Por Laura Vales y Miguel Jorquera Osvaldo Lorenzo, el flamante
ministro de Justicia y Seguridad de Eduardo Duhalde, va a ser un hombre mucho más cercano
a la Policía Bonaerense que su antecesor León Arslanian. Nació hace 45 años en
Hurlingham, en una familia de militantes peronistas. Nunca se afilió al PJ, pero supo
tejer, mientras fue juez en lo penal de Morón, estrechos vínculos con el entonces
secretario de Seguridad Alberto Piotti y hacer buenas migas con algunos poderosos
comisarios de la maldita policía como Mario El Chorizo
Rodríguez.
Con un nutrido currículum de especialista en narcotráfico, Lorenzo es uno de los jueces
federales preferidos de la DEA. Es egresado del Magister en Estupefacientes de la
Universidad Católica de Salta y viajó a Brasil y Taiwan para cursar estudios sobre el
tema. También trabajó en la Secretaría Nacional de Prevención de la Drogadicción y
Lucha contra el Narcotráfico.
Se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires y durante 14 años ejerció como
penalista. Después comenzó una carrera judicial que tiene su historia. Fue nombrado al
frente del juzgado criminal y correccional nª 4 de Morón en 1991. Su pliego llegó al
Senado de la provincia impulsado por el senador justicialista Carlos Zaidán, uno de los
vecinos de su casa de Hurlingham. El moronense Horacio Román (presidente de la Comisión
de Seguridad del Senado) y el matancero Alberto Balestrini también avalaron su pliego de
ascenso.
Como juez de Morón, Lorenzo puso su firma a una serie de fallos que fueron duramente
cuestionados por la oposición. Sobreseyó, por ejemplo, a doce concejales justicialistas
en una causa por la aprobación sin quórum de la Autopista del Arroyo Morón.
La faraónica obra privada, con costo estimado en 60 millones de dólares, iba a ser
construida por una empresa dirigida por el socio del estudio jurídico del ministro de
Justicia, Raúl Granillo Ocampo.
Tiempo después la misteriosa pérdida de un expediente salvó al intendente Juan Carlos
Rousselot de una casi segura destitución. Rousselot era investigado por malversación de
fondos y ya había sido procesado por el juez Luis María Andueza. Sólo faltaba la
acusación fiscal para que el jefe comunal tuviera que dejar su cargo. Pero Lorenzo
reclamó con insistencia la causa argumentando que él era el magistrado competente porque
el delito se habría cometido mientras estaba de turno. Logró su cometido, pero luego el
expediente desapareció de su juzgado.
En febrero de 1996 Lorenzo dejó Morón para asumir como juez federal de Zárate-Campana,
donde comandó una decena de causas resonantes, como el operativo Madera Verde en el que
se decomisaron mil quinientos kilos de marihuana, o casos de millonarias evasiones
fiscales que incluyeron el pedido de captura contra el ex titular de la DGI Marcelo Da
Corte. Se ganó fama de juez hiperactivo y eficaz, pero también allí recibió serios
cuestionamientos. Ayer llegó al Consejo de la Magistratura una comunicación de la
Cámara Federal de San Martín sobre diversas irregularidades que se habrían detectado en
expedientes relacionados con delitos tributarios y de contrabando. La comunicación de la
Cámara, según dijeron fuentes del Consejo, se acompaña con prueba documental sobre las
presuntas irregularidades. Los consultados dijeron también que, aunque esto no implica un
pedido de juicio político, la Comisión de Acusación del organismo estudiará la
documentación para definir si existen motivos para su juzgamiento.
RUCKAUF, CENTRO DE LAS CRITICAS DENTRO DEL PJ
Es como un candidato asustado
Por Felipe Yapur
El
justicialismo vive un clima de nerviosismo e incluso de bronca. Y es que Eduardo Duhalde
continúa recibiendo malas noticias. No sólo son las encuestas lo que lo pone de mal
humor, también son las polémicas declaraciones de Carlos Ruckauf sobre la necesidad de
endurecer la política de seguridad en Buenos Aires y que le costó la cabeza a León
Arslanian. Una clara muestra de esa sensación de rabia fue expresada por uno de los más
estrechos colaboradores de Duhalde, quien contó a Página/12 que lo escuchó refunfuñar
y hasta decir que Ruckauf es un oportunista y se equivocó. En ese mismo
sentido hay una coincidencia entre duhaldistas y algunos colaboradores cercanos del
vicepresidente: La actitud de Rucucu es la de un candidato asustado por el magro
resultado de las encuestas, dicen en ambos lados.
