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Por José Natanson ![]() El costado institucional de la Convención que sesionó ayer en Escobar fue la aprobación de los aportes del radicalismo al Proyecto Buenos Aires, el nombre del plan de gobierno de la Alianza para la provincia que se presentará en la segunda quincena de agosto. Pero el dato central del encuentro no fue formal sino político. Con la inauguración de la Convención provincial, la coalición aspira a movilizar el poderoso aparato de la UCR bonaerense. En el comando de campaña se suelen escuchar críticas a lo que definen como el inmovilismo de los caudillos del radicalismo bonaerense. Es que, aunque De la Rúa logró ampliar la ventaja sobre Eduardo Duhalde en los últimos dos meses, la fórmula provincial de la Alianza continúa empantanada, en un virtual empate con el justicialista Carlos Ruckauf. Así surge de la encuesta de Analogías dada a conocer ayer en exclusiva por este diario. Los jefes de la Alianza están convencidos de que la Convención actuará como punto de partida para la puesta en marcha del complejo entramado de intendentes, legisladores, concejales y punteros dispersados a lo largo del territorio bonaerense. Una operación que tendrá su complemento con la asunción de las nuevas autoridades del Comité Provincial que presidirá Leopoldo Moreau en el acto en Ferro que se realizará el próximo 6 de agosto. El radicalismo, un partido con una tradición históricamente refractaria a las alianzas electorales, parece haberse acostumbrado a la sociedad con el Frepaso. La última Convención Nacional que sesionó en Rosario aceptó, por primera vez, la candidatura de un dirigente de otro partido Carlos Chacho Alvarez junto a la de un radical. Ayer ocurrió algo similar, con una diferencia: Graciela Fernández Meijide no ocupa el segundo lugar en la fórmula sino el primero. Mientras los convencionales debatían dentro del predio de la Fiesta Nacional de la Flor, los dirigentes y militantes conversaban en la confitería y en los pasillos. El tema más repetido era el estado de salud de Raúl Alfonsín, quien se encuentra reponiéndose de un accidente y probablemente se incorpore al último tramo de la campaña. Su ausencia fue la más notoria. Su figura se colaba por todos lados: en los afiches de Fuerza Raúl, en las conversaciones de los dirigentes, en las menciones de los oradores y en la presencia de su hijo, el legislador provincial Ricardo Alfonsín, que adquirió protagonismo mediático informando sobre la salud de su padre en la puerta del Hospital Italiano. Los convencionales concluyeron la discusión a las seis de la tarde. A esa hora llegó De la Rúa, acompañado por la fórmula bonaerense de la Alianza que integran Fernández Meijide y Melchor Posse. Luego de una breve conferencia de prensa, los candidatos se acercaron al palco desde el que contemplaron a los cinco mil radicales que habían llegado en micros desde distintos lugares de la provincia. Los primeros en hablar fueron Moreau y Storani, seguidos por Posse, que recordó en varias oportunidades la figura de Alfonsín. Rindo homenaje al que es capaz de movilizar desde su cama de enfermo a todos los radicales de la provincia, señaló el intendente. La cuarta oradora fue Graciela. Cuando nos dicen que ellos tienen experiencia y nosotros no, hay que decir que tienen la experiencia de haber armado poder para beneficiar a algunos grupos concentrados, aseguróla candidata. El cierre quedó en manos de De la Rúa. Ellos avanzan erráticos improvisando ideas, debatiéndose en el desastroso resultado que llevaron a esta crisis en la Nación y en la provincia.
REGRESO AL PUEBLO DE DONDE LO Américo Schvartzman Desde Concepción del Uruguay
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