OPINION
Relaciones peligrosas
Por María Alicia Gutiérrez * |
El
Tercer Encuentro de políticos y legisladores de América es una expresión más de la
alianza conservadora entre el Gobierno y la Iglesia en materia de aborto y derechos
sexuales reproductivos. Esta avanzada del Vaticano no se produce tan sólo en la
Argentina, pero encontró en nuestro país un campo sumamente propicio para su despliegue.
Las décadas de los ochenta y los noventa plantearon nuevos desafíos a la conducción
eclesiástica y el papado de Juan Pablo II respondió con una agresiva política de
recristianización. América latina fue un terreno privilegiado y,
dentro de ella, la Argentina ocupó un lugar muy especial dada la histórica alianza entre
la Iglesia y el Estado. Los vínculos con los distintos gobiernos fueron siempre
estrechos, pese a que se alternaran momentos de convivencia pacífica con otros de
conflicto y contradicciones. La dimensión pública del catolicismo argentino es
insoslayable: aun cuando no se exprese directamente en partidos políticos confesionales o
en el control de ciertas agencias estatales, la labor de la Iglesia teje un delicado
entramado en la sociedad civil que va definiendo nuevas fronteras entre lo público y lo
privado, y la legalidad y la moralidad.
Con el advenimiento del menemismo, la Iglesia articuló acuerdos cupulares que le
permitieron erigir una sólida barrera en contra de la despenalización del aborto y los
derechos sexuales y reproductivos. El Encuentro no ha sido sino el escenario en el cual
los candidatos presidenciales fueron invitados a expedirse sobre tan delicadas
materias, y todos lo hicieron a satisfacción de la jerarquía eclesiástica. La
contracara de esta postura archiconservadora de la Iglesia es el tono cada vez más
encendido de su crítica al modelo neoliberal, lo que constituye una tentativa de
relegitimación ante una sociedad que la había repudiado por su complicidad con la
dictadura. Para el Gobierno, esta estrategia le permite acallar no del todo, por
cierto el tono de las críticas de la Iglesia ante la lacerante cuestión social. En
resumen: los aspirantes presidenciales rindieron en la última semana dos exámenes. Uno
en Wall Street, donde garantizaron la continuidad del modelo; otro ante los representantes
del Vaticano, ante quienes se comprometieron a dar continuidad a las políticas
conservadoras en materia de aborto y derechos sexuales y reproductivos.
* Facultad de Ciencias Sociales/UBA. Foro por los Derechos Reproductivos. |
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