Según relató a este diario un estrecho asesor suyo, el gobernador mantuvo ayer una tensa
comunicación con Ruckauf luego de aceptarle la renuncia a León Arslanian a quien
Duhalde esperaba instalar como la opción progresista en la Capital Federal.
No me hagás esto nunca más, le habría dicho el bonaerense a Ruckauf.
Finalmente ambos coincidieron en que no hay que mostrar fisuras internas y que, antes de
tomar cualquier iniciativa, es preciso medir las consecuencias. A similar
conclusión arribó el compañero del vicepresidente, Felipe Solá, quien es considerado
por varios de sus allegados como un dirigente político esencialmente progresista,
mucho más que Ruckauf. Sin duda, una forma elegante de marcar algunas diferencias.
Pero la actitud tomada por el candidato a gobernador, que ayer negó haber provocado la
renuncia de Arslanian, sigue cosechando críticas dentro de su partido. Con sus
declaraciones no sólo perjudicó a Duhalde sino que además parece que está convocando a
cortar boletas. Evidentemente actuó bajo el efecto de los malos resultados que arrojan
las encuestas. Y por ello intentó despegar, sin suerte, con un tema que preocupa a todo
el mundo, se lamentó un operador duhaldista.
Sin embargo, otro de los colaboradores del bonaerense quiso salir un poco de esta
conflictiva situación al reconocer el error de Ruckauf: Le salió el tiro por la
culata, dijo. Y agregó que el vice gusta de ser efectista, pero esta vez se
equivocó. Hay que ser duro en el tema de la seguridad pero otra cosa es derechizar el
discurso. Lo importante ahora es pensar en octubre, en ganar las elecciones. La
frase del operador fue pronunciada poco antes de que Ruckauf insistiera en sus tesis,
aunque esta vez apuntando a la Alianza, al sostener que él está del lado de la gente y
que (Graciela) Fernández Meijide está del lado de los delincuentes.
Lo cierto es que todos los sectores del justicialismo coinciden en la mala fortuna de
Ruckauf, salvo los hombres de su entorno. Estos continúan creyendo que el candidato a
gobernador sólo expresó lo que siente un importante porcentaje de la población de la
provincia de Buenos Aires. De todas formas, Duhalde continúa defendiendo el sistema de
seguridad aplicado en su distrito y, según sus colaboradores, lo reiterará durante la
asunción de Osvaldo Lorenzo.
EL DUHALDISMO NEGOCIA CON PATTI SU RENUNCIA
Los votos de la mano dura bonaerense
Con el
fin de revertir los pronósticos de las encuestas en la provincia de Buenos Aires, el
duhaldismo comenzó un acercamiento con Luis Patti -quien reúne alrededor del diez por
ciento de los votos, para que renuncie a su postulación a gobernador. Las
conversaciones las llevan adelante en forma sigilosa dirigentes cercanos a Eduardo
Duhalde, sin la intervención del postulante justicialista a gobernador, Carlos Ruckauf.
Pero para lograr este objetivo, en La Plata saben que van a necesitar la ayuda de la Casa
Rosada, ya que Carlos Menem fue el propulsor de la postulación del subcomisario. En los
cuarteles duhaldistas consideran claves los votos que puede aportar el intendente de
Escobar debido a lo reñida que parece será la elección que enfrentará al
vicepresidente con Graciela Fernández Meijide.
En las últimas semanas, varios colaboradores de Duhalde tendieron puentes hacia Escobar,
donde encontraron una postura más dialoguista de lo que pensaban, según admitió a este
diario uno de ellos. Hasta el momento, Patti no conversó con Duhalde, y lo hizo sólo con
los enviados del candidato presidencial del PJ, pero estos dirigentes no descartan que a
la hora de cerrar el acuerdo sea el propio gobernador quien se encargue de la letra chica.
