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El Parlamento norteamericano dio media sanción al recorte del presupuesto a la escuela donde Estados Unidos formó a los golpistas y torturadores argentinos y latinoamericanos.
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 “Esta
es una votación acerca de valores y de conciencia: el momento de cerrar la Escuela de las
Américas ha llegado.” El diputado demócrata James Mc Govern pronunció estas
palabras después de la votación que otorgó media sanción al proyecto para reducir el
presupuesto de la llamada “escuela de los dictadores”. Luego de cuatro años de
victorias en el Capitolio de Estados Unidos para los defensores del lugar donde los
militares latinoamericanos se perfeccionaron en las técnicas de torturas y golpes de
Estado, finalmente ganaron quienes intentan clausurar la escuela, o al menos limitar sus
funciones. El proyecto de ley impulsado por Mc Govern sólo recortaría dos millones de dólares que recibe la Escuela de las Américas de fondos federales. El resto de su presupuesto –cuyo monto global varía entre 5 y 20 millones de dólares según los años– es financiado directamente a través de fondos del Pentágono. Actualmente el presupuesto total es de casi nueve millones de dólares. Según fuentes del Parlamento norteamericano, el recorte afectaría en particular las becas otorgadas a oficiales de América latina, obstaculizando de esa forma un elemento clave de su funcionamiento. La Escuela de las Américas “es una vergüenza para la imagen de Estados Unidos ante el pueblo de América latina. Me niego a votar para permitir que un solo centavo más de los contribuyentes vaya para esa escuela, que entrenó a asesinos y que sigue entrenando a oficiales que hieren y matan a gente inocente en América latina”, afirmó Mc Govern, representante del estado de Massachusetts. Otros legisladores adhirieron al recorte por considerar que la Escuela ya no cumple el mismo papel que durante la Guerra Fría, en que era utilizada por Estados Unidos para entrenar a militares latinoamericanos en la lucha contra el comunismo a través de técnicas para combatir la guerrilla tradicional o urbana. Los dictadores argentinos Jorge Rafael Videla, Leopoldo Fortunato Galtieri y Roberto Viola tomaron cursos en la Escuela. Los impulsores y responsables del Plan Cóndor fueron alumnos destacados. Hugo Banzer, dictador y actual presidente de Bolivia, y el chileno Augusto Pinochet son parte de los más de cincuenta mil militares que pasaron por allí. Tampoco faltaron a esas clases represores de El Salvador, Guatemala, Haití y Perú, entre otros países latinoamericanos. La Escuela de las Américas fue fundada en 1946 e instalada en Panamá. En 1984 fue trasladada a Fort Benning en el estado de Georgia, Estados Unidos. En setiembre de 1996 el Pentágono difundió el resumen de siete manuales escritos en español usados en la Escuela. Allí se leía que para reclutar y controlar informantes, los agentes de contrainteligencia debían apelar al “temor, al pago de recompensas por cada enemigo muerto, golpes, secuestros, ejecuciones y el uso del suero de la verdad”. Al revelar el resumen de estos manuales, el Departamento de Defensa de Estados Unidos admitió por primera vez que sus oficiales enseñaron técnicas represivas a los militares latinoamericanos. El jefe del Ejército Argentino, general Martín Balza, decidió hace unos años no mandar más alumnos a Fort Benning y privilegiar otros destinos en el exterior. En 1993 y 1994 la propuesta del diputado Joseph Kennedy para cortarle fondos a la Escuela fue derrotada. En 1994, durante la votación, se realizó una protesta frente al edificio del Congreso norteamericano con grandes fotografías de cadáveres mutilados, víctimas de los escuadrones de la muerte y la represión militar. Al año siguiente, unos cien manifestantes, encabezados por sacerdotes católicos, se declararon en huelga de hambre en las escaleras del Capitolio para reclamar el cierre de la institución. La media sanción se logró ayer por 230 votos a favor y 197 en contra. “Cada vez que Naciones Unidas o que una organización de defensa de los derechos humanos examina qué militares cometen la mayor cantidad de violaciones de los derechos humanos, constatan que la gran mayoría fueron entrenados por la Escuela de las Américas”, dijo Mc Govern y citó el ejemplo de la matanza de seis sacerdotes jesuitas en El Salvador en 1989, asesinados por 26 soldados, 19 de los cuales fueron entrenados en la siniestra institución. El diputado demócrata aseguró, además, que la Escuela sigue sin controlar el destino de los oficiales que entrena y su desempeño en materia de derechos humanos. La propuesta votada ayer está incluida en un proyecto de ley más amplio sobre operaciones internacionales y debe ser aprobado por el Senado y recibir la firma del presidente Bill Clinton antes de convertirse en ley. “El margen de más de treinta votos a favor del texto envía la señal de que, para la Cámara de Representantes, el asunto va en serio”, comentó Michael Mershon, portavoz de Mc Govern. “Estamos alentados, pero no va a ser fácil”, anticipó.
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