Por Raúl Kollmann Preparensé porque vamos
a ver mano dura armada de apuro, mano dura preelectoral. O sea que pondrán a varios
buchones de la fuerza a armar algunas banditas, harán dos o tres robos y los cagarán a
tiros. La idea es crear el clima de que las cosas cambiaron, que ahora sí habrá mano
dura. Si yo fuera buche me cuidaría en estos días más que nunca. El
comisario en actividad festejaba ayer su siniestro pronóstico, pero más eufórico estaba
con la renuncia de León Arslanian. Los cuadros estamos todos contentos, aunque no
sabemos cómo van a seguir las cosas. Con Arslanián no se podía más. Nadie trabajaba,
nadie salía a la calle, por una simple razón: no había plata. La plata grande sale de
los arreglos con los delincuentes y una parte de eso, se había cortado. Seguían los
arreglos con la falopa, las putas, el juego, los desarmaderos, pero la plata grande es la
de los arreglos con el delincuente que agarrás. Antes, uno trabajaba y sabía que algo
pescaba de eso, pero con Arslanian lo que quedaba para los suboficiales era una miseria,
así que nadie trabajaba. Era una huelga de hecho, remató otro oficial de la
Bonaerense.
A los ojos de los policías bonaerenses la fórmula es nítida: tiene que haber plata
sucia, producto de los negocios que se hacen con las bandas grandes de
ladrones, los piratas del asfalto, los narcos de cierta envergadura y las organizaciones
de robo y doblado de autos. Si ese dinero no está opinan, la policía no
puede funcionar. El que explica es un suboficial: Cuando vos agarrás a un pescado,
le sacás 40, 50 y hasta 100 lucas. Esa es plata importante que se reparte hacia abajo y
hacia arriba. En un golpe de esos, el suboficial levanta una o dos lucas y con eso se va
salvando. Entonces quiere trabajar, porque sabe que tira el anzuelo y algo se lleva a su
casa. Con Arslanian eso quedó casi liquidado, porque de entrada nomás ya intervienen los
fiscales y no hay tiempo para que los abogados de los detenidos traigan la plata. Además,
corrías el riesgo de que te cortaran la cabeza. Los jefes tenían cagazo a hacer
cualquier arreglo para no perder la comisaría, que es de donde ellos sacan otra tajada.
Porque los otros arreglos, los de la comisaría, sí se mantenían: los quioscos de
falopa, los desarmaderos, las putas, el juego y las agencias de autos seguían aportando,
pero cada uno de esos pone por ahí 200 pesos por semana, y de eso el suboficial no ve un
peso.
Mirá, la falta de plata cambió todo en la fuerza argumenta otro
suboficial. Nosotros estamos muertos de hambre. Todos hacemos dos o tres horas cuore
(horas extras) diarias, con lo que trabajamos quince horas por día. Pero sobre todo, se
están haciendo custodias en negro, en negocios, restaurantes o empresas de conocidos.
Casi todos los policías a los que mataron, los agarraron de civil porque estaban haciendo
esas custodias o porque iban o venían de hacerlas. Si no hay plata de los arreglos, no
hay plata para los suboficiales y pasan todas estas cosas.
Un joven comisario redondea las ideas: Si uno salía a operar contra los chorros,
corría el riesgo de que le hicieran un sumario por cualquier boludez o que te metieran un
tiro, porque algunos andan más que falopeados. Y encima no había posibilidad de llevarse
algo (de plata) en serio. Nadie quería salir y la gente que mandabas a la calle se hacía
la distraída. Encima, tampoco hubo plata para buches, de manera que salir no valía la
pena.
Los hombres de la Bonaerense que hablaron con Página/12 invariablemente mostraron
alegría por la renuncia de Arslanián. Eso era lo único en lo que parecieron de acuerdo.
A partir de allí, tienen más rumores que certezas: que vuelve a haber un jefe de
uniforme, que Patti va a ser el hombre fuerte en el Ministerio de Justicia, que el
reemplazante de Arslanian, Osvaldo Lorenzo, es un tipo que fue muy amigo de los viejos
jefes. La sensación que reina es que se vienen tiempos mejores. No le quepa duda
que lo primero va a ser la mano dura le dijo a este diario el primer comisario.
¿Mano dura?
Bueno, se van a armar las cosas para que parezca mano dura.
O sea que volvemos a casos armados por buchones. Robos armados con delincuentes que
recluta la propia fuerza policial.
Sí, pero sea como sea son delincuentes. Y con dos o tres ejemplos resonantes, en
plena campaña electoral, se va a causar una buena impresión. Después tiene que venir la
plata y más cuerda para movernos como antes.
¿Como antes?
Sí, como antes. No hay otra forma de manejar las cosas.
CORACH FACULTO A LOS POLICIAS A NO
IDENTIFICARSE
A los tiros sin voz de alto
Los policías
vestidos de civil ya pueden disparar sin dar antes la voz de alto. De acuerdo con su
anuncio del lunes, el ministro del Interior, Carlos Corach, anunció ayer la puesta en
vigencia de un reglamento que faculta a los policías que se encuentren fuera de servicio
para disparar antes de identificarse en el caso de una situación de riesgo.
El jefe de Gobierno porteño, Fernando de la Rúa, apoyó y consideró
razonable esta medida. El reglamento, sin embargo, no hace más que confirmar
lo que ya figura en los estatutos policiales, en una norma interna elaborada por la
Dirección General de Instrucción el año pasado. En cambio, para el penalista y
legislador porteño Raúl Zaffaroni la resolución no aporta nada nuevo y se
encuadra en la ley de legítima defensa que siempre estuvo vigente. Por su parte, la
Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) aseguró que en
realidad el alto policial nunca existió y denunció que tiene registrados
500 casos de gatillo fácil.
La nueva disposición señala que los policías deberán identificarse y dar la voz de
alto, salvo que al dar esa advertencia se pusiera indebidamente en peligro a los
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, se creara un riesgo de muerte o daños
graves a otras personas o resultara evidentemente inadecuada o inútil dadas las
circunstancias del caso. La norma precedente Principios básicos sobre
el empleo de las armas de fuego, como esta resolución, también coincide con
el 8º Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente, celebrado en Cuba en 1990. Y aborda el tema de manera similar. En su
artículo 3º dice que el policía deberá identificarse siempre y cuando esto fuera
factible y no pusiera en peligro la integridad física de la víctima, de un tercero ajeno
al hecho, del propio personal policial o resultara evidentemente inadecuada o
inútil.
Mientras De la Rúa opinó que es razonable (modificar) una disposición que está
ocasionando la muerte a policías, Zaffaroni criticó el anuncio. No entiendo
cuál es la novedad. Realmente el policía tiene el derecho a defenderse legítimamente y
en algunos casos tiene el deber; y para eso tiene que ajustarse a los requisitos de la
legítima defensa que de ninguna manera indican que alguien tenga que identificarse cuando
es irracional que lo haga, destacó.
Por su parte, Daniel Estrada, de la Correpi, sostuvo que en los hechos el alto
policial no existe nunca: primero tiran y después preguntan. Este tipo de política
lo único que trae aparejado es más muertes de policías y de civiles. En ese
sentido, el ministro dijo que esto no es gatillo fácil: gatillo fácil es cuando
los delincuentes matan a mansalva a los policías por el solo hecho de ser identificados
como policías.
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