OPINION
Vida privada, muerte pública
Por Luis Bruschtein |
Hay una polémica sobre la frontera
entre la vida íntima y la vida pública de las personas. O sobre el sentido que da a su
vida una persona y el que le dan a esa misma vida las demás personas, que a veces no
solamente no coinciden sino que llegan a ser contrapuestos.El suicidio, que es el último
acto privado en la vida de una persona, puede tener en la Argentina una carga adicional de
dudas e interrogantes, que sobrepasa la decisión dramática, final, de su protagonista.
En los últimos años, las investigaciones judiciales más resonantes, atravesadas por la
política y la corrupción, han sido conmovidas por la muerte violenta.A Alfredo Yabrán
se lo encontró muerto cuando estaba a punto de ser detenido por el asesinato de José
Luis Cabezas. El cuerpo de Marcelo Cattáneo fue encontrado sin vida cuando avanzaba la
investigación del caso IBM-Banco Nación. El brigadier Rodolfo Echegoyen apareció muerto
de un tiro cuando la justicia investigaba la corrupción en la Aduana. El cadáver del
capitán Horacio Estrada apareció, también con un tiro, en plena investigación de la
venta ilegal de armas. Todos los hechos fueron caratuladas como suicidios. En la Justicia
hay muchas causas abiertas por estafa o corrupción y no se producen suicidios. Lo
llamativo es que éstos ocurren nada más en aquellas que tienen implicancias
políticas.En algún caso se trató del principal imputado. Otros eran acusados
secundarios que podían aportar datos importantes. Y otros eran testigos dispuestos a
denunciar los hechos de corrupción, como el brigadier Echegoyen. Lo que tuvieron en
común esas muertes fue que impactaron de manera decisiva en las causas que las
involucraban. En ese punto, esas muertes dejaron de ser privadas y se convirtieron en
públicas. La gente opina sobre ellas, duda de los suicidios, especula sobre
procedimientos mafiosos, y trata de adivinar responsables entre los que se beneficiaron de
ellas. La que no se benefició, seguro, es la Justicia. Y esta consecuencia es la que
alimenta todas las dudas.Más allá de esa intención final, íntima, del protagonista,
este nuevo suicidio busca su propia explicación. Es difícil saber ahora de qué manera
la muerte de Pedro Poznansky afecta a la investigación de la corrupción en el ex Concejo
Deliberante. Pero también es imposible no relacionarla con todos los casos anteriores
porque a esta altura, en la Argentina, hasta el suicidio está bajo sospecha. |
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