Por David Cufré La negociación por el nuevo
régimen automotor del Mercosur, uno de los temas más difíciles de resolver para
Argentina y Brasil, comenzó ayer a encarrilarse. Al margen de los gobiernos, los
fabricantes de vehículos y piezas de ambos países acordaron los lineamientos generales
del sistema que debe regir entre el año próximo y el 2004. El convenio básico entre
privados, con la concesión de los productores brasileños a algunas de las demandas de
los argentinos, descomprime la tensión en el bloque regional. Aunque aún restan varios
aspectos fundamentales por resolver, el acercamiento en las posiciones de los empresarios
diluye los riesgos de una nueva crisis en el Mercosur, que se veía acercarse con
velocidad.
Los presidentes de las cámaras automotrices de Argentina y Brasil, Horacio Losoviz por
Adefa y José Carlos Pinheiro Neto por Anfabea, junto a los titulares de las entidades
autopartistas, Horacio Larre Oroño por Afac y Paulo Buttori por Sindipeças, mantuvieron
ayer una extensa reunión en un hotel de Buenos Aires. Las tres definiciones centrales
surgidas de ese encuentro fueron las siguientes.
Comercio
administrado entre el 2000 y el 2004. El libre intercambio de vehículos, que debía
comenzar a regir el 1º de enero próximo, fue dejado de lado en la propuesta de los
productores. Se busca evitar un aumento de las importaciones brasileñas que dañe a la
industria local. El mecanismo específico para controlar el comercio deberá ser fijado
por los gobiernos, en caso de aceptar la sugerencia. En principio, los productores
brasileños aceptaron la petición argentina del comercio regulado.
Otra concesión
de los fabricantes del país vecino fue la incorporación del contenido local de piezas en
las unidades producidas en Argentina. Hasta ahora, los gobiernos habían acordado que las
terminales debían integrar sus vehículos con un 60 por ciento de autopartes
regionales, producidas indistintamente en Argentina o Brasil. Los
autopartistas argentinos enfatizaban que de ese modo serían barridos por sus
competidores del otro lado de la frontera. El acuerdo alcanzado ayer establece que,
además del contenido regional, habrá un contenido local, aunque sólo en Argentina. Los
autopartistas brasileños no solicitan el contenido local para los vehículos fabricados
en su país porque, en los hechos, las terminales les compran la mayor parte de las piezas
que utilizan.
Las terminales
y las autopartistas argentinas comenzarán a negociar hoy cuál será la propuesta a los
gobiernos sobre el porcentaje del contenido local. Larre Oroño comentó que llegar
a un acuerdo llevará tiempo, pero lo importante es que Brasil finalmente aceptó esta
solicitud básica, sin la cual nuestro sector se hubiera visto muy comprometido. En
la reunión de ayer no se mencionó cuál sería el techo para la integración nacional.
A pedido de
Adefa y Anfabea, los autopartitas aceptaron postergar la igualación de aranceles para la
importación de piezas extra Mercosur. En la actualidad se ubica en un rango del 2 al 4
por ciento en Argentina, y del 9 al 12 por ciento en Brasil. La propuesta original era que
esos aranceles se llevaran a partir del 2000 a un nivel de entre el 14 y el 18 por ciento,
en ambos países. Sin embargo, ahora se recomienda que las terminales sigan importando
piezas a menor precio, y que recién en el 2004 se aumenten y equiparen los aranceles.
La propuesta global de los empresarios satisface a los autopartistas argentinos, que
aseguraban ser los más perjudicados con el diseño del régimen para el sector negociado
por los gobiernos. La fijación del contenido local de piezas era su mayor demanda. Con
tal de verla concretada, los autopartistas aceptaron postergar el aumento de aranceles
para la importación de componentes extra Mercosur. De ese modo perdieron protección
contra competidores de terceros países, pero con el contenido local consiguieron
defenderse de los fabricantes brasileños. Este acuerdo demuestra la importancia que
le asignamos al Mercosur, subrayó ayer eltitular de la cámara de terminales
brasileñas, Pinheiro Neto. Los fabricantes brasileños resolvieron evitar que los
conflictos por el nuevo régimen automotor pusiera nuevamente en jaque al Mercosur. En
rigor, con las propuestas consensuadas ayer lo único que conceden es diferir un brusco
aumento de sus exportaciones a la Argentina. Pero, a cambio, se aseguran conservar su
ingreso a un mercado que les reditúa buenos negocios, y en el que se evitan competir con
los grandes fabricantes de otros países.
Diputados metió la cola La Cámara de Diputados aprobó ayer en general un proyecto de ley para crear
un régimen automotor argentino a partir del año próximo, que amenaza complicar las
negociaciones con Brasil en torno de uno común. La iniciativa impulsada por el
justicialista Emilio Martínez Garbino, pero que contó con el amplio respaldo de la
oposición, prevé que los vehículos de producción nacional contendrán como mínimo un
50 por ciento de autopartes locales, lejos de lo que pretende el país vecino.
