de 13 puntos. Un dato que llevó a los jefes de la coalición a tomar la determinación de no modificar el tono de la campaña: un De la Rúa fiel a su autoproclamado estilo aburrido y un Alvarez que se ubica en un segundo plano. El sondeo señala además que la ventaja es nítida en los distritos claves como Capital, Santa Fe y Mendoza y detecta problemas en la provincia de Buenos Aires, en donde se registra un virtual empate. El último sondeo que la consultora habitual de la Alianza terminó de procesar hace pocos días se comenta con entusiasmo en las oficinas del gobierno porteño, del comité de campaña y en la Casa del Frente. Página/12 tuvo acceso a ella a través de fuentes del Comité de Campaña. Analogías registró un leve ascenso de De la Rúa frente a una disminución en la intención de voto de Duhalde, determinando una diferencia de 13 puntos a favor del radical. La ventaja más pronunciada 27 por ciento se registra en la Capital Federal, en donde De la Rúa obtiene el 46 por ciento de las adhesiones, mientras que Duhalde apenas araña el 19. Los jefes de la Alianza aseguran que esta ventaja es imposible de descontar en el resto del país y blanden como ejemplo la medición de Analogías: en Córdoba la diferencia a favor de De la Rúa es de 10 puntos, en Santa Fe de 7 y en Mendoza de 12. Duhalde sólo logra hacer pie en las localidades más chicas y con menos peso electoral del interior del país. Estos números confirman la sensación de triunfo que se vive en la Alianza desde que De la Rúa comenzó a crecer, luego del virtual empate que se registraba en mayo. En el comando de campaña aguardan la llegada, el lunes que viene, del asesor norteamericano Dick Morris. De todos modos, están convencidos de que los ejes fundamentales de la campaña no deberán modificarse. Un dirigente con acceso directo a la oficina de De la Rúa lo graficó con una expresión que suele repetir el ex asesor de Bill Clinton: Si las cosas están bien, ¿para qué arreglarlas?. El tono de la campaña será el mismo durante los próximos meses. La fórmula continuará recorriendo el país para presentar la plataforma de gobierno, con el objetivo de subrayar el perfil de dirigente trasparente y serio de De la Rúa que según dicen contrasta con las múltiples piruetas de su adversario del PJ (ver aparte). Por eso, salvo alguna excepción puntual, el candidato de la Alianza no confrontará directamente con Duhalde. Alvarez seguirá acompañando a De la Rúa, en un segundo plano que se resisten a aceptar los dirigentes del Frepaso. El diputado orientará los esfuerzos a los temas vinculados a la educación y la lucha contra la corrupción. En cuanto a Domingo Cavallo, la fórmula aliancista continuará actuando como si el ex ministro no existiera. Los jefes de la Alianza sostienen que los spots televisivos, que comenzaron con el célebre aviso del candidato aburrido, fueron el gran acierto de la campaña. Ya difundieron dos publicidades más y planean otras, también de alto impacto. Al igual que el último, en la que De la Rúa camina rodeado por un grupo swat, los próximos avisos apuntarán a reforzar la idea de que el titular de la UCR tiene la fuerza necesaria para gobernar. Se trata del único costado flojo del candidato que según la medición sigue siendo el dirigente con mejor imagen del país. La certeza de que el viento sopla a favor llevó a los estrategas de la Alianza a descartar una serie de operaciones con las que podrían ampliar su base electoral. Los jefes de la coalición ya habían desechado la posibilidad de sumar a Cavallo, y en los últimos días le bajaron el pulgar a una posible alianza con Gustavo Beliz y a la incorporación de peronistas disconformes, una tarea a la que se dedica en soledad Melchor Posse. La única apetencia es el demócrata Carlos Balter, el candidato a gobernador mejor posicionado para las elecciones mendocinas, que todavía duda entreinclinarse hacia alguno de los tres candidatos o presentarse solo. El jefe de campaña Alberto Flamarique se esmera casi todas las semanas en convencerlo de que apoye al candidato presidencial de la Alianza. A diferencia de lo que ocurre en el duhaldismo, en donde los cimbronazos internos son cotidianos, la certeza de que marcha primero le permitió a De la Rúa encolumnar detrás de su figura a la totalidad de los dirigentes partidarios. Los caudillos radicales que cuestionaban el manejo de la campaña a principios de año se llamaron a silencio y hoy son pocos los que critican al candidato. Aunque insisten en visitar cada distrito en el que celebren elecciones anticipadas, los