Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


EL GOBIERNO BUSCA NEGOCIAR UN ACUERDO MARCO CON BRASIL
La UIA no tiene muchas expectativas

Llovieron críticas sobre el Gobierno por la “debilidad” con que pulseó con Brasil en el conflicto comercial. Corach y Roque defendieron la postura de Menem. “Preferimos que así, no nos defiendan más”, dicen en la UIA.

na13fo01.jpg (9134 bytes)

Carlos Menem recibió ayer a la Cámara de Comercio Argentino-Brasileña en la Casa de Gobierno.


t.gif (862 bytes)  La posición de choque asumida por Brasil dejó mal parado al gobierno argentino. En medio de las críticas que le llueven desde varios flancos por la “debilidad” con la que encaró el conflicto originado en la aplicación de restricciones a las importaciones brasileñas, el Palacio de Hacienda y la Cancillería trabajan en un “protocolo de coordinación de políticas macroeconómicas” para la resolución de controversias, que propondrá a sus socios del Mercosur en las reuniones que sostendrán entre jueves y viernes en Montevideo. “No tengo muchas expectativas”, fue la frase con la que Osvaldo Rial, titular de la Unión Industrial Argentina, resumió lo que espera el sector empresario de este nuevo round de negociaciones. El ministro de Economía, Roque Fernández, dijo que se trata del mecanismo “que nos está faltando” para consolidar al Mercosur. “Estamos trabajando en esa línea para que cada conflicto no sea un tema de quién es más fuerte”, comentó al rechazar las críticas de la Unión Industrial Argentina (UIA), que acusó al Gobierno de ser “débil” en la confrontación con las autoridades brasileñas. Si el Mercosur tiene un protocolo de coordinación de políticas económicas, “la única fortaleza que vamos a respetar es la de la ley y no las presiones de industriales argentinos, brasileños o de cualquier país miembro”, puntualizó. El gobierno argentino “se bajó los pantalones de una manera vergonzosa”, resumió el ex ministro Domingo Cavallo la actitud del presidente Carlos Menem al decidir dar marcha atrás en las medidas de salvaguardia que afectaban ciertas exportaciones del socio mayor del Mercosur. “En Brasil nos están tomando el pelo y se están burlando, porque obviamente con esta forma de manejarse de Menem y de su entorno, (el resultado) es catastrófico.”El secretario general de la UIA, José de Mendiguren, reiteró ayer que el Gobierno “fue débil” ante el conflicto con Brasil. “Tenemos mucho miedo de lo que Argentina negocie en Montevideo desde esta posición de debilidad, preferimos que así no nos defiendan más”, puntualizó. Aseguró que los empresarios prefieren “que se dejen las cosas como están, y que el próximo gobierno negocie con una mayor fuerza”.El ministro del Interior, Carlos Corach, respondió que la UIA “está totalmente equivocada”, por haber calificado de “débil” la posición que el presidente Carlos Menem llevó a Brasil. Señaló que “el Presidente actuó como un estadista, evitó una catástrofe”, y preguntó “qué hubiéramos hecho con la producción lechera, con los porcinos, el arroz, con otros productos que se cultivan e industrializan en la Argentina” si el conflicto con Brasil se mantenía latente. Según el ministro, en su encuentro con Cardoso el jueves último en Brasilia, lo que hizo el jefe de Estado argentino fue “distender y abrir puertas a una nueva negociación” que se realizará en Montevideo.Hasta el ex presidente español, Felipe González, opinó ayer sobre “la guerra comercial” entre Argentina y Brasil que, a su entender, “cuestiona los principios básicos del Mercosur”. González subrayó la “preocupación creciente” que ha despertado la agudización de las tensiones comerciales entre ambos países. “La disputa se produce en un momento en que la propia dinámica de la globalización económica requiere un gran esfuerzo de coordinación regional, como la mejor respuesta a las consecuencias negativas de una crisis”, añadió en un artículo que publicó en el diario El País, de Madrid, en el que destaca además que “se ha llegado a una situación de máximo riesgo para el Mercosur, en la peor crisis que atraviesa desde su constitución”.Las instituciones del Mercosur se reunirán esta semana en Montevideo para tratar de encontrar soluciones a la crisis desatada entre los dos socios mayores del bloque. El Grupo Mercado Común (GMC), máximo órgano ejecutivo del grupo, sesionará el jueves, y el Consejo de Ministros (de Economía, Relaciones Exteriores y Comercio Exterior) se reunirá el viernes en la capital uruguaya. La UIA se reunirá esta tarde con los ministros de Economía y de Relaciones Exteriores para analizar la posición que llevará el gobierno argentino a la reunión en Montevideo. “No tengo muchas expectativas, porque aunque en charlas durante el fin de semana con Roque Fernández y Jorge Campbell pude recoger la predisposición del Gobierno para encontrar soluciones, la posición de Brasil no ayuda para nada e impone la ley del más fuerte”, señaló Osvaldo Rial. “Por falta de estrategia de nuestra Cancillería, hemos llegado a esta situación, que es bastante difícil y debió haberse previsto al establecer las salvaguardias”, agregó. Estimó que el daño a la producción “después de la devaluación del real del 13 de enero” no afectó únicamente al sector de calzados, pero sólo en ese rubro estimó que “de las 1500 empresas que quedaron, hay actualmente unas 500 que están paralizadas”, como consecuencia de las importaciones brasileñas.

