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Por Alejandra Dandan Estado de alerta. Quinto año del Nacional Buenos Aires, turno mañana, regresó a la escuela después de las vacaciones, después de la vuelta olímpica. Esperan agitados novedades de la dirección: saben que podrían quedar libres. Pero el rector no fue. Horacio Sanguinetti está enfermo. En las vacaciones revisó los descargos iguales que presentaron 85 alumnos de quinto que participaron de la vuelta apurada del 13 de julio. Son endebles dice sobre las descargas, se causaron daños a la escuela y ellos no terminan de entenderlo. El rector adelantó su lectura a Página/12 sobre esa vuelta que evalúa como un desafío abierto a una cuestión que está probada y establecida. Lo establecido es la prohibición de la vuelta dispuesta por Sanguinetti unos días antes. La prueba ahora exige la firma del rector a la sanción colectiva. Sanguinetti dice: Quedarán libres, no veo por qué no. Existe un alto grado de probabilidad de que todos los alumnos que dieron la vuelta olímpica queden libres. Aún convaleciente pero a punto de retornar a la escuela para resolver la situación de quienes dieron la vuelta, el rector asegura: La idea es que queden libres dice: ha sido un abierto desafío a una cuestión que está probada y establecida. Los desafiantes fueron 85 de los 200 alumnos de quinto año. El motivo, la vuelta olímpica del 13 de julio. Unos días antes, Sanguinetti en diálogo con Página/12 había adelantado la resolución de prohibir la vuelta y descargar 24 amonestaciones sobre participantes y organizadores. Opuestos a esta posición y en defensa de ese rito considerado legítimo, los estudiantes apuraron el festejo que tradicionalmente se hace a fin de año. Sorpresa. Esa fue la forma de la vuelta este año. Aunque nunca se conoce el día exacto del festejo, el fin de año es el marco de referencia habitual. Este año sabíamos que (Oscar) Shuberoff sacaría una disposición de la universidad para prohibir la vuelta y por eso decidimos hacerla antes, cuenta a este diario uno de los estudiantes. Sabían que si una nueva prohibición bajaba directo de la universidad las sanciones serían peores. Por eso sorprendieron.Ahora Sanguinetti busca apropiarse de ese lenguaje, el de la sorpresa, pero lo invierte: Yo quiero manejar los tiempos desafía: también voy a tomarme mi tiempo, así como ellos tomaron su tiempo y decidieron la vuelta tan temprano. Así, en tanto, espera reclutar la aprobación de la universidad y de la sociedad. De todos modos advierte que existe la posibilidad de que la universidad imponga sanciones mayores. Son medidas supletorias dice que pueden agregarse a las sanciones del colegio y agrega: Yo creo que es suficiente con estas medidas. El tiempo que pasará hasta el anuncio serán algunos días.Cuando el rector vuelva a la escuela revisará los descargos presentados antes de las vacaciones. Por la vigencia de la prohibición y sanciones, los que dieron la vuelta decidieron formular descargas iguales. Para Sanguinetti son discretas, alegan que no tuvieron intención de provocar daños pero son endebles. Yo sé continúa el rector que la intención no existió pero se causaron daños y no terminan de entenderlo. Su lectura es firme, y uniforme. Sanguinetti parece repetir ahora posturas mantenidas a lo largo de su carrera de rector. Pero este año la intención de limitar la vuelta fue mayor a la de años anteriores. Muchos lo entendieron así, por eso decidieron retroceder y no asociarse al rito. Hasta el año pasado explica alguien de quinto siempre se hablaba de 20 amonestaciones a lo sumo, pero cuando ahora vi que iban a hacer 24 y que iba a quedar libre de verdad preferí no darla. La disuasión sirvió. Si no para todos al menos para la mayoría. Para el resto, para quienes desde su lugar de estudiantes reivindican la vuelta, no sólo la prohibición sino las sanciones están fuera de discusión. No nos parece correcta la medida, aseguran. Ante la incertidumbre, los 85 piensan algunas estrategias, como petitorios pidiendo la reincorporación, aunque sea como oyentes.
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