Pero también va a ser necesario un guiño de la Rosada, porque son ellos los que le
dan aire, apuntan los duhaldistas que confían en que el nuevo clima de concordancia
que se vive en el PJ lleve a los menemistas a pedir a Patti que deje su candidatura.
Patti les confesó a sus íntimos, hace algunos días, que es muy difícil moverme
fuera de la estructura del peronismo; si no llevo una boleta presidencial, Ruckauf y
Meijide me devoran en la polarización. En el duhaldismo coinciden con esta
apreciación, pero apuntan que aun produciéndose una fuerte polarización, Patti
sacaría entre tres y cinco puntos, y ese porcentaje puede ser clave para ganarle a
Graciela.
En otro sector del duhaldismo, bastante reacio a la negociación con el subcomisario,
argumentan que la polarización lo va a hacer pedazos. Lo que está buscando es no
quedarse sin paraguas protector. Patti quiere un cargo electivo porque esto le va dar
fueros, para evitar las dos causas que tiene. Patti tiene una causa en los juzgados
de Zárate-Campana por el homicidio de Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi, además
del juicio en La Plata en el que se investiga lo ocurrido con más de dos mil
desaparecidos: María Isabel de Mariani, fundadora de las Abuelas de Plaza de Mayo,
aseguró que Patti participó de un operativo que se realizó en su casa luego del
asesinato de su nuera y el secuestro de su nieta.
Aunque en el duhaldismo aseguran que por ahora las charlas son informales, el miércoles,
en plena crisis desatada por Ruckauf, un operador del gobernador se reunió en una
confitería de La Recoleta con Patti para conversar sobre la situación en el área de
seguridad. Pero la renuncia de Patti a su candidatura no quedó afuera, y según fuentes
de ambos sectores se avanzó más de lo que se esperaba.
Respecto de lo que recibiría Patti a cambio de bajar su candidatura, el duhaldismo
evalúa ofrecerle un cargo legislativo provincial, ya que debido a la reluctancia de
Ruckauf parece imposible un lugar en un hipotético gabinete bonaerense del
vicepresidente.
Duhalde siempre supo lo que yo
propongo
El vicepresidente Carlos Ruckauf
sostuvo, en un reportaje concedido a Página/12, que el gobernador estaba al tanto de sus
ideas sobre seguridad. Pero se niega a considerarlo como una disidencia. Cree que no
lo perjudicó. |
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Por Sergio Moreno
Carlos Ruckauf generó
una crisis no menor en el centro del poder duhaldista. Pero prefiere no hacerse cargo.
Impulsó la salida del ministro más prestigioso del gabinete de Eduardo Duhalde. Pero
dice que el asunto no pasa por los hombres sino por las políticas. Quiere desdoblar el
Ministerio de Seguridad y Justicia de la provincia y poner al frente de la policía a un
uniformado. Pero repite que no tiene disidencias con la política de seguridad que
reformó a la bonaerense. El vicepresidente y candidato a gobernador volvió a jugar tanto
o más fuerte como cuando, mediante un reportaje que concedió a Página/12, quebró
lanzas y selló el destino político inmediato de Alberto Pierri, obligando a Duhalde a
tomar posición. Duhalde conoce perfectamente lo que yo propongo, categoriza y
cuenta las veces que el gobernador escuchó el discurso que desató la salida de León
Arslanian.
¿Se siente responsable de esta crisis?
Lo que estoy haciendo es una propuesta de seguridad para la provincia. Hace más de
dos meses en cada taller del PJ expongo la misma propuesta. Lo que pasa es que cuando
salió en la tapa de los diarios se transformó en un tema de debate. Pero esto lo vengo
proponiendo de hace rato.
Pero en esta oportunidad fue muy fuerte: meter balas, matar a los delincuentes ...
Yo doy ejemplos y son tomados como algo genérico. Yo digo: hay un ciudadano
cualquiera que está siendo apuntado a la cabeza por un arma; un policía lo ve, ¿qué
debe hacer? Yo creo que debe tirar, tiene que salvarle la vida al vecino.
¿No teme que sus palabras sean contraproducentes y generen más violencia?