jefes de la Alianza creen que las derrotas provinciales no afectan el clima nacional. Sostienen que aún en donde perdieron, como en Córdoba, la fórmula presidencial continúa primera. Machacan con la muletilla de que en estos casos se vota de acuerdo a realidades locales. Y confían en que la previsible victoria de Carlos Reutemann el 8 de agosto en Santa Fe no modificará las chances de De la Rúa. El distrito más peligroso sigue siendo la provincia de Buenos Aires. La medición de Analogías indica un virtual empate, con una leve diferencia a favor de De la Rúa en el ámbito nacional y de Graciela Fernández Meijide en el provincial. Según sostienen en la Alianza, la candidata a gobernadora estaría en condiciones de reeditar su éxito de 1997 en los grandes centros urbanos, pero encuentra dificultades en dos zonas muy distintas: el interior provincial, tradicionalmente proclive a votar al radicalismo, y el segundo cordón del Conurbano, bastión histórico del peronismo. Los estrategas de la Alianza diseñaron una batería de medidas con la que confían en modificar el panorama: decidieron incrementar las recorridas de De la Rúa por el interior bonaerense, lanzar la campaña televisiva de Graciela, preparar la presentación del plan de gobierno para la segunda quincena de agosto, y poner en funcionamiento la estructura radical con la inauguración que se realizará hoy de la convención provincial de la UCR. Además, todos creen que la milagrosa recuperación de Raúl Alfonsín le permitirá al ex Presidente pasear su flamante imagen positiva por los pueblos del interior bonaerense en el último tramo de la campaña. El viernes pasado, Carlos Chacho Alvarez se encontraba en el medio de una interminable recorrida por el norte de Santa Fe. Sentado en un sillón del chupetemóvil, mientras se quejaba de la ingesta excesiva de sandwiches de miga en tiempos de campaña, el jefe del Frepaso resumió en un par de frases el clima de victoria que se vive en la coalición. En los últimos dos meses la ventaja se fue estirando. No hay que descuidarse ni aflojar, pero podemos respirar tranquilos porque ya es una tendencia.Por José Natanson @En los despachos de la Alianza se respira un aire distendido, de victoria casi segura. La última encuesta nacional de Analogías confirma que la fórmula Fernando de la Rúa-Carlos Chacho Alvarez supera a la que encabeza Eduardo Duhalde por más de 13 puntos. Un dato que llevó a los jefes de la coalición a tomar la determinación de no modificar el tono de la campaña: un De la Rúa fiel a su autoproclamado estilo aburrido y un Alvarez que se ubica en un segundo plano. El sondeo señala además que la ventaja es nítida en los distritos claves como Capital, Santa Fe y Mendoza y detecta problemas en la provincia de Buenos Aires, en donde se registra un virtual empate. El último sondeo que la consultora habitual de la Alianza terminó de procesar hace pocos días se comenta con entusiasmo en las oficinas del gobierno porteño, del comité de campaña y en la Casa del Frente. Página/12 tuvo acceso a ella a través de fuentes del Comité de Campaña. Analogías registró un leve ascenso de De la Rúa frente a una disminución en la intención de voto de Duhalde, determinando una diferencia de 13 puntos a favor del radical. La ventaja más pronunciada 27 por ciento se registra en la Capital Federal, en donde De la Rúa obtiene el 46 por ciento de las adhesiones, mientras que Duhalde apenas araña el 19. Los jefes de la Alianza aseguran que esta ventaja es imposible de descontar en el resto del país y blanden como ejemplo la medición de Analogías: en Córdoba la diferencia a favor de De la Rúa es de 10 puntos, en Santa Fe de 7 y en Mendoza de 12. Duhalde sólo logra hacer pie en las localidades más chicas y con menos peso electoral del interior del país. Estos números confirman la sensación de triunfo que se vive en la Alianza desde que De la Rúa comenzó a crecer, luego del virtual empate que se registraba en mayo. En el comando de campaña aguardan la llegada, el lunes que viene, del asesor norteamericano Dick Morris. De todos modos, están convencidos de que los ejes fundamentales de la campaña no deberán modificarse. Un dirigente con acceso directo a la oficina de De la Rúa lo graficó con una expresión que suele repetir el ex asesor de Bill Clinton: Si las cosas están bien, ¿para qué arreglarlas?. El tono de la campaña será el mismo durante los próximos meses. La fórmula continuará recorriendo el país para presentar la plataforma de gobierno, con el objetivo de subrayar el perfil de dirigente trasparente