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Por Patricia Chaina Es un hecho que los documentales se han convertido en una de las principales atracciones en las pantallas de TV. Dejaron de ser sinónimo de televisión aburrida, y la gente los consume con la misma voracidad con que se siguen las series y las películas. Para Enrique Martínez, experto en el desarrollo de este género televisivo --es el nuevo gerente general del grupo Discovery para sus señales de América latina--, "la clave del auge que han logrado los documentales es fruto de haber encontrado una forma entretenida de contar lo que por mucho tiempo fue dicho con un discurso cerrado y aburrido en los espacios de investigación científica", sostiene en la entrevista concedida a Página/12. Martínez, quien se incorporó a Discovery a mediados de los 90 cuando la empresa comenzó a la regionalizar sus señales, no desestima la influencia del avance tecnológico en este proceso de transformación del género. A las señales del grupo --Discovery Channel, Discovery Kids, Animal Planets y People & Arts--, se les suman otras como Infinito, TV Quality, Mundo Olé y Film & Arts, con diferencias de target. Según Martínez, el renovado éxito de este género tiene que ver con haber comprendido la función didáctica de la televisión-entretenimiento: "Es que la TV es un medio al que las personas ven para relajarse, descansar, para escapar tal vez, y es importante mantener eso en mente entre los que producimos programas, en el rubro que sea".
--¿Por qué cree que los documentales se ubican hoy entre los espacios más vistos de la TV? --Si bien tradicionalmente se los consideraba aburridos, hay que pensar que antes se hacían en blanco y negro, con imágenes pobres, no estaban hechos de manera atractiva desde el punto de vista televisivo. Si a un científico le interesa algo detallado y profundo, es válido como requerimiento de un target específico, para ellos son los documentales científicos. Pero el crecimiento del género se dio porque las empresas que los producen empezaron a considerar que van dirigidos a todo el público, a una pantalla de TV y tiene que ofrecer buena información sin descuidar el entretenimiento. Esa es la clave, sino la persona se va a ver una película o una serie. --¿Enfocarlos desde el entretenimiento fue una acción intencional, o se llegó a eso sin buscarlo, por la inercia propia del medio? --En el desarrollo de esta empresa en EE.UU. hubo un momento a mediados y fines de los 80, en que la industria llegó a un nivel de penetración de los hogares de un 40 por ciento. Algunos decían que era el tope. Pero los estudios de mercado mostraron que había personas que podían acceder al cable económicamente, pero no tenían interés porque les gustaba leer, viajar, conocer otras culturas. Y no eran aficionados a la TV. La estrategia de marketing de Discovery entonces apuntó a demostrar a esas personas que con esta señal no estaban comprando TV como un elemento más de consumo, sino que había material del nivel cultural que les atraía. Y se logró penetrar en los "nunca encendidos", hogares que no tenían cable porque no les interesaba lo que les ofrecía. Esa experiencia fue básica.
--¿Cómo llegó luego a producirse la diversificación de señales de Discovery en los cuatro canales que hoy presenta en la Argentina? --Discovery se dedica a desarrollar un enfoque, no didáctico sino educativo, tratando de satisfacer la curiosidad del televidente. Vimos que teníamos una audiencia infantil mayor de la que imaginábamos, porque Discovery fue creado como canal para adultos. Ya estábamos desarrollando un producto para chicos y decidimos crear un bloque de programación dentro de Discovery Channel: The Kid Club. Funcionó y se creó el canal de 24 horas enfocado a los niños, el Discovery Kids. Animal Planet y People & Arts surgen después. --La cobertura sobre temas específicos de los países a los que llega la señal implica una estructura de producción. ¿Cómo funciona? --En vez de crear grandes grupos de producción, entrenamos a productores ejecutivos que supervisan los programas, pero no se amarran a una unidad de producción. Son flexibles para elegir en diferentes países del mundo a las compañías expertas en el tema, en la región. Si trabajamos en el documental de Jorge Luis Borges, una biografía que conmemora el centenario de su natalicio, nos agrupamos con una productora francesa y una argentina: Artear. Ellos aportan conocimientos que no podríamos lograr si tuviéramos un grupo de producción en Washington DC al que se le dice: "Ahora vamos a grabar Borges, estúdienlo, infórmense, y hagan el programa en diez días". Las coproducciones sostienen el nivel de calidad que exigimos y además, en nuestra sede en Miami, trabajamos con expertos que nos asesoran en cada tema, sea de un país en especial, o de un rubro en particular, eso también mantiene la calidad de los programas. --¿Qué ejemplo puede ilustrar lo que está diciendo? --Una especialista, por ejemplo, revisa el proceso de programación sobre todo en la señal para chicos, ahora estamos con el proyecto de un programa con títeres, pero queremos enseñarles vocabulario, aprender palabras, leer, y hay una persona que específicamente nos guía en qué colores se debería utilizar para cada títere. Es un pequeño detalle, que uno puede pensar ¿qué importa que sea verde o amarillo?, pero está tan bien estudiado el proceso, que sí importa. Y lo respetamos.
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