Al contrario. La única forma de que la sociedad civil no entre en una nueva
vorágine como la del pasado es que se reprima dentro de la ley. El drama de nuestro
pasado, que algunos van a intentar plantear en el futuro, es la represión ilegal, y lo
que estoy planteando es la represión legal.
Esta disidencia tan, tan fuerte con Duhalde ...
No es con Duhalde la disidencia ...
No parece. Porque Duhalde realizó esta reforma, que usted critica, con Arslanian a
la cabeza ...
Yo quiero hacer la reforma siguiente, no estoy volviendo al pasado.
¿Cuál es su evaluación de la reforma de la Policía Bonaerense hecha por
Arslanian?
La reforma cumplió una etapa y está agotada. Hay una etapa posterior por hacer:
modificar los códigos y tener una política distinta de cara al delito armado. En el
pasado cualquier ladrón sabía que no podía llevar un revólver porque le podía costar
la vida; hoy todos los ladrones llevan armas ...
¿Entonces cree que la reforma policial fue mala?
No, no. Yo lo que digo es que la sociedad ha ido cambiando y que ante esto el Estado
debe tener una respuesta legal para defender a la gente.
Pero la reforma tiene solamente dos años. La Bonaerense, antes de la reforma, era
la maldita policía.
Yo estoy planteando la policía de después de la reforma ...
Repito, pasaron sólo dos años ...
Pero el delito fue aumentando. ¿Cuál es la actitud que todos ustedes, los
progresistas, tienen ante la situación del delito creciente? Hay sólo dos formas de
combatir el delito: la legal y la ilegal. Yo estoy con la legal. Se están equivocando los
que plantean cosas como las que escribió hoy (por ayer) en Página/12 (Eugenio)
Zaffaroni. ¿Cómo van a desarmar a la policía que está fuera de servicio? Están
sacando el 40 por ciento de la posibilidad de luchas contra el delito, por la rotación de
turnos.
¿Usted no cree que la cantidad de muertes se incrementa si los policías llevan
armas cuando están fuera de servicio?
Tienen que tener el arma y también las instrucciones de cómo combatir. ¿No
considera que metió a Duhalde en un atolladero que lo perjudica en medio de la campaña
nacional?
No. Yo estoy planteando mi proyecto para desarrollar el 11 de diciembre, que es el
que tenemos que discutir con Graciela (Fernández Meijide).
Tengo la impresión de que usted actuó en esta oportunidad como cuando le hicimos
en este diario el reportaje en el cual criticó duramente a Alberto Pierri y produjo,
también, una crisis. Aquella vez usted actuó solo, sin consultar. Esta vez generó otra
crisis. ¿Qué evaluación hace sobre las consecuencias que esto le acarreará para la
candidatura de Duhalde?
Yo estoy explicando mi plan de gobierno, y lo hice en numerosos actos en frente de
Duhalde. Duhalde conoce perfectamente lo que yo propongo, siempre lo supo.
¿Duhalde conocía su disidencia profunda con las políticas de seguridad que él
implementaba en la provincia?
Yo no planteo una disidencia con nadie. Mi propuesta no es el cambio de un hombre:
es el cambio de los códigos, es derrotar al Frepaso en las elecciones parlamentarias para
que no haya una Legislatura con mayoría de la Alianza, es modificar a fondo el Código
Penal que Graciela no quiere modificar, es hacer las cosas que yo creo que hay que hacer
...
No está respondiendo a lo que le pregunto. Usted dispara duramente sobre la
política de seguridad y eso genera una crisis mayúscula en un área muy sensible para el
electorado provincial. ¿Duhalde no sale perjudicado?
No estoy discutiendo el gobierno de hoy porque creo que el tema no es un cambio de
hombres sino un cambio de política.
¿Qué tiene que ver su actitud con la intención de voto de Luis Patti?
Nada, porque Patti va a desaparecer en el momento de la polarización: allí van a
estar los candidatos con fórmula presidencial. Y yo no tengo nada que ver con Patti.
¿Usted no endureció su discurso, acercándolo más al de Patti, para captar a los
votantes que quieren mano dura?
Hace un año yo dije mano dura sin tortura. No es de ahora.
Su discurso ahora es más duro.
No lo es.
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