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La posición de choque asumida por Brasil dejó mal parado al gobierno argentino. En medio de las críticas que le llueven desde varios flancos por la debilidad con la que encaró el conflicto originado en la aplicación de restricciones a las importaciones brasileñas, el Palacio de Hacienda y la Cancillería trabajan en un protocolo de coordinación de políticas macroeconómicas para la resolución de controversias, que propondrá a sus socios del Mercosur en las reuniones que sostendrán entre jueves y viernes en Montevideo. No tengo muchas expectativas, fue la frase con la que Osvaldo Rial, titular de la Unión Industrial Argentina, resumió lo que espera el sector empresario de este nuevo round de negociaciones. El ministro de Economía, Roque Fernández, dijo que se trata del mecanismo que nos está faltando para consolidar al Mercosur. Estamos trabajando en esa línea para que cada conflicto no sea un tema de quién es más fuerte, comentó al rechazar las críticas de la Unión Industrial Argentina (UIA), que acusó al Gobierno de ser débil en la confrontación con las autoridades brasileñas. Si el Mercosur tiene un protocolo de coordinación de políticas económicas, la única fortaleza que vamos a respetar es la de la ley y no las presiones de industriales argentinos, brasileños o de cualquier país miembro, puntualizó. El gobierno argentino se bajó los pantalones de una manera vergonzosa, resumió el ex ministro Domingo Cavallo la actitud del presidente Carlos Menem al decidir dar marcha atrás en las medidas de salvaguardia que afectaban ciertas exportaciones del socio mayor del Mercosur. En Brasil nos están tomando el pelo y se están burlando, porque obviamente con esta forma de manejarse de Menem y de su entorno, (el resultado) es catastrófico.El secretario general de la UIA, José de Mendiguren, reiteró ayer que el Gobierno fue débil ante el conflicto con Brasil. Tenemos mucho miedo de lo que Argentina negocie en Montevideo desde esta posición de debilidad, preferimos que así no nos defiendan más, puntualizó. Aseguró que los empresarios prefieren que se dejen las cosas como están, y que el próximo gobierno negocie con una mayor fuerza.El ministro del Interior, Carlos Corach, respondió que la UIA está totalmente equivocada, por haber calificado de débil la posición que el presidente Carlos Menem llevó a Brasil. Señaló que el Presidente actuó como un estadista, evitó una catástrofe, y preguntó qué hubiéramos hecho con la producción lechera, con los porcinos, el arroz, con otros productos que se cultivan e industrializan en la Argentina si el conflicto con Brasil se mantenía latente. Según el ministro, en su encuentro con Cardoso el jueves último en Brasilia, lo que hizo el jefe de Estado argentino fue distender y abrir puertas a una nueva negociación que se realizará en Montevideo.Hasta el ex presidente español, Felipe González, opinó ayer sobre la guerra comercial entre Argentina y Brasil que, a su entender, cuestiona los principios básicos del Mercosur. González subrayó la preocupación creciente que ha despertado la agudización de las tensiones comerciales entre ambos países. La disputa se produce en un momento en que la propia dinámica de la globalización económica requiere un gran esfuerzo de coordinación regional, como la mejor respuesta a las consecuencias negativas de una crisis, añadió en un artículo que publicó en el diario El País, de Madrid, en el que destaca además que se ha llegado a una situación de máximo riesgo para el Mercosur, en la peor crisis que atraviesa desde su constitución.Las instituciones del Mercosur se reunirán esta semana en Montevideo para tratar de encontrar soluciones a la crisis desatada entre los dos socios mayores del bloque. El Grupo Mercado Común (GMC), máximo órgano ejecutivo del grupo, sesionará el jueves, y el Consejo de Ministros (de Economía, Relaciones Exteriores y Comercio Exterior) se reunirá el viernes en la capital uruguaya. La UIA se reunirá esta tarde con los ministros de Economía y de Relaciones Exteriores para analizar la posición que llevará el gobierno argentino a la reunión en Montevideo. No tengo muchas expectativas, porque aunque en charlas durante el fin de semana con Roque Fernández y Jorge Campbell pude recoger la predisposición del Gobierno para encontrar soluciones, la posición de Brasil no ayuda para nada e impone la ley del más fuerte, señaló Osvaldo Rial. Por falta de estrategia de nuestra Cancillería, hemos llegado a esta situación, que es bastante difícil y debió haberse previsto al establecer las salvaguardias, agregó. Estimó que el daño a la producción después de la devaluación del real del 13 de enero no afectó únicamente al sector de calzados, pero sólo en ese rubro estimó que de las 1500 empresas que quedaron, hay actualmente unas 500 que están paralizadas, como consecuencia de las importaciones brasileñas.
En un
intento por recuperar posiciones competitivas frente a Brasil en el Mercosur, tras el
frustrado intento del Gobierno de proteger la industria textil, el presidente de la
comisión de Industria de la Cámara de Diputados, Emilio Martínez Garbino (PJ),
presentará hoy un proyecto para crear un nuevo régimen automotor. La propuesta, cuyo
objetivo es tratar de preservar a los autopartistas locales, el empleo y las inversiones
en este sector, apunta a exigirles a las terminales que cumplan a rajatabla el requisito
de fabricar los vehículos con el 50 por ciento de partes y piezas locales.Desde
enero pasado desapareció el 10 por ciento de los autopartistas y hay un 40 por ciento
adicional que está considerando trasladarse a Brasil, explicó a Página/12 el
legislador entrerriano. El proyecto, aprobado por la Comisión de Industria de Diputados,
que se apoya en la hipótesis de una prórroga del régimen común del Mercosur, será
puesto en 15 días a consideración de las terminales y los autopartistas para avanzar de
un modo consensuado, sobre todo con las primeras.La iniciativa, según explicó Rodríguez
Garbino, es producto del trabajo con los autopartistas que elevaron semanas atrás sus
inquietudes a los legisladores. Ese sector fue uno de los más afectados desde la apertura
de la economía a comienzos de la década y con la crisis brasileña su situación se
volvió crítica. El proyecto modifica centralmente el sistema de cálculo utilizado para
determinar el 50 por ciento de partes nacionales en la producción automotriz. Hasta ahora
se consideran nacional cualquier componente y semicomponentes que sea armado
en Argentina, independiente del origen de las piezas utilizadas. De aprobarse el proyecto,
todas las partes y piezas utilizadas en esas unidades mayores deberán ser totalmente
locales.Por otro lado, la propuesta entre otros aspectos exige que las
terminales asuman compromisos de fabricación local que, según el articulado bajo
análisis, no podrán ser inferiores a la ventas de vehículos en el mercado interno
argentino. En opinión del diputado justicialista, si entramos tan
desguarnecidos al nuevo acuerdo regional desde el 2000 va a desaparecer la industria
local. |