En la misma sesión, los legisladores avalaron unánimemente un proyecto de declaración
impulsado por la Unión Industrial Argentina, que se refiere en duros términos a la
política comercial instrumentada por Brasil. Este espaldarazo parlamentario a los
reclamos fabriles incluye un aval a la integración, pero a condición de que se preserve
la industria nacional y el empleo.
En esta misma línea se inscribe el proyecto para crear a partir del año próximo un
régimen automotor sustituto del actual, que obligue a las automotrices a incorporar la
mitad de las autopartes fabricadas en la Argentina. Las terminales también deberían
asumir el compromiso de sostener un mercado equilibrado, no admitiéndose saldos
deficitarios por más de dos trimestres. |
CAIDA DEL 18% EN LAS VENTAS DE AUTOS EN JULIO
El Plan Canje es apenas un aspirina
Las
ventas de vehículos (34.719) fueron un 18,4 por ciento inferiores en julio respecto de
las de igual mes del año pasado, mientras que la producción (26.069) cayó un abrupto
43,2 por ciento. La performance del sector del mes pasado volvió a mostrar que, pese al
Plan Canje que continuará hasta octubre próximo, la crisis económica sigue pesando más
sobre la decisión de los consumidores.
De todos modos, el Plan Canje permitió incrementar las colocaciones de vehículos
nacionales los únicos habilitados dentro del programa, que llegaron en julio
a 21.575 unidades, la cifra más alta desde mayo de 1998. En contrapartida, las ventas de
vehículos importados por las terminales y por particulares (13.144) fueron las más bajas
desde febrero último. Esto evidencia que el público se vuelca hacia los modelos
promocionados, lo que afecta la venta de importados. Por ello, los productores brasileños
vienen reclamando que se permita incluir a los vehículos fabricados allí en los
beneficios que otorga el Plan Canje. Si queremos avanzar hacia un mercado integrado,
no puede haber discriminaciones, enfatizó ayer el presidente de la cámara de
terminales del país vecino, José Carlos Pinheiro Neto.
Si el mercado interno continúa deprimido, peor les va a las exportaciones. En julio
descendieron nada menos que el 71,6 por ciento respecto del mismo mes de 1998 (hasta 6191
unidades) y un 26,7 por ciento en comparación con junio pasado. En el año, acumulan una
caída del 59 por ciento. Eso explica por qué disminuyó un 47,1 por ciento la
producción automotriz entre enero y julio, ya que la mitad de lo fabricado en 1998 tuvo
por destino el mercado externo. Y el 95 por ciento de esas exportaciones fue a Brasil.
Las ventas domésticas registraron el mes pasado un repunte del 9,3 por ciento en
relación con junio. Pero en el año, las colocaciones acumulan una baja del 28,6 por
ciento. El modelo más vendido en lo que va del 98 es el Volkswagen Gol, con 15.705
unidades. Muy por debajo le siguen el Renault Megane (9718), el Fiat Palio (8424), el Ford
Escort (8414), el Renault 19 (7342) y el Fiat Uno (6858). En tanto, el ranking de marcas
entre enero y julio quedó encabezado por Renault, con 29.583 vehículos vendidos.
Después se ubicaron Fiat (27.762), Volkswagen (25.601), Ford (20.059) y Peugeot-Citroën
(19.456).
Cara a cara en Montevideo
Hubo momentos agudos dentro del Mercosur, pero ahora estamos viviendo una situación
crítica. El reconocimiento del embajador argentino en Brasil, Hugo Herrera Vegas,
permite una aproximación al tono de las discusiones que a partir de hoy tendrán lugar en
Montevideo entre los máximos socios del bloque regional. Como gesto de buena voluntad a
horas del encuentro, el Gobierno dejó ayer sin efecto las medidas de salvaguardia que
crisparon a Brasil.
Vamos a superar las asimetrías porque el Mercosur ya es una marca registrada en
todo el mundo, aventuró Carlos Menem. Los técnicos y funcionarios de segunda
línea que hoy empezarán a negociar con sus pares brasileños en la capital uruguaya
tendrán la misión de convencer al socio sobre la necesidad de aplicar cupos a la entrada
de algunos productos. En especial de calzados, textiles, papeles y siderúrgicos, rubros
que, según los empresarios argentinos, fueron seriamente dañados tras la devaluación
brasileña.
Para reforzar el reclamo, Roque Fernández ya tiene redactada una carta, que le entregará
a su colega Pedro Malan pasado mañana, en la que justifica la implementación de
mecanismos que contrarresten los cambios abruptos en la competitividad que se dieron tras
la caída del real. De no adoptarse medidas inmediatas que frenen el ingreso de
calzado desde Brasil, desaparecerán cientos de fábricas y se destruirán miles de
puestos de trabajo, advirtieron los empresarios del calzado.
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