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Los aborígenes libran su última pelea por Internet

Para recuperar su cultura y luchar por sus tierras, los indios quilmes, en Tucumán,
usan tecnología multimedia y una página web.

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“Aceptamos Internet porque es la manera más rápida de contar lo que pasa acá”, dicen los quilmes.

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Para que no se pierda su cultura,
hicieron entrevistas a los ancianos
que se pueden ver en la red.


t.gif (862 bytes)  En el medio de los Valles Calchaquíes, el ritual de la Pachamama y las casas de adobe con piso de tierra –la mayoría sin luz ni agua potable– conviven con un laboratorio fotográfico, cámaras de video y computadoras. Los descendientes de los indios quilmes apenas manejan dinero, intercambian lo que siembran y los animales que crían. Pero incorporaron las nuevas tecnologías, fotografía y video, como herramienta para recuperar su propia cultura. Desde fines del año pasado, además, tienen un sitio en Internet. Incentivados por un grupo de estudiantes de antropología y fotógrafos de la ciudad de Quilmes –en Buenos Aires–, estarán en el 2000 en el Museo del Hombre de París con una muestra multimedia y charlas para dar a conocer la problemática de esa etnia en su tierra: “Nos enfrentamos con la gente que dice que las tierras son de ellos. Nosotros entendemos que somos dueños porque siempre vivimos acá y además la Constitución lo reconoce”, plantea la Comunidad India Quilmes.
Están a 250 kilómetros de San Miguel del Tucumán, muy cerca del límite con Catamarca. Son 14 comunidades que, en total, suman unos 2000 habitantes dispersos en 70.000 hectáreas de tierra. “La primera información que se tiene al llegar a Tucumán es que los quilmes ya no existen, es la información oficial que circula”, relata Consuelo Becerra, estudiante de antropología. Pero un grupo de quilmeños bonaerenses insistió hasta dar con la comunidad. “Enseguida creamos lazos afectivos con ellos”, dice, en nombre del grupo que impulsa el Proyecto Antropológico Visual, formado además por los fotógrafos Virginia Leopardi, Alejandro Schettini y Christian Brosa y la estudiante de antropología Carolina Camporotondo. “Ellos ya estaban trabajando con un proceso de rescate y revalorización cultural, entonces les propusimos la idea de utilizar los medios, la fotografía y el video, para apoyar esto”, relató Becerra.
Con el aporte económico del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (Inadi), la comunidad compró una cámara video, una de fotos, un televisor, una videocasetera y los materiales para montar un laboratorio fotográfico. Y en enero de 1997 empezaron los cursos. “Fue muy difícil, porque no es como acá que decís ‘nos encontramos el sábado a las dos’ y listo, algunos tienen que bajar 20 kilómetros del cerro, caminando”, comenta Alejandro. Los cursos duran una semana o el tiempo que pueda quedarse el grupo allí. Cada mes y medio o dos meses vuelven, “refuerzan” las clases, y además analizan lo que sus alumnos trabajaron por su cuenta durante todo ese lapso. Con el tiempo, los talleres se orientaron según las necesidades planteadas por los propios quilmes: “Venían con sus problemas, como la necesidad de fotografiar plantas medicinales, por ejemplo, y empezamos a trabajar con eso”, señala Virginia.
Para no seguir perdiendo su propia cultura, los quilmes hicieron entrevistas a los ancianos y las registraron con fotografías y video. Y ahora también se las puede leer en Internet. “Se calzan la notebooke y las cámaras al hombro y suben al cerro a trabajar. Después nos mandan el trabajo y lo incorporamos a la página”, comenta Virgina. En el cerro las casas de piedra tienen siglos, también hay viviendas de adobe. Y los indios se mueven a pie o caballo. Cerca de la ruta 40, hay algunas casas de material y con luz, algún que otro auto, y algún televisor.
A pesar de haber perdido su idioma original, el kakán, mantienen algunas palabras, las que todavía tienen algún sentido: “Usamos la pecana, piedra para moler granos; comemos charque, carne secada al sol con sal; usamos ushutas, ojotas de cuero o goma”, enumera Abel Yapura, un quilme de 18 años. También se mantiene la siesta obligada, la comida en familia, el respeto a los mayores y a la naturaleza, cuenta orgulloso Abel. A pesar de que en enero recién llegó la luz a su casa, y después una tele blanco y negro, Abel maneja la cámara como experto.
“Lo interesante es que ellos toman a los medios como un arma muy fuerte. No se desprenden de la cámara y la video. Si tienen que ir a hablar con alguien, filman. Ahora tienen unas radios y se comunican: ‘Che, ahí hayalguien que se está robando unas leñas, salí con la cámara y filmalos’”, relata Consuelo.
El paisaje árido, su forma de vida, el ruido del viento en el valle, las coplas tradicionales y, sobre todo, su lucha por la tierra que habitan desde hace siglos, van a estar dando vueltas por Europa a partir del año que viene. “No es una muestra clásica, va a ser multimedia. Va a haber sonido digital, cabinas audiovisuales, fotos panorámicas. La idea es que sea una puerta para que atrás vengan ellos con su discurso y sus necesidades”, explica Alejandro. Lo único que les falta es apoyo económico. “Lo de París es algo como que viene nomás. No tomamos conciencia de que estamos haciendo algo tan importante, lo vemos como normal”, dice Abel, con la misma naturalidad con la que aceptó el uso de Internet porque es “la manera más rápida de contar todo lo que pasa acá”. Los más viejos miran con orgullo el impulso de los jóvenes. Y aunque no andan dando vueltas con una cámara al hombro, se aferran a sus pequeñas radios como antídoto contra el silencio.
Producción: Sonia Santoro.

http://www.quilmesnet.com.ar/indioquilmes

La lucha por la tierra
“Nosotros somos dueños por posesión de estas 70.000 hectáreas, siempre vivimos acá.” Francisco Solano Chaile es el cacique de la Comunidad India Quilmes desde noviembre de 1998. Haciendo honor a su apellido –que significa “valiente”, en idioma kakán–, Chaile lucha por defender las tierras en las que viven y donde vivieron desde hace siglos sus antepasados. “En el artículo 75 de nuestra Constitución de 1994 quedan reconocidos por la legislación argentina los derechos (sobre las tierras) logrados por la Nación Diaguita Calchaquí mediante la Cédula Real de 1716, otorgada por los reyes de España”, se lee en un informe elaborado por la comunidad. Pero los conflictos entre los indios y los terratenientes, que también se presentan como dueños del lugar, vienen desde años. “Lo que pasa es que nuestros abuelos y padres estaban totalmente sometidos a ellos. Antes venía el llamado dueño y te pateaba y te sacaba de tu casa”, comenta Nilsa, hermana del cacique. Pero desde hace 25 años, la comunidad empezó a organizarse para resistir.
De todas formas, los atropellos siguen existiendo. Mientras que la zona está en proceso de ser incorporada por el Inadi dentro de las Areas Territoriales Indígenas Protegidas, un empresario construyó un complejo turístico sobre la ciudad sagrada de los quilmes. “Está explotando las ruinas, construyó un hotel de lujo, un restaurante y destruyó todo nuestro patrimonio. Y siguen sacando piedras y leña de nuestros campos”, dice Chaile. En su sitio de Internet (www.quilmesnet.com.ar/indioquilmes), los quilmes denunciaron que el 11 de junio Santiago Santos, el secretario de la comunidad, fue agredido por los hijos del empresario; también advirtieron sobre todo tipo de “atropellos, amenazas y violaciones a los más elementales derechos de las personas, como son la convivencia en paz y la sana armonía”.

 

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