Por Facundo Martínez La continuidad de Carlos
Bianchi en Boca está en duda. Eso afirman algunos jugadores y la gente de su entorno. El
entrenador se siente decepcionado por la conducta de los dirigentes, está cansado del mal
manejo con respecto a los premios del plantel y del tire y afloje que le propone Mauricio
Macri en la renegociación de su próximo contrato. Para colmo, después del
partido contra San Lorenzo, el vicepresidente a cargo del fútbol profesional, Carlos
Santillán, entró al vestuario y les recriminó la derrota a los jugadores. Es
difícil que así siga, le dijo el técnico a uno de sus dirigidos. Ayer la junta
fiscalizadora del club llevó a la Comisión Directiva un proyecto para rebajar el 40% de
los premios, algo que podría poner en riesgo la hegemonía del equipo en lo futbolístico
y que podría ser decisivo a la hora de tomar una decisión. Ante la negativa del aumento
y la amenaza de rebajas, Bianchi habría respaldado la actitud del plantel de no viajar a
España para el amistoso contra Barcelona.
Carlos está decepcionado y tarde o temprano, por más que él piense como un
profesional, esto se termina transmitiendo hacia afuera, y él es consciente de
esto, le dijo a Página/12 una de las personas de confianza del entrenador.
Decepcionado por el mal manejo de los dirigentes en el trato con los jugadores y cuerpo
técnico. El técnico siente la falta de reconocimiento a los logros del equipo y la falta
de tacto de los directivos en las relaciones con los profesionales del fútbol.
Macri quiere dar una imagen de austeridad y ni siquiera cumple con lo que tiene
proyectado, manifestó la misma fuente. Es que el club todavía les debe a los
jugadores unas seis cuotas de las primas y los 4.100.000 millones del premio por la
obtención del último torneo. Según pudo averiguar este cronista, el presidente del club
habría prometido que a fines de junio iba a saldar las deudas con la venta de Samuel,
pero esa plata no llegó aún.
Pero lo más grave, lo que colmó la paciencia de Bianchi, fue lo que pasó el miércoles
después de la derrota contra San Lorenzo, cuando el dirigente Carlos Santillán la
voz del club en el conflicto por los premios entró al vestuario y dio a entender
que el equipo había perdido por estar pensando en los premios. El primero en replicar fue
el propio Bianchi: Mire qué semanita nos dejó, Santillán. Y enseguida se
sumaron Palermo y Serna: Nosotros pedimos lo que es justo, nada más, dijeron.
Juan De Turris sacó al vicepresidente del vestuario casi inmediatamente. Estuve
bien, estuve bien, le comentó Santillán a otro dirigente ya fuera del recinto;
mientras, adentro, la amenaza de los jugadores de no viajar a España ganaba terreno.
Antes de comenzar la práctica de ayer, Bianchi y los jugadores dialogaron por más de
media hora, y en esa charla el técnico habría dado garantías de no sancionar al grupo
si se decide a tomar una medida de fuerza. Después el técnico se reunió con Macri y
Santillán pero la charla no trascendió.
segun dijo el cubano victor sotomayor
A la cocaína sólo la vi en las películas
A pesar
de estar en Cuba desde el fin de semana, el cubano Javier Sotomayor sigue siendo el gran
protagonista de los Juegos Panamericanos de Winnipeg. Tras conocerse el positivo de
cocaína en el antidoping al que fue sometido tras su victoria en la competencia de salto
en alto, el atleta proclamó ayer en La Habana su inocencia: Soy víctima de una
maniobra, de una canallada, señaló Sotomayor, quien además dijo que a la cocaína
sólo la conoce por las películas. En tanto, los funcionarios cubanos
continúan denunciando un sabotaje, los aficionados siguen confiando en la inocencia del
ídolo, mientras que en el periodismo especializado del mundo causó sorpresa la
circunstancia en la que se dio el resultado.
En una entrevista publicada por el periódico oficial Granma, Sotomayor remarcó que el
positivo es fruto de una maniobra orquestada en su contra, pero lo que más le preocupa es
que se dude de su honestidad y que se quiebre su imagen de deportista intachable.
Soy inocente, es lo que puedo decir. Estoy seguro de que se trata de una maniobra,
desconozco la forma en que pudo ser, pero soy víctima de una maniobra, de una canallada.
Pero más que todo eso me preocupa mi imagen, mi decoro, el honor deportivo de tantos
años, aseguró el plusmarquista mundial en salto en alto.
Para fundamentar su defensa, Sotomayor argumentó que no sabe lo que es la cocaína y que
nunca necesitó ninguna sustancia para mejorar su rendimiento, incluso de aquellas que son
permitidas por la Federación de Atletismo. Esa sustancia sólo la he visto por las
películas; sencillamente se trata de que no la necesito para saltar 2,30 metros. Ni
siquiera he acostumbrado a ingerir vitaminas o reconstituyentes legales, que son muy
necesarios para el deportista. No los necesito. ¡Para saltar 2,30 no necesito ni
dormir!, remarcó Sotomayor. El atleta admitió que está intentando reconstruir su
estadía en Winnipeg para determinar en qué momento pudo haber sufrido el sabotaje, pero
reconoció que lo que más lo reconforta es el apoyo que recibió de todos sus
compatriotas. He dormido poco pensando en todos mis pasos, en cómo pudo haber sido.
Tuve que recurrir al psicólogo, pero también he recibido hermosas muestras de
solidaridad que aprecio en el más alto grado, por parte de mis amigos, de mis familiares,
de las autoridades deportivas y de gobierno y sobre todo por parte de mi pueblo al que
tanto le debo, dijo.
Todo el pueblo cubano se mostró sorprendido por la noticia, pero ninguno duda de la
inocencia del saltador. Los perros falderos del imperio tratan de empañar la imagen
de Javier Sotomayor con una burda manipulación en su examen antidopaje, expresó
ayer la Agencia de Información Nacional (AIN). La jauría del imperio nos ha caído
encima de nuevo en estos días hermosos que vive la patria, cuando nos sobreponemos a
todas las dificultades y lo que es más importante, avanzamos, dijo la Agencia.
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