y serio de De la Rúa que según dicen contrasta con las múltiples piruetas de su adversario del PJ (ver aparte). Por eso, salvo alguna excepción puntual, el candidato de la Alianza no confrontará directamente con Duhalde. Alvarez seguirá acompañando a De la Rúa, en un segundo plano que se resisten a aceptar los dirigentes del Frepaso. El diputado orientará los esfuerzos a los temas vinculados a la educación y la lucha contra la corrupción. En cuanto a Domingo Cavallo, la fórmula aliancista continuará actuando como si el ex ministro no existiera. Los jefes de la Alianza sostienen que los spots televisivos, que comenzaron con el célebre aviso del candidato aburrido, fueron el gran acierto de la campaña. Ya difundieron dos publicidades más y planean otras, también de alto impacto. Al igual que el último, en la que De la Rúa camina rodeado por un grupo swat, los próximos avisos apuntarán a reforzar la idea de que el titular de la UCR tiene la fuerza necesaria para gobernar. Se trata del único costado flojo del candidato que según la medición sigue siendo el dirigente con mejor imagen del país. La certeza de que el viento sopla a favor llevó a los estrategas de la Alianza a descartar una serie de operaciones con las que podrían ampliar su base electoral. Los jefes de la coalición ya habían desechado la posibilidad de sumar a Cavallo, y en los últimos días le bajaron el pulgar a una posible alianza con Gustavo Beliz y a la incorporación de peronistas disconformes, una tarea a la que se dedica en soledad Melchor Posse. La única apetencia es el demócrata Carlos Balter, el candidato a gobernador mejor posicionado para las elecciones mendocinas, que todavía duda entreinclinarse hacia alguno de los tres candidatos o presentarse solo. El jefe de campaña Alberto Flamarique se esmera casi todas las semanas en convencerlo de que apoye al candidato presidencial de la Alianza. A diferencia de lo que ocurre en el duhaldismo, en donde los cimbronazos internos son cotidianos, la certeza de que marcha primero le permitió a De la Rúa encolumnar detrás de su figura a la totalidad de los dirigentes partidarios. Los caudillos radicales que cuestionaban el manejo de la campaña a principios de año se llamaron a silencio y hoy son pocos los que critican al candidato. Aunque insisten en visitar cada distrito en el que celebren elecciones anticipadas, los jefes de la Alianza creen que las derrotas provinciales no afectan el clima nacional. Sostienen que aún en donde perdieron, como en Córdoba, la fórmula presidencial continúa primera. Machacan con la muletilla de que en estos casos se vota de acuerdo a realidades locales. Y confían en que la previsible victoria de Carlos Reutemann el 8 de agosto en Santa Fe no modificará las chances de De la Rúa. El distrito más peligroso sigue siendo la provincia de Buenos Aires. La medición de Analogías indica un virtual empate, con una leve diferencia a favor de De la Rúa en el ámbito nacional y de Graciela Fernández Meijide en el provincial. Según sostienen en la Alianza, la candidata a gobernadora estaría en condiciones de reeditar su éxito de 1997 en los grandes centros urbanos, pero encuentra dificultades en dos zonas muy distintas: el interior provincial, tradicionalmente proclive a votar al radicalismo, y el segundo cordón del Conurbano, bastión histórico del peronismo. Los estrategas de la Alianza diseñaron una batería de medidas con la que confían en modificar el panorama: decidieron incrementar las recorridas de De la Rúa por el interior bonaerense, lanzar la campaña televisiva de Graciela, preparar la presentación del plan de gobierno para la segunda quincena de agosto, y poner en funcionamiento la estructura radical con la inauguración que se realizará hoy de la convención provincial de la UCR. Además, todos creen que la milagrosa recuperación de Raúl Alfonsín le permitirá al ex Presidente pasear su flamante imagen positiva por los pueblos del interior bonaerense en el último tramo de la campaña. El viernes pasado, Carlos Chacho Alvarez se encontraba en el medio de una interminable recorrida por el norte de Santa Fe. Sentado en un sillón del chupetemóvil, mientras se quejaba de la ingesta excesiva de sandwiches de miga en tiempos de campaña, el jefe del Frepaso resumió en un par de frases el clima de victoria que se vive en la coalición. En los últimos dos meses la ventaja se fue estirando. No hay que descuidarse ni aflojar, pero podemos respirar tranquilos porque ya es una tendencia.
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