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ACUSO A BRASIL DE ACTITUD "SOBERBIA"
La UIA es antiimperialista

El vicepresidente de la central industrial, Alvarez Gaiani, denunció al canciller brasileño por su "soberbia imperialista", y pidió al Gobierno que actúe con "mayor dureza" al negociar.

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Luiz Felipe Lampreia, canciller de Brasil

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Alberto Alvarez Gaiani, vicepresidente de la UIA


t.gif (862 bytes)  El vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Alberto Alvarez Gaiani, volvió a poner tirantez en las relaciones argentino-brasileñas al calificar a las declaraciones del canciller del país vecino, Luiz Felipe Lampreia, como "indignantes" y demostrativas de una actitud de "soberbia imperialista". Reclamó, además, al gobierno argentino "mayor dureza en las negociaciones", planteo que reiterarán mañana ante los funcionarios en un encuentro previo a las sesiones de las comisiones técnicas y de ministros del Mercosur que tendrán lugar jueves y viernes, en Montevideo. Otro exponente del sector empresario refirió que el presidente "Menem fue a Brasil a defender a la industria brasileña".

"La UIA va al choque con algunos funcionarios a los que, desde hace tiempo, le estamos planteando que necesitamos mayor equilibrio y mayor dureza en las negociaciones" con Brasil, expresó Alvarez Gaiani.

Asimismo, al ser consultado sobre las declaraciones formuladas por el canciller Lampreia, aseguró que éstas "son indignantes y creo que es una falta de respeto hacia las autoridades argentinas y hacia el propio presidente" Carlos Menem.

Aseguró que los enunciados formulados por el funcionario brasileño muestran "una soberbia de tono imperialista que yo descalificaría totalmente", y agregó que el canciller, en un reportaje concedido a la prensa local, "ha dicho cosas más graves, ha demostrado que ellos son más importantes y que no van a aceptar absolutamente nada de Argentina".

Admitió, sin embargo, que "Argentina tiene que seguir apostando al Mercosur" y consideró que, si bien "hay sectores que tienen problemas concretos y muy graves que tendrían que analizarse, Argentina, desde ningún punto de vista, tiene que ir a una posición que quiebre el Mercosur". Agregó, además, que representantes de la UIA se reunirán mañana con funcionarios de la Cancillería y de Economía para tratar de pasar en limpio las propuestas con las que concurrirá la Argentina a la próxima reunión en Montevideo, y en la que se intentará dar solución a la nueva crisis con Brasil.

El candidato presidencial de Acción por la República, Domingo Cavallo, mostró ayer una sorprendente sensibilidad por la situación económica de los trabajadores. Pero en referencia a los brasileños. "Es difícil competir con un país que se da el lujo de empobrecer a todos sus trabajadores", señaló en alusión a los efectos de la devaluación del real, ocurrida en enero pasado. Tras la misma, dijo, las empresas brasileñas "están pagando salarios que son de hambre a sus trabajadores".

El presidente de la Asociación de Industriales de la provincia de Buenos Aires (Adiba), Julio Massara, apuntó en cambio sus dardos contra los negociadores argentinos. "Cada vez que los funcionarios argentinos van a negociar algún asunto comercial con Brasil, vuelven con las manos vacías", señaló. Massara cuestionó la actitud del Gobierno al afirmar que el presidente "Menem fue a Brasil a defender a la industria brasileña", en referencia a su última visita a su par, Fernando Henrique Cardoso, durante la cual desistió de aplicar las cláusulas de salvaguardia a las importaciones provenientes de Brasil.

En las dos rondas de encuentros que tendrán lugar en Montevideo, el jueves y viernes próximos, los ministros y técnicos de los cuatro países miembros del Mercosur deberán compatibilizar el equilibrio en la relación entre gobiernos con las presiones internas que reciben en sus respectivas naciones. Argentina avanzó con medidas de protección a su industria cediendo a la demanda de la UIA, pero rápidamente retrocedió cuando vio la reacción de su socio mayor. El gobierno de Brasil, a su vez, no está en condiciones de cederles ningún espacio a sus socios regionales ante la situación de su industria, que no logró resolver sus conflictos pese a la devaluación del real de enero pasado. Por otra parte, el conflicto comercial hacia la región se ve realimentado por la "guerra de beneficios fiscales" desatadas entre los gobiernos estaduales brasileños. Las ventajas impositivas otorgadas a Ford por los estados del Nordeste para atraer la radicación de una planta, por caso, amenazan romper la armonía que se persigue para alcanzar un régimen automotor común y otorga nuevos argumentos al reclamo de los industriales argentinos.

 

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