Por Verónica Abdala A fines de 1992, los diarios
de 28 países comenzaron a publicar algunas de las obras de los más prestigiosos
escritores de la lengua castellana, gratuitamente y en forma de fascículos. La
iniciativa, que duró cinco años, hasta diciembre de 1997, formó parte central de uno de
los proyectos culturales más importantes de la década. Periolibros era un emprendimiento
de difusión cultural coordinado por la Unesco y el Fondo de Cultura Económica que había
nacido en octubre de ese año en la cumbre de presidentes de Guadalajara y cuyo objetivo
primordial era estrechar la cooperación cultural entre los pueblos. En la
Argentina, Página/12 estuvo a cargo de la distribución de los suplementos.
Los países que formaron parte del plan se beneficiaron con la publicación de un total de
61 títulos aparecidos en 120 millones de ejemplares de Gabriel García Márquez, Adolfo
Bioy Casares, Fernando Savater, Pablo Neruda, Fernando Pessoa, Camilo José Cela, Ernesto
Sabato, José Saramago, Rafael Alberti, Juan Rulfo, Mario Vargas Llosa, Octavio Paz, Jorge
Luis Borges, Gabriela Mistral, Jorge Amado, Rómulo Gallegos, César Vallejo y Rubén
Darío, entre otros escritores españoles, portugueses y latinoamericanos. Decenas de
miles de lectores de este diario los coleccionaron, con fervor casi militante.
Las tapas e ilustraciones merecían un capítulo aparte, ya que fueron encomendadas a
pintores, grabadores y dibujantes de primer nivel, que, de un modo u otro y por diversas
razones de nacionalidad, estilo, pertenencia generacional, estaban vinculados a los
autores. Esas obras son las que desde 1997 fecha en que se publicó el último
Periolibro recorren Iberoamérica en el marco de la exposición itinerante
Iberoamérica pinta. Ahora le llegó el turno a la Argentina y la muestra permanecerá en
el Centro Cultural Recoleta, hasta el 22 de agosto.
Las obras que componen Iberoamérica pinta, auspiciada por Página/12 y la Secretaría de
Cultura de la Nación, corresponden a 63 reconocidos artistas plásticos, entre ellos los
argentinos Carybó, Liliana Livneh y Ana Eckell, el chileno Roberto Matta, el ecuatoriano
Oswaldo Guayasamín, el colombiano Fernando Botero, el uruguayo Ignacio Iturria, el
brasileño Floriano Teixeiras, los mexicanos Rufino Tamayo, José Luis Cuevas, Vicente
Rojo y Francisco Toledo, y el catalán Antonio Tápies. Iberoamérica pinta recorrerá en
el lapso de tres años desde octubre del 97 hasta julio del 2000 museos
y salas de numerosos países de Latinoamérica, como así también París, Jerusalén y
Miami.
La clave de la combinación entre los textos y sus respectivas ilustraciones reside en
que, como sintetizó el filósofo español Fernando Savater, los cuadros no sólo
embellecen, sino que además prolongan y completan las ficciones que acompañan.
Los pintores que aportaron su colaboración a las obras literarias de Periolibros no
tuvieron propósito tan servil como el del mero ilustrador, ni el interés de que su arte
magistral pueda ser degradado al nivel de pista de los propósitos ocultos del escritor
que les tocó en suerte.... Para Savater, que formó parte del consejo asesor del
emprendimiento, junto a Jorge Amado, Alfredo Bryce Echenique, García Márquez, Carlos
Fuentes, Fernando Savater y Augusto Monterroso, los artistas lograron trascender el libro
que ilustraban.
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