 


El G-8 pidió más dureza con Brasil

Obligado por las circunstancias, en el tradicional almuerzo anual con que la dirigencia de la Rural agasaja a los otros sectores integrantes del Grupo de los Ocho (en realidad, de los Seis) trascendió lo “formal y protocolar” de otros años. Entre bocado y bocado, los empresarios del conglomerado de cámaras sectoriales desplegaron sus reclamos ante un Roque Fernández que les manifestó sentirse “preocupado”. Osvaldo Rial (industria), Gregorio Chodos (construcción), Guido Servente (Bolsa de Comercio), Eduardo Escasany (bancos), Jorge Di Fiori (comercio) y el anfitrión Enrique Crotto (Rural) optaron por relatar experiencias que habían llegado a sus oídos de boca de sus asociados. Crotto, por ejemplo, comentó sobre los problemas que aquejan a los criadores de porcinos, y le pidió a Roque –quien estaba secundado por el secretario de Agricultura, Ricardo Novo– mayor protección para ese sector.El comentario obligado de los comensales fue el conflicto con Brasil. “Nuestros negociadores deberían ser más agresivos, así como son los brasileños”, afirmó uno de los empresarios. “Brasil es un socio difícil. Es grande, tiene problemas, y trata de apretar”, añadió Crotto. El ministro de Economía, quien suplantó a último momento a Carlos Menem en el almuerzo, tuvo un aparte con Rial para coordinar la reunión que ambos mantendrán esta tarde (ver aparte). “Ya están disponibles los 800 millones de créditos a tasa subsidiada para la cosecha gruesa”, les informó el titular de Economía a los ruralistas presentes. A los postres, ése fue el único anuncio que pudo hacer Roque.


DIPUTADOS DEL PJ QUIEREN UN NUEVO REGIMEN AUTOMOTOR
Para defender a los autopartistas

t.gif (862 bytes) En un intento por recuperar posiciones competitivas frente a Brasil en el Mercosur, tras el frustrado intento del Gobierno de proteger la industria textil, el presidente de la comisión de Industria de la Cámara de Diputados, Emilio Martínez Garbino (PJ), presentará hoy un proyecto para crear un nuevo régimen automotor. La propuesta, cuyo objetivo es tratar de preservar a los autopartistas locales, el empleo y las inversiones en este sector, apunta a exigirles a las terminales que cumplan a rajatabla el requisito de fabricar los vehículos con el 50 por ciento de partes y piezas locales.“Desde enero pasado desapareció el 10 por ciento de los autopartistas y hay un 40 por ciento adicional que está considerando trasladarse a Brasil”, explicó a Página/12 el legislador entrerriano. El proyecto, aprobado por la Comisión de Industria de Diputados, que se apoya en la hipótesis de una prórroga del régimen común del Mercosur, será puesto en 15 días a consideración de las terminales y los autopartistas para avanzar de un modo consensuado, sobre todo con las primeras.La iniciativa, según explicó Rodríguez Garbino, es producto del trabajo con los autopartistas que elevaron semanas atrás sus inquietudes a los legisladores. Ese sector fue uno de los más afectados desde la apertura de la economía a comienzos de la década y con la crisis brasileña su situación se volvió crítica. El proyecto modifica centralmente el sistema de cálculo utilizado para determinar el 50 por ciento de partes nacionales en la producción automotriz. Hasta ahora se consideran “nacional” cualquier componente y semicomponentes que sea armado en Argentina, independiente del origen de las piezas utilizadas. De aprobarse el proyecto, todas las partes y piezas utilizadas en esas unidades mayores deberán ser totalmente locales.Por otro lado, la propuesta –entre otros aspectos– exige que las terminales asuman compromisos de fabricación local que, según el articulado bajo análisis, “no podrán ser inferiores a la ventas de vehículos en el mercado interno argentino”. En opinión del diputado justicialista, “si entramos tan desguarnecidos al nuevo acuerdo regional desde el 2000 va a desaparecer la industria local”.

PRINCIPAL